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Lo conocimos con apenas 19 años. Hoy, convertido en todo un hombre -y después de casi dos décadas cosechando éxitos-, David Bustamante, al que aún le brillan los ojos cuando habla de su trabajo, confiesa que vive el momento más dulce de su vida tanto profesional como personal. Este viernes, en concierto en el Cartuja Center, será un buen momento para comprobarlo…

Por Ricardo Castillejo

Es una de las figuras más consolidadas del panorama español y, por su naturalidad y carisma, se ha ganado el cariño y apoyo de millones de personas. Este cántabro apasionado de la música lleva un año de ensueño: 35 conciertos con su última gira y prepara nuevos proyectos para televisión antes de terminar 2019. Bustamante se sube al escenario del teatro sevillano Cartuja Center el viernes para presentar su décimo disco: “Héroes en tiempos de guerra”. Mientras, su corazón salta de alegría al disfrutar del amor de su pareja, la bailarina Yana Olina, a la que conoció en el programa, “Bailando con las estrellas”.

-¿Cómo es David Bustamante en un concierto en la actualidad?

-Más maduro, pero con la misma energía. Los temas del nuevo álbum fluyen muy bien con mis grandes clásicos, que conoce todo el mundo. Esta gira es en la que más me divierto, hay mucha energía y complicidad con los espectadores. La puesta en escena es la más potente que he tenido, hemos puesto toda la carne en el asador. Sin embargo, es un espectáculo muy exigente vocalmente, aunque siempre me ha gustado lo difícil y entregarme al máximo. La gente sale muy contenta porque tiene momentos muy potentes: de saltar, de alegría, aunque también hay partes acústicas porque me encanta que la voz hable por sí sola, tan solo acompañada de un piano. Concretamente hay un instante con el gran maestro Jesús Navilla, mi director y pianista, que es precioso. En definitiva, un directo es como una montaña rusa, se puede definir como una gran reunión de amigos.

-David, hablas de tu trayectoria, pero, ¿estás contento con ella, en general? Te hemos conocido en diferentes estilos y ha habido etapas en las que el personaje ha tenido más fuerza que el artista… ¿Es algo que te haya lastrado a nivel musical?

-Eso son cuestiones que no puedo manejar. Siempre he tenido la misma línea, he sido sincero, honesto y trabajador. Durante 18 años no he hecho nada más que cantar canciones y no comentar nada externo, pero hay prensa -y un cierto sector- a los que les puede interesar otro tipo de cosas. Ése no es mi público, puesto que no valora mi trabajo. No me considero un “cantante producto”. Soy alguien que demuestra que, cuando le dan un micrófono, sabe cantar. Eso es lo que tiene que valer.

No me gusta la farándula, no es mi forma de ser. Me apasiona quedar con los míos para jugar una pachanga, montar en bici o tomar unas cañas. Eso es lo que me da salud mental y hace que siga con ganas e ilusión”

-Hace poco volviste a tu casa, de la que saliste muy joven, ¿has cambiado mucho desde entonces a ahora?

-Quien me conoce de siempre me dice que no he cambiado. Tengo los mismos amigos desde los seis años, imagínate. Varía el modo en el que los demás me ven o la forma en que me han conocido. Mi manera de ser sigue siendo la misma, evidentemente, he evolucionado como cualquiera. Al final, lo mío es un trabajo y mi pasión, por la que he luchado sin que nadie me regale nada. Lo más costoso de esta profesión es mantenerse y aquí sigo. Me gusta volver a mis orígenes porque es ahí donde comenzó todo. En esa cama soñé con ser un artista. Mirando atrás me siento muy orgulloso de todo lo realizado.

-¿Cómo está tu voz? ¿Ha evolucionado?

-Está mejor que nunca, tengo más versatilidad, consigo una gran agilidad en los giros, más cuerpo. El punto álgido en la voz de un hombre es en la edad que yo tengo ahora (37), si la cuidas, la puedes mantener y seguir con una muy buena calidad. A nivel de registro, me permite relajarme y olvidarme precisamente de la técnica para que así pese también el sentimiento. Anoche estaba hablando con el equipo, que es como mi familia, y les confesé que me encuentro en el momento más dulce de mi vida.

A veces me enfado por las injusticias porque la prensa ha sido muy injusta conmigo. Incluso he vivido momentos de abuso y de una persecución desmedida. Pero, no existe nadie con tanto peso que vaya a conseguir que abandone”

-¿Piensas que eres un héroe, superhéroe o alguien normal?

-Yo soy un currante nato, una persona totalmente normal que intenta poner su granito de arena de una forma u otra en esta sociedad. Héroes son los que luchan para pagar las facturas al final de mes, los que tienen a niños enfermos y hacen guardias de 24 horas junto a ellos, los que luchan por las injusticias. Héroe es aquel que no se olvida, el que tiende su mano a un desconocido. 

-Incluso los héroes tienen momentos bajos… ¿Tú en alguna ocasión te has planteado dejar tu carrera?

-A veces me enfado por las injusticias porque la prensa ha sido muy injusta conmigo. Incluso he vivido momentos de abuso y de una persecución desmedida. Pero, no existe nadie con tanto peso que vaya a conseguir que abandone… ¿Sabes qué pasa? Compongo canciones, es algo positivo que puede gustar más o menos, pero no hago daño a nadie, entonces tengo la conciencia muy tranquila y duermo a pierna suelta cada noche. Igual otros no pueden dormir de la misma manera, así que no soy yo el que tiene que abandonar su profesión.

-David, de los mensajes de tus seguidores, ¿qué es lo que más te emociona?

-Que sigan enamorados de ese niño de 19 años que tenía mucha ilusión. Ven que los ojos me siguen brillando de la misma forma que cuando empecé. Me aconsejan que sea fiel, honesto y comprueban mi entrega y evolución. Al final es eso, nunca me he estancado, he intentado innovar, amo la música y depende de cómo me vaya encontrando, me apetece hacer una cosa u otra. Cuando el público se siente conforme, feliz y orgulloso de haberme defendido acompañándome en este proyecto que también es suyo, eso es lo más emocionante que te pueden transmitir.

-¿Y personalmente? ¿Qué tal estás?

-Muy feliz. Cuando la creatividad se apodera de mí escribo y, últimamente, lo hago más que nunca. Me encuentro tranquilo y me gusta la vida que tengo.

-El domingo falleció Camilo Sesto y esto que te pregunto es muy pronto, pero ¿cómo te gustaría que te recordaran cuando no estés?

-Como una buena persona, siendo un intérprete querido por el público, alguien que cumplió su sueño con tesón, trabajo y cariño. Una voz que nació en San Vicente de la Barqueta que creo que no va a pasar desapercibida.

-Por cierto, ¿la fama te ha llegado a pesar?

-Hay veces que es un tostón tener a paparazzi todos los días siguiéndote cada vez que sales a la calle… Ponte tú en mi lugar. A mí la fama no me ha pesado nunca porque, cuando me bajo del escenario, desconecto automáticamente. No me gusta la farándula, no es mi forma de ser. Me apasiona quedar con los míos para jugar una pachanga, montar en bici o tomar unas cañas. Eso es lo que me da salud mental y hace que siga con ganas e ilusión.