Continuamos investigando en el perfil de Miguel Ángel Rodríguez, El Sevilla. Un artista de 49 años que acaba de lanzar álbum con su banda mientras representa, en el teatro, “La vida es rocanrol”
Por Ricardo Castillejo
Coincidiendo con el lanzamiento de “Semos los más grandes”, de Mojinos Escocíos, su líder, El Sevilla, se sincera en exclusiva para nuestros lectores en la segunda parte de una entrevista llena de matices íntimos y personales…
-Hay un tema en el nuevo álbum donde confesáis que os gustaría que os invitaran a casa de Bertín Osborne, ¿no?
-¡Y dicen que es de Vox! Pero claro… Yo me veo en el programa… Es como cuando queríamos ser burbujas del anuncio de Freixenet y no lo logramos, pero conseguimos que nos regalaran botellas de todas las formas y colores (risas). Sería tremenda la entrevista de Mojinos allí con Bertín, en su “casoplón” de barbacoa, hablando de nuestras cosas. Y seguramente se sorprenderían de la audiencia que conseguirían con nosotros…
-¿Y se sorprenderían de tus historias más personales?
-De eso va un poco mi obra de teatro, La vida es rocanrol, donde los Mojinos suenan en el escenario y El Sevilla entra en el camerino. Pero no el artista, sino Miguel Ángel Rodríguez Jiménez. Entonces el espectador puede descubrirme en modo padre, hijo, marido o suegro y se cuenta que, lo que tú conoces como personaje, no es lo que soy como persona. Por eso muchas veces nos recomiendan que hagamos ese tipo de entrevistas como la de Bertín, para que se nos conozca en profundidad. A mí me ha sucedido con algún político que, cuando he charlado con él -y he comprobado lo buena persona que es en la cercanía-, incluso lo votaría. Lo que pasa que en la tele da otra imagen.
“Nos consideran borricos y nos meten a todos en el mismo saco, pero nosotros tenemos voz para decirle a esos verdaderos borricos que, si ella te dice que no, es que no”
-¿Los Mojinos os consideráis un poco embrutecidos?
-Es verdad que hay mucho que hemos hecho durante conciertos que, si se saca de contexto, puede parecer algo más bruto. Como cuando decíamos, dentro de la línea del show, que si una chica nos enseñaba una teta seguíamos con una canción más. Nunca tuvimos problemas con eso, nadie se molestó nunca, nadie nos dijo “Quitadlo”… Pero claro, el año siguiente a lo que sucedió con “La Manada” en los Sanfermines lo eliminamos del espectáculo, ya que era un momento muy delicado. Y es verdad que la imagen que damos puede ser ruda, pero si nos conocen en profundidad se cambia el concepto que se tiene de nosotros y se dan cuenta y el mensaje que lanzamos también va cambiando, como se está haciendo ahora con el respeto hacia las mujeres y los famosos puntos violetas contra la violencia machista instalados en conciertos y festivales. Nos consideran borricos y nos meten a todos en el mismo saco, pero nosotros tenemos voz para decirle a esos verdaderos borricos que, si ella te dice que no, es que no. Y no se hace en pleno concierto para ganarte el aplauso fácil, sino porque somos responsables y comprometidos, aunque no lo parezca.
-¿De qué es lo que te sientes más orgulloso en la vida más allá de la música?
-En la obra de teatro pregunto: “¿Qué creéis que es lo mejor que me ha pasado estos 23 años como cantante de los Mojinos Escozíos?”. Y siempre me responden: “Las tías, el dinero que has ganado, las fiestas…”. Pero la respuesta es haber conocido a mi mujer, la madre de mis hijos. La vida del rockero no es acostarte a las siete de la mañana, es levantarte a esa hora. Mi casa es como un nido de águilas y ambos hacemos todo lo posible para tirar con nuestros polluelos adelante. Ese lado humano y familiar, con mis hijos, es el que no trasciende y es cuando empiezan a quererte más y a quitarse los prejuicios que tenían. Sin duda alguna mi felicidad es la locura que vivo de lunes a jueves por la tarde en casa con las actividades extraescolares de los niños o el ir con mi esposa al gimnasio y luego ir a comprar la comida para toda la semana.
-¿Serás como los cantantes del rock que continúan en activo aunque estén muy entrados en edad?
-Sí, pero creo que sería un problema para el grupo. Piensa que mi batería cumple este año 65 (risas)… Aunque nosotros mismos no encontramos fin a este proyecto porque seguimos siendo esa banda perfecta para una fiesta mayor o conciertos gratuitos en fechas como San Fermín o las Fiestas del Pilar. Laboralmente, rara es la temporada que bajamos de 50 conciertos a contratación, sin contar actos en empresas ni promociones, llegando incluso a los 70 o así. Pero claro, cuando yo llegue a los 65, mi batería estará en torno a los 80… Así que no sé qué pasará…
“Me gustaría más hombres que se manifestaran y se posicionen en contra de este tipo de actitudes machistas. Que violen a una mujer no es cosa de mujeres, y si los hombres no actuamos en contra, parece que estamos de acuerdo con ello”
-¿Y en tu caso particular?
-Yo me identifico más con Rosendo, haciendo otras cosas y volviendo al barrio cuando me retire. Aunque de momento ya me he retirado de domingos a jueves. Poco hago en esos días, a no ser que haya promoción o alguna función del teatro, pero me dedico más a los míos, a ejercer de marido y que mis hijos sepan que tienen un padre.
-¿Cuánto hay en ti de personaje y cuánto de persona?
-El personaje es el sentido del humor de Miguel Ángel Rodríguez representado en El Sevilla, tal y como se refleja en mi función. El Sevilla está en el escenario desvestido y cuando acaba el “show” -y entra en el camerino-, se viste. Esto no significa que el personaje sea inventado o simple postureo, es ese tío cachondo que todos tenemos dentro. ¿Qué pasa? Que, obviamente, no puedes estar todo el rato con ese humor y eso hay quien no lo comprende y te pone en situaciones que tienes que saber llevar. Y además, también tiene su parte sensible y no quiere que a sus hijas le vengan cuatro o cinco borricos de esos y las violen. A mí me gustaría más hombres que se manifestaran y se posicionen en contra de este tipo de actitudes machistas. Que violen a una mujer no es cosa de mujeres, y si los hombres no actuamos en contra, parece que estamos de acuerdo con ello. Eso no puede ser y menos, si somos padres.
