Sin nadie esperarlo, la colaboradora de Telecinco apareció ayer en el plató de “Sálvame” para felicitar a su amigo, Kiko Hernández, en su 44 cumpleaños.
Por Ricardo Castillejo
Nadie la esperaba… pero apareció. Mila Ximénez, en plena cruzada contra el cáncer, quiso felicitar ayer a su amigo, Kiko Hernández, en el 44 cumpleaños de éste quien, sorprendido, agradeció el gesto de su compañera. “Feliz cumpleaños, me enteré muy tarde de lo de ayer, que estabas mal, porque duermo todo el día. Te quiero mucho y te echo de menos, quería decírtelo personalmente y quería darte un abrazo”, comentó mientras Chelo García Cortés y María Patiño no podían dejar de llorar.
Sin maquillar ni peinar, la sevillana llevaba 90 días desde que abandonó su labor en la televisión, donde aprovechó para aclarar que no estaba en coma, tal y como algunas noticias habían apuntado en redes sociales unas horas antes. “Estoy bien y voy a estar mejor. Ya celebraremos tu cumpleaños… Yo también tengo que cumplir años”, le comentó a Hernández confesando que estaba “cansada” del momento que estamos pasando. A la vez, Mila se sinceró sobre su día a día: “Necesito saber ya que estoy bien, no quiero tener vida de enferma. Le he prometido a Alba que voy a salir de casa y a hacer cosas, y no puedo dejarme vencer. Yo no estoy enferma, mi cuerpo tiene algo que no funciona”. Más allá, Ximénez advirtió que, aunque lo suyo sea un cáncer de pulmón inoperable -y con metástasis-, lo superará, avanzando que el miércoles tiene una prueba importante que, aunque salga mal, no le impedirá seguir avanzando.
Con ganas de vivir, la que fuera mujer de Manolo Santana no pudo sino dejar de aceptar que ha estado a punto de dejar el tratamiento pero que, animada por su oncóloga, amigos y familiares, no piensa tirar la toalla. “Hay mucha gente que quiere verme viva”, matizó en el que, sin duda, es su momento más crítico.