La hija de Isabel Preysler se ha ganado un lugar con nombre propio entre los famosos de nuestro país, brillando con luz propia por muchas razones que analizamos a continuación…
Por Ricardo Castillejo
A sus 38 años, Tamara Falcó Preysler ha ido logrando convertirse en un rostro habitual de las revistas y, más recientemente, la “pequeña pantalla”, plataforma desde la que ha brillado en programas como “Masterchef Celebrity” o, en la actualidad, como colaboradora de “El hormiguero” o “Cocina al punto”.
Pero, ¿qué tiene la hija del desaparecido marqués de Griñón e Isabel Preysler para meterse a todo el mundo en el bolsillo?
1) Naturalidad. Su forma de hablar y su espontaneidad son su mejor carta de presentación. Es pija pero no le importa ni se avergüenza de ello. A quien le guste, bien y a quien no, también.
2) Elegancia. Heredado de su madre, su saber estar es innegable, al igual que, a la hora de elegir (o diseñar) ropa, nadie puede discutirle que posee buen estilo.
3) Simpatía. Tamara siempre está de bromas o, al menos, da buen humor. Acepta bien las bromas y le gusta bromear, lo que le hace una compañía muy agradable y divertida.
4) Bondad. A esta mujer se le nota que es buena gente, alejándose en todo momento de conflictos y polémicas.
5) Entretenida. No para y, de todo ello, sus redes sociales son una excelente carta de presentación de todo los eventos y citas a los que acude. ¿Lo último? Nos ha permitido ver el rincón favorito de su casa familiar.