La presentadora ha protagonizado la portada de nuestra versión impresa de septiembre concediendo una de sus entrevistas más personales de la que hoy compartimos la segunda y más íntima parte
Por Ricardo Castillejo
Carlota Corredera es, además de una popular periodista y presentadora, una madre y esposa que ha encontrado en su familia su motivación vital más importante. Hoy, nos acercamos al perfil más cercano de esta gallega que, poco a poco, se ha ganado un lugar en nuestra pequeña pantalla.
-Tú también has cruzado el límite de informadora a interesar por tu vida privada… ¿Cómo lo gestionas
-Esto ha sido, y es, un aprendizaje continuo. Cuando me casé era la directora del Deluxe y, claro, todo en mí ha cambiado mucho. Pagas un peaje, pero es algo voluntario porque salir en el escaparate tiene un precio, aunque mi gente nunca se ha expuesto. Quien decidió presentar soy yo y he tenido que aprender a vivir con ese interés que pueden tener los medios, y en concreto el mundo del corazón, en ti. Cuando no me compense, bajaré de este tren y ya está.
Soy presentadora para poder conciliar lo laboral con esa faceta. En su momento hablé con mis jefes porque no quería perderme nada de los primeros años de mi niña (…) Mi hija tiene cuatro años y te aseguro que no me he perdido ningún momento importante de ese tiempo”
-Te enamoraste gracias a “Sálvame”, ¿no?
-Sí… Mi historia de amor es que conocí a mi marido trabajando. Él estaba en el “Deluxe” y yo en el diario y así surgió. Por eso es el programa de mi vida. Ahí me enamoré y ahí he sido madre, que sí que son mis dos auténticos sueños. Me siento muy afortunada por mi profesión, pero lo que de veras me preocupa es mi éxito personal, esto es, que mi familia sea feliz y los míos estén bien. Para mí lo importante es lo que pasa cuando estoy fuera de la tele.
-Eres bastante romántica, ¿verdad?
-Mucho. Valoro mucho el amor porque he tardado mucho en encontrarlo (me pasó con 36 años). Me siento muy feliz en pareja, pero también he sido feliz cuando no la he tenido. Al final, las cosas pasan cuando tienen que pasar.
-¿Tantas horas en la televisión no es un problema para desarrollarse como madre?
-Es que yo soy presentadora para poder conciliar lo laboral con esa faceta. En su momento hablé con mis jefes porque no quería perderme nada de los primeros años de mi niña. Fui mamá con 41 años y pedí esa ayuda para contar con un horario más cómodo que el de dirigir, puesto que sabía que, si dirigía después de la baja de maternidad, me iba a perder mucho, ya que es un puesto que exige una entrega brutal de más de doce horas diarias sin desconectar, estar pendiente del teléfono… Hay semanas que presento un día, dos, tres, y eso me permite una flexibilidad que en la dirección no tenía. Mi hija tiene cuatro años y te aseguro que no me he perdido ningún momento importante de ese tiempo. Decir eso en un país que tiene descuidada la conciliación familiar -y por eso tenemos la natalidad que tenemos y a las primerizas con mayor edad-, es una maravilla.
Una baja autoestima hace difícil vestirte y para mí era una tortura. Me costaba encontrar prendas bonitas más allá de la 44 pero, en cuanto empiezas a quererte y a asumirte, todo cambia (…). Cuando no estás a gusto contigo solo quieres negro, pasar desapercibida, que no te echen cuentas”
-¿Con la niña te plantas?
-Pues verás, hace bastante que no contesto a esa pregunta como gesto feminista. No tengo ningún problema en hablar de mi faceta como madre, pero no me parece bien que nos lo pregunten a nosotras y no a los hombres. En un photocall a ellos no les cuestionan sobre esto y, como gracias a “Sálvame” puedo ser altavoz de muchas cuestiones -y tengo mucha conciencia feminista-, lo asumo como una gran responsabilidad.
-En ese punto de mujer con conciencia social has abanderado una lucha por aquellas que no usan una 36… ¿Dónde estás en la actualidad en este sentido?
-En un lugar muy bueno, al que he llegado después de mucho trabajo. Entiendo el interés y es muy difícil, después de haber dado la cara en esta cuestión -porque mi cambio físico fue un cambio retransmitido públicamente-, predicar con el ejemplo. Conozco a la perfección el sufrimiento de quienes tienen problemas con la comida y el peso y esa responsabilidad de ayuda y solidaridad la cumplí con mi libro. Para mí tiene mucho valor que haya mujeres que entiendan que los cánones de belleza no son estándares, ni deben serlo, a pesar de que no hable tanto del tema porque llegué a saturarme un poco. El libro tuvo muchísimo éxito, pero para mí es una etapa cerrada, aunque entiendo que, al aparecer por la pequeña pantalla, lanzo un mensaje de que no puede ser que un físico determinado sea un límite para nada. Ni siquiera en algo tan complicado como la imagen.
-¿Qué tal tu relación con la ropa?
-Ahora, muy bonita. Durante mucho tuve muchos complejos, subida y bajada de peso, y eso desembocó en una relación complicada con la moda. Una baja autoestima hace difícil vestirte y para mí era una tortura. Me costaba encontrar prendas bonitas más allá de la 44 pero, en cuanto empiezas a quererte y a asumirte, todo cambia. La moda es una manera de expresar cómo estás y cómo te sientes, una forma de comunicar. Cuando no estás a gusto contigo solo quieres negro, pasar desapercibida, que no te echen cuentas. He llegado a usar una 60 y, lógicamente, ahí ha habido un cambio increíble. Antonio Núñez, mi estilista con el que empecé en “Cámbiame”, me ayudó a experimentar y a jugar cuando, durante mucho, me escondía detrás de la ropa. La seguridad no depende de la talla sino de cómo te encuentres contigo misma. El límite es la salud y puedes estar en una 48 y sentirte la mujer más guapa del mundo. No podemos identificar la belleza con la delgadez. Hay mujeres gordas guapísimas y delgadas que no lo son.
-Por cierto, en la nueva temporada se incorpora a vuestra parrilla Isabel Pantoja… ¿Una reflexión sobre esto?
-Como trabajadora de Telecinco solo puedo estar contenta por este fichaje. Todo lo que sea bueno para mi empresa, lo es para mí. Isabel ha cumplido de sobra las expectativas en “Supervivientes” y me encantará verla en “Idol Kids” porque desde pequeña está sobre los escenarios. Está claro que despierta interés, entre detractores y admiradores, y te atrapa. Personalmente no la he conocido, aunque todo el mundo sabe la conversación que tuve hace un año. Entonces dijo que no había ceros para que se sentara en una entrevista en mi cadena y hoy hay promociones de su incorporación. Eso es una fantasía, aunque todavía tiene muchísimo que dar.
-¿Cuánto hay de verdad en el “Universo Sálvame” y cuánto de ficción?
-El cien por cien es de verdad. Salimos cada tarde con una escaleta de temas, sabemos por dónde va cada uno y, a partir de ahí, como en el médico, sabes cómo entras, pero no como sales. Diez años con un guión durante cuatro horas diarias, sería imposible.
-Y en ti, más allá de la tele, ¿qué mujer hay?
-Algunos de mis compañeros afirman que han creado personajes para trabajar y, aunque algo te reservas, la Carlota que sale en televisión es la misma que la que no sale. Lo mismo debería protegerme más pero mi personalidad es la que aparece. Lo que sí que no comparto fotos de mi hija y reservo a mi pareja de todo esto.
-¿Llegarás a convertirte, como muchos de tus compañeros, en participante de algún “reality”?
-No. En “Supervivientes” me comerían los mosquitos… (risas). Sea como sea, no hay ningún trabajo, ni ningún dinero que me pagara estar sin mi familia.
