La subdirectora de la revista “¡Hola!”, y directora de la edición mexicana de esta publicación, presenta su cuarta novela, “La felicidad es un té contigo”, reivindicando en ésta la intriga y el humor a partes iguales

Es una mujer muy educada, muy cercana… y con mucho sentido del humor. Mamen Sánchez, periodista, esposa y madre de cinco hijos, se muestra a sí misma más que nunca en “La felicidad es un té contigo”, novela con la que ha conseguido el mayor éxito editorial de su trayectoria como escritora (va por la tercera edición y acaba de salir al mercado) y donde cuenta una historia con muchos tintes personales. Ahí, una revista que cierra, una familia gitana del Sacromonte granadino (extrapolación de su propia familia), un inglés que viene de visita a España… y té, mucho té para propiciar conversaciones como la que mantuvimos con la escritora a su paso por Sevilla.

-Se le va con este libro más ilusionada que con los anteriores… ¿Es así?

-Pues eso me dice mi marido… En realidad, como hay tanto mío, y de mi círculo personal, eso ha creado un clima muy especial en torno a la novela. La familia gitana, por ejemplo, es la mía trasladada en bloque al Albaicín. Hay primos, amigos… Mi abuelo nació en Ronda, tengo familia andaluza, mi marido incluso es de Jerez… El argumento troncal es un inglés de tradiciones muy arraigadas que viaja a nuestro país y descubre la España profunda y de ser estricto y formal, conoce la felicidad del optimismo y la alegría.

-¿Le ha resultado entonces fácil meterse en la piel de andaluces?

-Bueno, es que yo me siento andaluza de espíritu. Aunque no haya vivido de seguido en vuestra tierra, sí vengo mucho. También, por la dirección de “¡Hola!” en México, me considero un poco de allí.

-¿Suele ir mucho? ¿Cómo se organiza con cinco hijos y su trabajo?

-De vez en cuando pero en realidad lo suelo gestionar todo desde mi oficina de Madrid. Lo otro es malabarismo puro (risas). Estoy hecha un lío. En función del momento soy periodista, escritora, madre… Mi vida parece un poco como el “¿Qué apostamos?” (risas). Los niños tienen quince, catorce, doce, diez y nueve y, gracias a Dios que me ayudan porque soy muy mala ama de casa. Espero al menos que se sientan orgullosos de su madre…

-¿Seguirá alguno sus pasos?

-Pues seguro. Lo que sí te digo es que somos todos de letras. Las matemáticas se nos atragantan a todos (risas).

-Lo que sí supongo que intentará que ejerzan un periodismo digno porque la profesión, y más en lo social, está muy mal considerada, ¿verdad?

-Es cierto que hace unos años el periodismo “del corazón” era más amable. Ahora el miércoles, cuando salen las revistas, los temas han salido en televisión o en las redes sociales. Han cambiado tanto las cosas… Se critica y se lanzan comentarios dañinos y eso no lo hacen los periodistas. Siempre ha habido interés en las vidas ajenas pero nosotros hemos luchado por una profesión noble. En “¡Hola!” tenemos un prestigio de mucho tiempo y yo en concreto no me siento atacada. Lo que sí estaría de acuerdo en poner ciertos límites al modo de llegar a algunas informaciones. El acoso, las falsedades, no debieran permitirse.

-Son muy populares las exclusivas de su revista…

-Te explico. Las exclusivas podríamos considerarlas como un ingrediente de una pizza. Es importante ir al mercado, escoger la materia prima mejor… Hay que invertir y nosotros invertimos en información y por eso tenemos un presupuesto que es básico. Igual que se pagan las fotografías, los textos, se pagan las exclusivas. Mi marido trabaja en el Real Madrid y allí les pasa igual con los futbolistas. O en el cine… Aparte está el que el famoso nos escoja como medio para hablar y eso nos honra.

-¿Son los populares de hoy más “cutres” que los de antes?

-Bueno, antes no los oíamos hablar ni actuar ni veíamos sus discusiones en directo. Había menos medios. Hoy se ha perdido un poco el misterio aunque sigue habiendo historias de superación y personajes que merecen la pena. Yo sigo enamorada de mi profesión.