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La cantante, confinada en Madrid, lanza “Tarde o temprano”, un nuevo tema con el que pone un rayo de esperanza en una triste etapa que, ella misma, nos cuenta en exclusiva cómo vive

Por Ricardo Castillejo

A pesar del confinamiento, mantiene el ánimo, las ilusiones y esa sonrisa suya capaz de iluminar cualquier día gris. Ana Guerra -que el pasado 18 de febrero cumplió 26 años-, nos hace soñar ahora con una historia de amor como es la de “Tarde o temprano”, mensaje que, en estos instantes, se convierte como en un nuevo canto de esperanza que vuelve a hacernos creer en los finales felices. Enamorada de su chico, Miguel Ángel Muñoz -que no ha dejado de manifestar cuánto le gusta la canción de su novia-, la canaria sueña con recuperar la normalidad y volver, para celebrarlo, a sus añoradas Islas Afortunadas…

-¿Eres de las que piensan que, como sucede en tu tema, el amor todo lo puede?

-Yo creo que sí. Es lo que mueve el mundo, lo que motiva a las personas. Ni siquiera el dinero.  

-En circunstancias como las actuales florece lo mejor y lo peor del ser humano. ¿Somos buenos o malos por naturaleza?

-Me inclino más porque, por naturaleza, somos buenos. La vida puede llevarte luego por caminos muy complejos, pero no nacemos con maldad, no miras a un bebé a los ojos y piensas: “Qué cosa más mala”.

-¿Cambiaremos, para bien, cuando pase este momento? ¿Rectificaremos nuestros errores?

-Habrá de todo. Habrá a quien esto le deje huella para siempre y a quienes, dentro de un mes, se les habrá olvidado todo. 

-¿Tú te has propuesto modificar algo de ti?

-Estoy más bien centrada en el ahora. Me he dado cuenta, por ejemplo, que tengo que trabajar la paciencia. Así, me dejaré de excusas para no hacer deporte cuando esté en gira. Es más, llevo en casa sin parar de practicar ejercicio todo el confinamiento. 

-¿Cómo es tu día a día en estas semanas?

-Pues mira, igual que a alguna gente le funciona tener unos horarios y una rutina, lo que he llevado un poco por bandera es que no me he obligado a hacer nada que no me apetezca. Suficiente tenemos con el agobio de no disfrutar de nuestra libertad habitual como para echarnos más carga encima, con lo que voy viendo lo que me pide el cuerpo. En realidad, solo he tenido dos días sin actividad ninguna y también me los he respetado. Como si lo que te llega es la tristeza y las ganas de llorar…

-¿Alguna habilidad que hayas descubierto y que desconocías de ti? ¿La limpieza? ¿La cocina?

-Limpiar es un poco obsesión para mí. ¡A ver si me quito de eso! (risas). Como encuentre una pelusa en el suelo me dan los siete males… (risas). Respecto a la cocina me limitaba a lo básico y sí que he sacado adelante recetas ricas y muy sanas. Y también he aprendido a componer en una videollamada, que no es nada fácil.

-Existe mucha preocupación en el sector de la cultura y, más en concreto, en la música…

-La normalidad llegará aquí quizás más tarde y yo espero que sepamos adaptarnos. Si en ver de dar un concierto con un aforo de 3.000 personas tienes que hacer cuatro actuaciones en la misma ciudad, habrá que apretarse el cinturón. Entre todos encontraremos la manera, aunque, en mi caso, me siento afortunada porque mi gira próxima está prevista para 2021.

“Tarde o temprano viajaré a Cuba. Desde niña tuve muchas influencias del bolero y, para mí, es mi historia. Es de esos propósitos que siempre escribo en papelitos al terminar cada año”

-Tú, además de como intérprete, gustas como personaje. ¿Piensas en alternativas profesionales como la actuación o la televisión?

-A mí me llama la atención todo lo televisivo, pero, sea como sea, el proyecto que haga tiene que ser uno con el que esté satisfecha. Estoy más centrada en mi carrera musical, que es lo que tiene mi prioridad, y me falta para tener estabilidad en mi terreno como para ampliar las fronteras.

-Por cierto, ¿qué hay en tu horizonte que, “Tarde o temprano”, conseguirás?

-Viajar a Cuba. Desde niña tuve muchas influencias del bolero y, para mí, es mi historia. Quisiera explorar en esa cuna de este género porque no debe haber mejor escenario que allí para escuchar este tipo de temas. Es de esos propósitos que siempre escribo en papelitos al terminar cada año.

-¿Lo primero que harás al poder salir?

-Irme con mi gente de Madrid a darnos abrazos y cariño y también celebrar una macrocomida en Tenerife, con familia y amigos, de esas que se convierten en cena y que parecen de Navidad…