Los perfumes de Agua de Sevilla resurgen con aires nuevos pero manteniendo la esencia de lo tradicional y con la marca de esta ciudad por bandera.
Agua de Sevilla nació durante la Expo del 92 -acaba de celebrar, pues, su 25 aniversario- de la mano de Isabel Rodríguez Quesada y desde entonces ha mantenido su recorrido por un camino donde, hace aproximadamente un año, la firma de perfumes recibió un nuevo impulso. María Cardoso Bañuls es ahora la directora de marca de la empresa y hoy nos habla del “resurgir” de esta fragancia que está relanzando un aroma emblemático, con vistas al mundo entero, tras un período de mayor tranquilidad.
-Hace pocos meses habéis estado en Hong Kong… ¿Para qué exactamente?
-Hemos visto tendencias. Tienen una feria mundial muy importante y hay que estar en todas partes, pues pretendemos vender Sevilla al mundo. Nuestra ciudad tiene marca propia y un olor único. De hecho, éste fue el núcleo donde Isabel se inspiró al crear el perfume hace 25 años, en que es una ciudad se huele. Quiso atrapar su aroma en un frasco y que, con solo un gesto, cualquier persona pueda transportarse a Sevilla. Es tan característico gracias a esos 40.000 naranjos que tenemos en las calles y que, en primavera, cuando sale el azahar, explosionan llevándonos a los buenos recuerdos.
-¿Cuál es el olor de estos perfumes?
-Tenemos varias opciones. Está la original, con su cajita azul que todos recordamos, pero también está la masculina, “Agua de Sevilla Noir”, y “Agua de Naranjos”. Como fragancia es un aroma único, tener la primavera en un tarro, además, en un frasco cónico que representa la arquitectura de La Cartuja. El olor de la edición “Noir”, cuando se asienta en la piel de esos hombres limpios y con esa lavanda de fondo, nos lleva al incienso, a la Semana Santa.
-¿Os pensasteis mucho el ser las dueñas y gestionar todo esto?
-No lo hicimos mucho. Siempre te da vértigo el proyecto, pero nos motivó muchísimo lo de llevar Sevilla al mundo entero. Al final, hablas de tu ciudad y de Andalucía, ya que los naranjos amargos están en toda nuestra tierra. Nos sentimos muy afortunadas porque no cualquiera tiene la oportunidad de trabajar enamorado de lo que hace.
-¿Vendéis Agua de Sevilla igual de bien en Sevilla que fuera?
-Aquí se vende fenomenal. Es verdad que, tras ese silencio que ha tenido la marca estos años atrás -y que el consumidor dispone de una gran variedad de fragancias-, se coge un sustituto. Ahora mismo, estamos lanzando un mensaje al usuario para que sepa que seguimos vivos, que somos la original y que no hemos cambiado nada sobre su formulación. También estamos haciendo muchos esfuerzos para que se conozca el “Agua de Sevilla Noir” de caballeros, que recomiendo también en piel femenina. Es más, yo misma la uso… (risas).
-¿Cuál es el secreto de vuestro perfume?
-Su calidad. Todo es natural, se recolecta el azahar aquí en Sevilla, se varea con la misma delicadeza con la que tratamos el oro líquido que tenemos en España… Es tal el proceso artesanal que creemos que es un buen argumento para que los consumidores vuelvan a nosotros.
– Sois jóvenes que habéis mantenido la esencia, pero estáis continuamente innovando y creando. De hecho, ahora estáis con una línea de paraguas…
-Lo que estamos haciendo es dándole esa imagen un poco más actual, sin perder la esencia tradicional. Le damos ese “empujón” que necesita. Aparte, tenemos proyectos sobre los que estamos trabajando. Los comienzos son duros, pero emocionantes.
-Confiáis mucho en vuestros productos…
-Y en nuestros clientes, porque recibimos muchísimos comentarios de ésas que han llevado el perfume durante toda la vida, nos encontramos por redes a personas para las que es algo muy especial porque les recuerda al nacimiento de un hijo o que la han tenido en su boda… Siempre hemos estado presente en sus momentos importantes y queremos cuidarlas.
-Es que el universo de los perfumes es apasionante, hay tanto que hablar ahí…
-Es una maravilla. En el equipo, que viene de otro sector, no paramos de aprender, hacemos formaciones olfativas… Hay tantos olores que se pueden “materializar”, que es increíble lo que se puede meter en un frasco. Me encanta este trabajo porque al final, como te comentaba antes, un aroma te recuerda a momentos, personas especiales, viajes… Ser parte de esas vivencias o de esas sonrisas cuando te viene un olor es algo maravilloso. La ilusión mueve el mundo.
-¿Cuál ha sido el balance de este año al frente del negocio?
– Las tradiciones están de moda. Lo “vintage” y lo artesanal cobran especial importancia en un mundo donde proliferan lo efímero. Nos encanta la tecnología, pero queremos seguir en esa combinación de tradición y estar conectadas.
-Por cierto, los perfumes ahora son para cualquier momento, ¿no?
-Sí, pero, sobre todo depende de la calidad. Te puedes poner uno por la mañana y, en el caso de Agua de Sevilla, se adapta al ritmo de vida que llevamos, a cualquier momento y a cualquier edad.
