Liderado por Enrique Linder y Jonathan Domínguez, el equipo de Cakes and go inició su camino hace ocho años marcándose un objetivo muy claro: ofrecer una pastelería que recoge los mejores sabores de la tradicional, pero incorporándole el toque de juventud, alegría y optimismo que estos profesionales han sabido impregnar a sus dulces.

Así, situadas en Puerta Osario, 11, las instalaciones de este local ofrecen a sus clientes -los cuales, poco a poco, terminan convirtiéndose en amigos-, un surtido variadísimo de pasteles, tartas, batidos, cupcakes, helados, bebidas, desayunos y hasta esos típicos ingleses “brunch” que, como almuerzos tempranos, hemos adoptado de un tiempo a esta parte en nuestro país. “Intentamos hacer cosas diferentes para atraer al público y, en este sentido, contamos con hasta diez tartas diarias como la de cerveza negra, la de calabaza o la fondant junto a los smoothies con fruta natural, las tostadas con sabores como el del aguacate o el salmón… Eso sin olvidar las palmeras o los piononos, que también están muy ricos”, nos explica Jonathan. “Mis padres son pasteleros desde hace cuatro décadas y tenemos esa escuela, pero con ideas nuevas. Por eso, por ejemplo, en las palmeras, puedes encontrar la de Oreo o la de Kinder Bueno, que para los niños siempre son más llamativas”, matiza Enrique.

Más allá, en estas fechas tenemos que destacar la labor de Cakes and go en mantecados y dulces de Navidad como el Roscón de Reyes, todo -como el resto de sus productos-, cien por cien artesanales, con materia prima natural y sin conservantes. “No es lo mismo que lo que encuentras en los supermercados porque la nata del roscón, por decirte algo, necesita frío. Si no, será una crema vegetal pero nata, no. Además, la nuestra es una gallega premium con una calidad muy alta y un sabor riquísimo”. Así, estas fiestas contamos con el roscón más tradicional, el de nata, el de kínder bueno y el de cabello de ángel, todos con un peso aproximado de un kilo y medio del que pueden salir en torno a diez o doce porciones. Eso sí, sin faltar en cada uno el rey escondido -que da suerte a quien lo encuentra-, el haba -que obliga a pagar este dulce al que le toca- y un regalo sorpresa, pensado más bien para los más pequeños de la casa.         

En cuanto a los mantecados, muchos sabores nuevos como el de yema tostada, oreo, caramelo, pantera rosa… “Es una receta fácil, pero a la que nosotros le damos la vuelta para conseguir algo diferente que es muy celebrado por toda la familia. Además, son muy duraderos con lo que, durante meses, puedes guardarlos e ir comiéndotelos”. Muchas ventajas para unas mesas que podemos engalanar de forma especial con lo típico pero con una renovación que convierte a estos productos en un alimento aún más apetecible. Haz la prueba y lo descubrirás…     

Pasteles con una bonita tradición familia

El padre de Enrique, Miguel Moreno, comenzó en Tarifa en 1971, siendo un niño, una andadura en el mundo de la pastelería en la que, más tarde, llegó su negocio propio, en 1999, que sacó adelante mano a mano con su mujer, Isabel Linder. Una pastelería, “Las delicias”, en la que hicieron, más allá de la confitería diaria, miles de aclamados roscones en la zona, y que se ha mantenido en continuo crecimiento hasta el año pasado, cuando Miguel se jubiló dedicándose, entre otras cosas, a echar una mano, de vez en cuando, a su hijo -el cual también aprendió todo este negocio desde pequeñito con sus progenitores, en Cakes and go, el negocio de éste en Sevilla.