El pasado viernes ofreció un concierto dentro del ciclo “Los Veranillos del Alamillo”, donde el cantante sevillano deleitó al público presente con temas de su último disco, “Conspiración en los polos”
Sus primeros acordes sonaban cada miércoles en la mítica taberna “La Carbonería”, de la que Javi Osorio guarda gratos recuerdos. A partir de su primera maqueta lanzó el primer disco, “De forma natural”, donde alcanzó la popularidad con “No te abandonaré”, interpretado junto a Mario Díaz, ex componente del grupo “Los Aslándticos”. Tras una intensa gira de conciertos, el cantante publica un nuevo álbum donde emprende un camino propio y con un espíritu libre, fresco y personal.
-¿Qué destaca de su nuevo álbum “Conspiración en los polos”?
-Mi primer trabajo fue mi carta de presentación. Ahora muestro más mi personalidad en la música, es un resultado más intimista, una etapa de mi vida en la que han ocurrido algunas cosas que me ha apetecido plasmarlas en canciones. Es muy positivo, aunque comienza desde el estado más bajo de ánimo, se trata un recorrido musical hacia la libertad personal como fin.
-¿Es la libertad un objetivo al alcance de cualquiera?
-Ya sabes, (risas) dependiendo de cómo tú seas. Está en uno mismo, cada uno es dueño de la suya. Puedes tenerla evadiéndote de las cosas o asimilándolas.
-¿Llegó a perder la esperanza en la música?
-Mi última maqueta, “Jaque al tuerto”, no rodaba como yo quería y sufrí, como le ha pasado a muchos artistas, para poder sacar el proyecto adelante. En ese momento quería deshacerme de todo y olvidarme… No obstante, la que era mi mujer, resultó un apoyo importante para sacar mi primer disco. Paradójicamente, la ruptura con ella ha sido el detonante para producir “Conspiración en los Polos”.
-Es autor también de la portada de sus discos, ¿se considera un artista polifacético?
-Me gusta usar todo mi tiempo para mi explorar mi camino interior. Me considero un creador. Normalmente “paro” cosas, una veces hago canciones, otras veces pinturas y también esculturas con materiales reciclados. Debajo de mi casa tengo mi “Ikea” particular, el contenedor de la basura de donde rescato objetos, los restauro y siempre regalo cuadros a mis amigos. De todas formas, lo que más me gusta es la música y su proceso creativo.
-¿Tiene espíritu de cantautor?
-Me considero más un escritor de canciones que un cantautor a la antigua usanza. Me siento más identificado con el estilo americano que con el pop español, porque es la música que me llega más al alma.
-¿Existe futuro para la música como negocio?
– Desde muy temprano tuve mi precontrato discográfico pero de pronto me di cuenta de que ninguno de los caminos en mi vida no pueden ser manejados por nadie. Me gusta hacer las cosas a mi manera. Tengo la suerte de conocer a quienes me han podido asesorar en este mundo. Además voy haciendo las cosas sin pretensiones ni parafernalias. Me interesa tocar y llegar al máximo número de gente posible.
-Será difícil llegar a las radios y a los circuitos comerciales, ¿no?
-Mi baza es hacer la mejor grabación posible. Invertir mi tiempo, mi dinero en hacerlo muy bien. Si hago las cosas así, lo conseguiré como en el primer disco, donde llegué a tener dos temas muy bien situados en las emisoras. Las canciones viajan solas y, gracias a mi representante, que también lo hace muy bien, me ayudan a crear mi propio camino. Paso a paso, creo que lograré mis objetivos.
-¿Se considera profeta en su tierra?
-Vengo de hacer unos conciertos por el norte de España y me he sentido muy a gusto pero en Sevilla siempre he sido muy bien tratado y en mi pueblo, Cazalla de la Sierra, aún más.
-¿Está más cómodo actuando en salas y bares o en grandes teatros?
-Siempre me han gustado los sitios pequeños, en los grandes teatros no ves la cara de la gente. Mantienes una distancia más corta con el público, juegas con otros recursos, hay otro “rollo” más íntimo.
-¿Qué ha supuesto “La Carbonería” para usted?
-Ha sido mi hogar, mi familia. Allí es donde he aprendido, donde he sido bohemio, donde he tenido momentos de muñecas rotas y donde he vivido todo tipo de experiencias propias de la noche. Cuando estoy componiendo siempre vuelvo al recuerdo de ese piano mágico, a esa chimenea, al querido Paco Lira, ya desaparecido, y su hermano Sergio hablando de flamenco y de toros…
-¿Echa de menos espacios como éste en la ciudad?
-Lugares tan especiales como “La Carbonería” no deberían ser conocidos por tanta gente, deberían ser más clandestinos. A los sitios donde fui feliz no me gustaría volver si han cambiado tal y como los conocí. Es una pena que haya sido tan maltratada…
