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Dos artistas provenientes de dos universos musicales, el flamenco y el rap, se unen para la grabación de “Este mensaje fue eliminado”, tema que gira en torno a la mentira y cuyo videoclip supera el medio millón de visualizaciones

Por Ricardo Castillejo

A DeMarco Flamenco le conocimos cuando el éxito, a través de Internet, le permitió dejar el trabajo como repartidor de butano que tenía. Rayden, por su parte, se ha ido haciendo un nombre propio dentro del rap, en solitario y como integrante de grupos como A3Bandas o Crew Cuervos. Dos intérpretes las cuales, gracias a la música, se han unido para la grabación de “Este mensaje fue eliminado” y que, viendo los buenos resultados obtenidos, no tendrían inconveniente en plantearse futuras colaboraciones.

-Hemos pasado de hablar en las canciones del amor y el desamor a un abanico de temas mucho más amplio, ¿verdad?

-(DeMarco) Sí, claro. Hay que adaptarse a lo que existe en la sociedad hoy día y, aunque en “Este mensaje fue eliminado” hablamos de la mentira, lo hacemos conforme a los tiempos que corren. 

-(Rayden) Vivimos una gama cromática de grises en la que, lo que antes era amor, se ha convertido en algo más líquido. Es más sobrevivir a la vida, cada uno con su táctica.

-¿El amor romántico ha pasado de moda?

-(R) La imagen romántica, sí, ha cambiado. No es ni mejor ni peor, solo distinto. Con todas las inquietudes a nivel personal, en esa búsqueda ya no somos tan dependientes de nadie. 

-¿El amor para siempre entonces sigue existiendo?

-(D) Sí, yo creo que sí.

-(R) Yo también pero, al final de ese túnel vital, lo mismo no encontramos una mujer u otro hombre sino la entrega a tu trabajo o tu familia.

-En la industria musical están de moda las colaboraciones y los lanzamientos de singles… ¿El artista solo está perdiendo peso?

-(D) No, pero hay más inquietudes y se va buscando algo diferente, más original. En nuestro caso hemos acertado. Todo partió de la admiración. Yo escuché el disco de Rayden, “Sinónimos”, y me pareció una brutalidad. Se lo comuniqué a una persona en común que tenemos y, a partir de ahí, empezamos a preparar el tema.

-(R) Es jugar a hacer música y querer darte un homenaje para que la gente se sienta representada y haga suya esa melodía. No es marketing, es egoísmo solidario.

-Rayden, ¿los raperos seguís enfadados con todo?

-(R) (Risas) No, hombre. Ten en cuenta que éste es un género que lleva solo 34 años aquí y eso supone que, al principio, tienes que hacerte un hueco a codazos. Aparte, hay que diferenciar entre Estados Unidos y lo demás y existen propuestas de todo tipo. El rap actual tiene una sonoridad muy amplia y no se ancla en nada. Tal vez por eso está predominando.

-Los dos provenís de dos “mundos” un poco apartados por parte de la industria: Internet, en el caso de DeMarco, y el rap, que acabo de mencionar, en Rayden… ¿Sentís que os lo ponen más difícil que a otros? ¿Tenéis que demostrar más?

-(D) No, todos tenemos las mismas exigencias. Se trata de ser honrado con lo que uno hace y con lo que te gusta. Mantengo la misma ilusión, con independencia de las tendencias.

-(R) Si no puedes hacer algo perfecto, hazlo sincero. A nosotros nos van bien las visualizaciones, pero otros que tienen millones luego no llenan ni una fecha en una gira. Los festivales, engañados por esos cantos de sirena, no venden ni un ticket y nadie entiende nada. Se trata de hacer algo que te atraviese y guste.

-Pero tal vez, para dar pasos a una mayor popularidad, hay vías rápidas del estilo de programas como “Supervivientes”, “Tu cara me suena”… ¿Os veríais en alguno de estos formatos?

-(R) Yo no, no estoy en ésas. Cada uno que use los altavoces que considere necesarios para lo suyo, pero no es mi caso.

-Por tanto, ¿música y solo música?

-(D) Es que es lo que sé hacer. Entrar en otro ámbito, habiendo quien lo puede bordar, no lo veo.

-(R) Verás, a mí me gusta la locución y la interpretación pero, “artistas del hambre”, porque no tengo nada más que ofrecer, no lo haría por el valor que le doy a mi vida. Bastante valoro mi intimidad como para que sea “vox populi”.

-Por cierto, cuando ya se han hecho estas colaboraciones, ¿qué pasa? ¿Os dejáis de hablar?

-(D) (Risas) Entras en sintonía y son caminos que, aunque sigan su curso, pueden volverse a encontrar.

-(R) Es como si conoces a alguien y cambias tú, cambia esa persona. Das algo, te llevas algo, haces amigos… Tenemos el poder de fabricar cosas que perduran mientras se recuerdan. Es magia pura.