Desde el confinamiento de su casa en Sitges con su hijo, Jan, y su pareja, Antonio Orozco nos presenta “Hoy”, avance de un esperado nuevo álbum que ha tardado cinco años en publicarse y que llega en un fantástico momento para el cantante
Por Ricardo Castillejo
Con mucho menos peso, y una imagen totalmente renovada, Antonio Orozco deja atrás una triste etapa -marcada por la pérdida de seres queridos-, para entrar en un momento presente lleno de buenas noticias como el lanzamiento de su nuevo single, “Hoy”. Más allá, a este querido artista -cuyas raíces musicales están muy vinculadas a Sevilla-, se le llena la boca hablando de su hijo, Jan, quien, con solo trece años, parece que tiene muy claro que continuará los musicales pasos de un padre con el que, compartir entrevista, es siempre compartir enriquecedoras reflexiones.
-¡Estás fenomenal! ¡Vuelves hecho un chaval!
-Fíjate que, el otro día, Alejandro Sanz me preguntaba que cuántos kilos había perdido… En realidad, ¿tú crees que la pena pesa? Porque yo creo que sí… Cuando uno está bien tienes cierto equilibrio. Han sido unos años muy difíciles en los que se me han ido tres personas importantísimas prácticamente de seguido. La obra de teatro que escribí me ayudó mucho -junto a las 111 funciones que se hicieron- y después empecé a trabajar en los finales del disco, algo a lo que me he dedicado durante los últimos siete meses. Eso junto a mi papel como padre de mi pequeño truhan, que, cuando menos lo espere, se echará novia…
“En lo más importante sí me veo reconocido en mi hijo porque es muy humilde. Todavía no ha descubierto que tiene un ego ni convive con él. No le veo haciéndole daño a nadie”
-¿Qué sensación te provoca, hablando del paso del tiempo, ver que se va tan rápido?
-No pienso en lo fugaz. Pienso en lo maravilloso que han sido, en el caso de mi hijo, estos trece años, en lo que he aprendido, en lo bien que lo hemos hecho con él, que es noble (porque, aunque me haga putadas de adolescente, es noble), feliz, amigo de sus amigos… Paso del pasado y, sobre todo, paso del futuro.
-¿Te reconoces en él?
-Es guapísimo, como su madre, tiene muchas más capacidades para las artes que yo, con una capacidad interpretativa que ni la sueño, toca el piano como nunca he sabido… Pero en lo más importante sí me veo reconocido porque es muy humilde. Todavía no ha descubierto que tiene un ego ni convive con él. No le veo haciéndole daño a nadie.
-Es que tú eres un gran músico, pero también eres una persona muy, muy querida… ¿Tienes esa responsabilidad añadida de que se te sienta como parte nuestra?
-Ésa es la clave. Mi vida es normalizada, resido en un pueblo cerca de Barcelona y, mi día a día, es muy normal. Voy al gimnasio con la misma gente, soy muy casero… Pero es cierto que todo el mundo es muy amable conmigo. Lo de “hater” me lo han explicado, pero no siento odio ni malas palabras ni nada de eso. Al final es cuestión de karma, supongo que me educaron así. Tenemos ciertas obligaciones morales y, cuando te dedicas a esto mío, te debes el doble a los demás.
-Tú llevas tus redes sociales, pero, ¿cómo te manejas con 1.600.000 seguidores?
-Sin filtros (risas). Miro a Instagram como si fuera uno. Se está hasta el coño de gilipolleces y lo que se quiere es naturalidad. Como tampoco estoy muy pendiente de los otros Instagrams…
-Digamos que nada pendiente… ¡No sigues a nadie!
-(Risas) Es que soy muy aprensivo para eso… Si miras mucho puedes ver lo que no quieres ver… Por ejemplo, Pablo López tomando una copa de vino en una terraza maravillosa tomando el sol… ¡Es información innecesaria! (risas). Cuando quiero saber de él lo busco, lo miro… y ya está pero que me llegue de repente… (risas).
“Ésta se trata de una etapa para estar contigo mismo, con tus hijos, para alejarte de según qué cosas… No volverá a pasar, por lo que hay que intentar sacar lo más hermoso”
-Eres sagitario de signo, con lo que debes ser muy explosivo y vitalista…
-Mira, en el “confitamiento” -como lo hemos llamado-, a todos les ha dado por hornear y amasar, sacando el confitero y panadero que llevamos dentro, con lo que hay que tener cuidado con las tallas… En mi perfil hemos creado un espacio que se llama “Buenas noticias” -todo esto te lo refiero por lo de vitalista-, y ahí, como lo que sé es cantar y contar cosas, busco algo bueno que a mis seguidores le anime. Empezó como una broma y la verdad es que la respuesta es abrumadora. Lo hice por entretener y he terminado siendo entretenido yo… (risas).
-¿Cómo valoras este momento de pandemia?
-Es algo inaudito, histórico e impensable. La realidad supera la ficción por lo dramático en tantos aspectos. En estos últimos 21 días todos los testimonios que he recogido coinciden que lo mejor es poder estar más con los tuyos por lo que, mi pregunta es, ¿estaba todo al revés? Trabajábamos con la intención de estar más con la familia y amigos, pero no podíamos hacerlo. Se trata de una etapa para estar contigo mismo, con tus hijos, para alejarte de según qué cosas… No volverá a pasar, por lo que hay que intentar sacar lo más hermoso.
-Háblame brevemente, antes de terminar, de tres Antonios Orozcos… ¿El del ayer?
-Impulsivo.
-¿El del futuro?
-Reflexivo.
-¿Y el del hoy?
-Vivo.
