Tras conocer, la semana pasada, el perfil de cuatro de los diseñadores jóvenes que más “parten la pana” de la moda flamenca actual, toca el turno hoy para dos nuevos referentes como son CLOE, firma formada por Pablo Retamero y Juanjo Bernal, y Ventura, creada por Jonathan Sánchez Fernández. Ellos, junto con el resto, forman parte del reportaje “La savia nueva de la moda flamenca” publicado en la versión impresa del número de abril de “Sevilla Magazine”
Pablo Retamero (1983) y Juanjo Bernal (1976), Sevilla
Desde hace 16 años trabajan en la moda, pero no fue hasta hace seis cuando decidieron fusionar sus firmas en CLOE. Pablo Retamero nació en una familia entregada al mundo del punto, estudió Diseño y pronto se adentró en la flamenca, mientras que Juanjo Bernal siempre ha tenido una especial predilección por el traje regional andaluz. Para ellos, trabajar juntos a la hora de diseñar está lejos de convertirse en un problema: “Los dos tenemos la misma visión de la flamenca”, comentan. Se trata de un “quita y pon” equitativo en el que las satisfacciones son mayores que los desencantos: “Es muy confortable trabajar en equipo porque cuando tienes una inseguridad, el otro te dice que va a funcionar”. Para crear sus colecciones se inspiran en los momentos vividos y en sus viajes y Pablo tiene claro que la de esta temporada es la que más le ha tocado la fibra: “Ha supuesto un antes y un después”, nos confiesa. Y es que han salido de la zona de confort arriesgando con estampados y diseños muy diferentes a los que estaban acostumbrados. Eso sí, lo más importante para ellos de un vestido siempre ha sido estilizar a la mujer, resaltar sus curvas y su feminidad. Aunque cuentan que el día del desfile es “como un parto”, están muy agradecidos de poder decir que su mayor logro ha sido llegar a donde están sin trampolines y, además, tienen la intención de mantenerse ahí, sin olvidar, por supuesto, la moda nupcial, otro de sus puntos fuertes.
Ventura, 1984, Sevilla
Jonathan Sánchez Fernández es bailaor, trabajaba en un tablao y su mundo giraba en torno a este arte hasta que, un buen día, comenzó a hacerse su propia ropa de trabajo y sus compañeras le pedían faldas y vestidos. Hace tres años creó “Ventura”, su firma, con la que ha descubierto que se puede vivir de la moda. En cada una de sus tres colecciones ha dejado algo de él, siempre dedicándole mucho tiempo y dándole mayor importancia a la parte superior de los vestidos. Le gusta innovar y no tiene problemas en poner una cazadora de cuero o un poncho sobre la pasarela, dejando claro que no hay “flamencas de alta costura” pues, hoy día, todo está hecho con la máquina. Jonathan desmiente mitos que hay sobre los diseñadores que en ocasiones se ven como “inaccesibles”, “con alto nivel de vida” o que “se llevan mal entre ellos”, y asegura que para ser bueno en esto hay que ser consciente de lo que te gusta, hacerlo así e impregnar en el diseño tu propia personalidad: “Una colección no puede ser un catálogo, hay forjarla con una música acorde y un hilo conductor. Y lo que es fundamental: Un diseñador nunca debe copiar a otro”, nos comenta. Con todo esto y al apoyo de su familia también crea vestidos de ceremonia, tanto invitadas como novias, aunque su corazón, indudablemente, pertenece al flamenco.
