La periodista sevillana Chary Sánchez nos presenta “Me conformo con verte en línea. Guía para wasapear con hombres sin perder la cabeza”, recorrido humorístico sobre cómo las relaciones sentimentales de hoy día transcurren en Whatsapp
¿Te molesta que alguien lea un mensaje que hemos enviado por Whatsapp y no te conteste? ¿Has controlado las horas de conexión de algún amigo o amiga especial para ver si se estará acordando o no de ti? Éstas y muchas otras preguntas nos las podrían hacer a cualquier usuario de Whatsapp porque, queramos o no aceptarlo, todos vivimos las mismas circunstancias a diario. Nacido a partir de una experiencia personal -y después de más de un año de análisis de casos reales de todo tipo de perfiles-, la periodista Chary Sánchez ha elaborado una guía para “wasapear con hombres sin perder la cabeza” titulada “Me conformo con verte en línea” donde, además de muchas anécdotas con las que sentirse identificado, se describen diversas situaciones para destapar la verdadera realidad de nuestras relaciones personales a través de dicha aplicación -en tono de humor pero totalmente realista- con el objetivo de enseñarnos a usarla con conocimiento.
-¿Qué es lo que más te ha sorprendido del análisis que haces en tu libro de nuestras actitudes?
-La necesidad y dependencia de estar en línea cuando no te ha llegado ningún mensaje o el egocentrismo “Whatsappero”, que consiste en pensar que la razón por la que una persona aparece en línea eres tú. Y eso es un gran error.
-Herramientas como Whatsapp, ¿nos están acercando a lo lejano pero, a la vez, alejándonos de lo cercano?
-Por supuesto, ya que la gente está sustituyendo una conversación mirando a los ojos por una a través de un móvil, perdiendo de esta manera la información visual, que es lo que reivindico en el libro. A muchas personas no le gusta hablar en público y esta aplicación es la manera que tienen de mostrar sus sentimientos abiertamente sin poner cara, lo que ha provocado que nos hayamos vuelto muy cómodos y que todo lo queramos expresar a través de cuatro emoticonos y tres palabras.
-¿Tú personalmente lo pones en práctica?
-A mí todo esto me ha servido para aprender a distinguir una relación real de una virtual. Por ejemplo, si empiezas a conocer a alguien que te dice en muchas ocasiones que tenéis que quedar pero pasa el tiempo y ese encuentro no se ha producido esa relación es tóxica y no va a ningún lado. Te están regalando “corazones” y diciendo lo bonita que eres pero a través de un teléfono. Whatsapp como mensajería es positiva si somos conscientes de la verdadera realidad.
-¿Este tipo de aplicaciones influirán cada vez más en nuestro día a día o después de estos años de experiencia las tenemos más controladas?
-Siempre irán a más y un ejemplo lo encontramos en todos los elementos nuevos que día a día van actualizándose, como quitar contraseñas y horas de conexión, que van convirtiéndonos en seres más inseguros. El problema reside en lo distorsionados que están los papeles. Se adelanta en materia tecnológica pero no nos han preparado en el apartado más importante, que es el emocional.