A sus 41 años, la artista presenta “Peleadora”, single de su nuevo álbum, Mala, que nos ha servido para que, a través de esta entrevista, conozcamos su lado más personal
Por Ricardo Castillejo
Nació en Jerez, se crió y creció en el sevillano barrio de La Macarena y es madre de tres hijos. Forjada en las bases del rap, María Rodríguez Garrido, La Mala Rodríguez, abandonó las clases de aerobic y las empresas de limpieza por la música, donde se convirtió en la primera mujer, en su género, tocada por la varita mágica del éxito. Discos de oro, premios como el Latin Grammy o el Premio Nacional de Músicas Actuales (2009) o infinidad de trabajos y colaboraciones han ido forjando una carrera profesional en paralelo a una vida personal en un plano mucho más discreto. Más cercana que nunca, la artista nos cuenta hoy facetas suyas, hasta ahora, muy desconocidas…
-Antes de nada, ¿qué tal estás llevando el confinamiento?
-Muy bien. Disfrutando de la familia.
-¿Supone para ti un antes y un después?
-Hombre, ha habido momentos en los que me he planteado la suerte de estar rodeada de tanto amor. A mí me ha ayudado a tomar consciencia de que hay que dar gracias todo el rato. Solo tenemos esta vida y hay que vivirla a tope.
-A los músicos os ha tocado de lleno, sobre todo en lo que a conciertos se refiere…
-Se han cancelado muchos en muchos países y lugares. Todo mi equipo y yo estamos muy afectados, pero soy positiva y creo que podremos volver a los directos muy pronto. Saldremos de ésta y lo haremos más fortalecidos y con más ganas.
-Después de tanto recorrido, ¿cambia la sensación a la hora de un nuevo lanzamiento?
-¡Qué va! Yo estaba de los nervios, como una loca perdida. Hace siete años saqué mi último disco y la verdad que no he dejado de hacer proyectos, de firmar canciones… Hasta he tenido una niña… Siempre intranquiliza mostrarse y yo llevo exponiéndome toda la vida, sin miedo pero, nervios, tela…
-¿Regresas muy cambiada?
-Hombre, si miro atrás me veo que he crecido mucho y estoy muy fuerte. Muy fuerte… Los años me han sentado muy bien y noto que, básicamente, estoy más gorda (risas)…
“Durante mucho tiempo me he sentido muy sola y muy incomprendida pero, desde el Premio de la Música, todo ha cambiado mucho. Al final he visto que no estoy sola y que se me quiere. No podía parar de llorar porque siempre me había sentido como un bicho raro”
-Has pasado la barrera de los cuarenta, una edad para muchos decisiva…
-Me he encontrado con mucha gente un poquito amargada pero también hay otros que se encuentran muy bien. Si no te has realizado o no has perseguido tus sueños puede ser que a los cuarenta te sientas como un puto fracasado, pero, si has estado en otra búsqueda, el balance es todo lo contrario. Es como que viene lo mejor, que es mi sensación. Tengo más herramientas que nunca y estoy a tope.
-Eres una artista muy admirada pero también muy desconocida… ¿Cómo has mantenido ese secretismo?
-Cuando hice el primer álbum la fama me venía muy grande y no quería entrar ahí. Tenía mucho recelo de los medios y, a la vez, sentía que aún no tenía mi público. Es más, al principio apenas había chicas que vinieran a las actuaciones. Hoy día es todo lo contrario y el sonido urbano es el pop, la escena es totalmente diferente. Durante mucho tiempo me he sentido muy sola y muy incomprendida. Por eso la relación con la prensa ha sido un poco rara aunque, desde el Premio de la Música, todo ha cambiado mucho. Ése ha sido el punto de no retorno y el instante en el que de veras he sentido la conexión y cundo he entendido que estaba haciendo algo, que ha llegado y que hasta se ha creado una escuela con mi obra. Que, al final, no estoy sola y que se me quiere. No podía parar de llorar porque siempre me había sentido un bicho raro.
“Si no te has realizado o no has perseguido tus sueños puede ser que a los cuarenta te sientas como un puto fracasado, pero, si has estado en otra búsqueda, el balance es todo lo contrario. Es como que viene lo mejor, que es mi sensación”
-Si tuviéramos la oportunidad de observarte más de cerca, ¿qué persona descubriríamos?
-Quienes me conocen saben que me gusta estar sola, que me gusta pasar tiempo conmigo mismo, el deporte, bailar, leer, reírme, el cachondeo, los niños… De todos modos, a través de mis letras un poquito sí que me tienen que conocer porque ahí está todo, no me dejo nada.
-¿Cómo eres como pareja? ¿Eres romántica?
-¿Romántica? (Risas) Igual debería ser más romántica pero no me acuerdo ni de aniversarios, ni cumpleaños, ni del día que estamos… Creo que como pareja soy lo peor. ¿Para qué nos vamos a engañar? Estoy en mi planeta, aunque sí que soy cariñosa.
-¿Y como madre?
-Igual. No se puede tener todo. Dicen que Paco de Lucía tenía una casa aparte de la casa familiar y a mí eso me mola. Cuesta mucho dividir lo que le dedicas a tu arte y a las otras relaciones que uno tiene. Eso sí, cuando estoy trato de estar al cien por cien. Por eso me ha gustado la cuarentena, al poder disfrutar más de los míos sin hacer nada. Eso sí que tiene valor…
-Ya que lo mencionas, ¿cuál piensas que es tu mayor valor como ser humano?
-Soy comprometida, muy leal. Cuando algo me importa voy a tope con ello y nada me para. Si quieres que te ayude estaré a muerte contigo.
