A sus 43 años, la presentadora –que fue portada de “Sevilla Magazine” en octubre- es un perfecto ejemplo de una joven mujer madura que disfruta de sus dos hijos y de su marido, Finito de Córdoba
Fue azafata de “El precio justo” y, enseguida, Telecinco la fichó para presentar, junto a Andoni Ferreño, el concurso “Vivan los novios”. Corría el año de la expo y, a partir de entonces, María Arántzazu Maciñeiras de Lucas, Arantxa del Sol para el gran público, se convertiría en uno de los rostros más populares de la televisión. En 2001 se casa con Finito de Córdoba y con él ha tenido a Lucía (nacida en 2002) y a Juan Rodrigo (2008). Una familia junto a la que disfruta en una etapa, la juventud de la madurez, en la que, según confesó a “Sevilla Magazine”, ha experimentado algunos cambios que, no obstante, asume como parte de la propia vida.
-¿Qué le ha supuesto cruzar la barrera de los cuarenta? ¿Lo ha notado?
-Sobre todo físicamente. A partir de esa edad necesitas cuidarte más. Siempre he tenido mucha facilidad para mantenerme en mi peso, por ejemplo, y, cuando cumplí los cuarenta, tuve que empezar a esforzarme más. Luego te cambia la perspectiva de las cosas a través de tus hijos, que son los que te dan la referencia de ver cómo ha pasado el tiempo. Mi hija ya es casi una mujer y me parece increíble…
-Ella tiene doce años… ¿Es muy rebelde?
-Desde pequeña (risas). Tiene mucha personalidad pero también es muy responsable. Estoy orgullosa de que tenga carácter. Está mezclada entre Juan y yo pero dicen que tira más a mí.
-Si echa la vista atrás en su caso… ¿Cómo era la Arantxa del Sol cuando, con veinte, empezamos a conocerla?
-Ahí se tiene una frescura a la hora de comunicar distinta. Te comes el mundo algo que, después, se va perdiendo. Te vuelves más cauta, más reflexiva. En esencia creo que sigo siendo la misma pero, tal vez, quienes me conocen no estén de acuerdo (risas).
-¿Se cuida mucho?
-Sí pero, a la vez, soy muy “comodona”. No me privo de nada. Lo que sí me conozco mejor y la experiencia me ha llevado a conocerme a mí misma. Sé cómo sacarme más partido… Controlo la dieta y, antes de una sesión, hago una rutina que antes no necesitaba. Es que me encanta comer… (risas).
-¿Echa de menos el mundo de la “tele”?
-Sí pero hay que saber equilibrar y no estar ahí de continuo. Por la profesión de mi marido decidí dedicarles a mis hijos un tiempo que sabía no volvería y, cuando sales del circuito televisivo, es complicado regresar.
-¿Iría a algún “reality” tipo “La isla de los famosos”, “Gran Hermano VIP”…?
-No sé pero creo que no. Soy muy pudorosa, muy celosa para mi intimidad y muy tímida según para qué. Estar con una cámara las 24 horas del día no va conmigo. Me expulsarían seguro la primera semana (risas). Si no como me pongo insoportable (risas)…
-Mucha gente no sabe que fue Miss Madrid…
-…porque no lo suelo contar. Tenía 17 años recién cumplidos y era el camino para llegar a la televisión, que era lo que me atraía. Ahora lo veo distinto y no elegiría un concurso de belleza como plataforma. No me movieron ni nada. Lo único que la foto salió por todos sitios y, gracias a eso, me llamaron de televisión.
-Ha triunfado en el amor con Finito… ¿Qué es él para usted?
-Es la mejor persona que conozco. Superpositivo, divertido… Siempre comento que tengo tres niños en casa. Para mí es fundamental admirar a tu pareja y yo a él lo admiro por su profesión y por su cabeza. Nos hace la vida fácil a todos y, por encima de los defectos –que tenemos todos-, nos compenetramos. Con 16 años de vida común es lo que te puedo decir… Nunca se sabe qué puede suceder pero para mí es un pilar fundamental.
-¿Él consiente como papá y usted riñe como mamá?
-Soy más disciplinada y es un pulso continuo. Él suele ser más del momento, de disfrutar. A veces se ha llevado a los niños al campo y han faltado al colegio pero es una experiencia que para ellos no tiene precio.
-¿Cómo es su día a día?
-Ha cambiado bastante. En Córdoba mi vida es más tranquila. Me preocupo de que el hogar sea un remanso de paz. Durante mucho tiempo estuvimos entre Madrid y Córdoba y adaptarte a esta nueva situación es cuestión de tiempo. Tengo ayuda en casa pero mi madre siempre me ha dicho que para mandar hay que saberlo hacer primero y yo sé desde planchar a cocinar. Ten en cuenta que mi familia es asturiana con lo que somos de platos de cuchara y bien servidos (risas). Me encanta el cocido madrileño, el pote de lentejas… He aprendido a darles a estos platos mis toques “saludables” y hacerlos sin carne pero con el sabor “de la abuela” (risas). Juan y yo somos muy caseros aunque reconozco que, las abuelas, nos han echado muchas manos. Me quedo más tranquila cuando están los míos cerca.
Producción: Josan Muñoz
Fotografía: Selu Oviedo
Ed. Fotografía: José M. González
Estilismo: Javier Mascareña
Zapatos y complementos:Emporio Donna
Joyería: Santamaría Joyeros
Localización: Casino de la Exposición (ICAS)
