La actriz celebra hoy su 42 cumpleaños poniendo broche final a uno de los veranos más románticos de su vida gracias a su relación con el guitarrista Benji Madden, mientras promociona su última película, “Sex Tape”, y poco después de confesar que padece un trastorno obsesivo compulsivo hacía los gérmenes y la suciedad.
Llega al día de su cuarenta y dos aniversario radiante de felicidad tras pasar uno de sus veranos más llenos de amor por la relación que la une con Benji Madden con quien, según fuentes cercanas, ya piensa en matrimonio (a pesar de que comenzaron esta misma primavera). Al parecer, el músico pasa mucho tiempo en la casa de la actriz de Los Ángeles, ciudad por la que pasean sus acaramelados momentos al igual que hicieron durante sus vacaciones en la paradisíaca isla Anna Maria, donde la familia tiene una casa.
Pero no todo es de color “de rosa” en la vida de la intérprete pues ella misma ha contado recientemente sufrir un trastorno obsesivo compulsivo hacia las bacterias. “No estoy asustada de los gérmenes, simplemente soy consciente de ellos. No me acerco a los fluidos de otras personas a menos que las conozca muy bien”, confesaba hablando sobre una enfermedad que hasta le ha llevado a abrir las puertas con los codos para evitar lo más posible el contacto con los temidos microbios de los picaportes. Dicha alteración recibe el nombre de “misofobia” y consiste en un miedo injustificado a la suciedad y la contaminación que provoca que quienes la padecen se laven las manos con demasiada frecuencia y se vuelvan maniáticos con todo lo que tocan, especialmente si son objetos muy expuestos a otras personas. Un bucle sin salida si no recurres a terapia psicológica.
Estas sorprendentes declaraciones, sobre las que se había rumoreado tiempo atrás, han salido a la luz coincidiendo con la promoción de su nueva película, “Sex Tape. Algo pasa en la nube”, la cual la trajo también a Barcelona. Allí Díaz explicó cómo fueron las escenas de rodaje con poca o ninguna ropa. “Sí, éste es mi primer desnudo en pantalla”, confesaba mientras aseguraba que en el rodaje había mucho “cachondeo” en el ambiente. “A veces estaba preocupada por lo que pudiera ver el cámara y, cuando lo observaba, me daba cuenta que estaba relajado y con el móvil, como pensando, “¡Qué más da!””. Sobre las tan recurrentes, en la actualidad, redes sociales nuestra protagonista reconoció mantenerse totalmente alejada de ellas porque así la vida es “mucho más sana” y se concentra en lo que pasa en su “círculo más cercano”.
Una prueba de la intención de la actriz de pasar lo más desapercibida posible a pesar de que, con sólo 15 años, ya había comenzado una carrera como modelo que la llevó a Japón, donde conoció al director Carlos de la Torre junto a quien inició una unión que duraría un lustro durante los que recorrería las principales pasarelas del mundo y posaría para firmas como Calvin Klein o Levi’s. Tras algún papel menor, su primer trabajo importante fue ser la “partenaire” de Jim Carrey en “La máscara” donde aparecía solo como una rubia alta, atractiva y sensual. Sin embargo, más tarde demostró que también tenía cualidades artísticas con su participación en “Feeling Minnessota” o “La boda de mi mejor amigo” hasta que le llegó la gran oportunidad con la que ha sido considerada una de las producciones más divertidas de todos los tiempos, “Algo pasa con Mary”, junto a Ben Stiller. Una comedia romántica de “humor escatológico” que resultó ser la cuarta película mas taquillera de 1998 en Estados Unidos, con gran éxito en todo el mundo, que catapultó a ambos protagonistas a la fama.
Así, Cameron aceptó un papel en “¿Quieres ser John Malkovich” y, por su parte, el director Oliver Stone se arriesgó al confiarle un personaje en “Un domingo cualquiera”, en la que compartiría guión con Al Pacino. En 2009 recibió una “estrella” en el Paseo de la Fama de Hollywood, misma fecha en la que estuvo en nuestra ciudad rodando junto a Tom Cruise la cinta “Knight & Day”, donde aparecía de nuevo Sevilla como escenario de una superproducción que mostraba una frenética persecución entre nuestros monumentos más representativos.
Desde entonces, un rodaje tras otro dentro de un ritmo frenético que combate gracias a sus conocimientos sobre nutrición, funciones del cuerpo, ejercicio e hidratación (experiencia que desarrolla en su libro “The Body Book”, donde, curiosamente, dedica un capítulo a las bondades del vello púbico). “Es mejor pensárselo dos veces antes de hacerse un tratamiento con láser porque es una moda pasajera y nada debería ser para siempre”, afirmaba la que fuera una de “Los Ángeles de Charlie” que, últimamente, no deja de aparecer con coleta y sin maquillaje haciendo gala de cómo ha mejorado su cutis gracias a la alimentación. Más allá asegura que el gran error de las mujeres es compararse con las demás, “una perdida de tiempo y energía” que ella invierte en, por ejemplo, lanzar la línea de bolsos y zapatos “Pour La Victoire”, gracias a la que se estrena como diseñadora.
Divertida, simpática, sin tomarse a sí misma demasiado en serio, Cameron Díaz se muestra más seria en sus relaciones sentimentales que suelen ser duraderas. Tras los cinco años de noviazgo con su primer novio ha estado con Matt Dillon, Jared Leto (cuatro años unidos), Justin Timberlake y Paul Scufor. Y aunque todos han resultado ser largos romances fallidos no han quitado a Cameron las ganas de volver a estar enamorada.
