Rostros tan relevantes como el de la Princesa Letizia o Beatriz de Orleáns han estado en las manos de este gurú de la estética de fama internacional que presenta, para “Sevillamagazine”, su libro “Belleza inteligente”

Ricardo Castillejo / José Antonio Múñoz 

Tras cuatro décadas dedicada a los cuidados estéticos, Carmen Navarro posee todos los secretos para mantener la juventud intacta y, por fin, ha decidido plasmar esa sabiduría, envidiada por muchos, en un libro titulado “Belleza Inteligente”. Con cinco centros en Madrid y uno en Sevilla, por donde han pasado algunas de las más conocidas “celebrities” de nuestro país, ha querido escribir todas las inquietudes que la gente le ha ido preguntando por la calle y que tienen unas respuestas sencillas que pueden suponer un gran beneficio para nuestro rostro sin necesidad de pasar por un centro de belleza.

Con cuarenta años dedicados al mundo de la estética, Carmen Navarro es un referente en España.

-¿Por qué hay personas que confiesan tener “Belleza inteligente” como libro de cabecera?

-Porque se han dado cuenta de que el secreto no está en ir a centros de belleza, que ayudan pero no todo el mundo puede permitírselos. Hay errores muy comunes que pueden evitarse, como chicas jóvenes que se ponen cremas antiarrugas de señoras mayores y que, cuando tengan mi edad, ¿qué se van a poner?

-Teníamos entendido que el sol era malo para el cutis, pero usted afirma lo contrario…

-El sol es necesario para nuestro organismo, para nuestros huesos, pero hay que saber tomarlo. A la playa hay que bajar hasta las once de la mañana, como los extranjeros, y siempre con protección. Nunca exponerse en las horas centrales del día ni boca arriba.

-Uno de sus centros está en Sevilla… ¿Es la mujer andaluza la más espectacular?

-Las mujeres de esta tierra son guapísimas, pero no se saben cuidar. Lo que más le preocupan son los brillos y por eso utilizan cremas que les resecan mucho la piel. Otro punto a destacar es que se maquillan como ninguna otra en nuestro país. Parece que saben hacerlo desde niñas, pero luego no se preocupan en algo tan importante como desmaquillarse, y traen las pieles sucias y poco cuidadas.

-Lo de que todo el mundo es bello no es cierto ¿verdad?

-Hay que ser feliz para estar guapo. Si estás amargado eso lo reflejan tu cara y tus ojos, por muy guapo que seas, y tu belleza natural queda en un segundo plano. Luego está el sacarse partido. Todo el mundo tiene que conocer lo mejor que tiene, ya sean las manos, el pecho o la voz, y potenciarlo, porque lo hará más atractivo.

-¿Cree que tenemos la cara que nos merecemos?

-Tenemos la cara que nos va quedando después de nuestras experiencias vitales. El estrés es la peor enfermedad de este siglo y hay personas que, en estos duros momentos, transmiten la situación por la que están pasando. También está el caso contrario. Gente que está ahora mucho mejor que en fotos de hace algunos años porque han tenido vidas felices llenas de vivencias positivas.

-Dedica en su texto un capítulo a los hombres… ¿Van mucho a su clínica?

-Raro es el día que no viene uno (risas). Al principio decían: “Me manda mi mujer” y usaban las cremas que les robaban a ellas en el baño. Ahora las compran ellos, y hacen bien porque la piel del hombre es mucho más agradecida y se notan antes los resultados de los tratamientos. Más allá, hay que tener en cuenta que un hombre entra en su trabajo y se despreocupa de familia y problemas en la casa, y eso se nota en la piel.

-Los famosos ¿son más exigentes?

-Para nada, se les da lo que necesitan como a todos. A Tita Cervera, por ejemplo, lo que le gustan son los masajes. Tenemos otras que nos visitan desde hace 20 años, como Alaska, y están muy naturales. Carmen Lomana tiene un cuerpo y una cara increíbles para su edad, nada artificiales, porque no se ha hecho nada que no necesitara. Belén Rueda esta estupenda con muy pocos rellenos, porque las actrices deben expresar mucho con los gestos. En el otro extremo hay algunas que se ponen cosas que no entiendo, como unos “mofletotes” que parecen dos huevos fritos.