La cantante disfruta de un momento de éxito absoluto y, tras quedar finalista en la pasada edición de “Tu cara me suena”, lanza su disco, “La folcrónica”, y actúa, el viernes de esta semana, en el Cartuja Center de Sevilla

Da las gracias continuamente y siempre lleva en su rostro una sonrisa dibujada. La malagueña María Peláe viene de un camino de mucha lucha y, consciente de lo que cuesta todo, tiene siempre los pies sobre la tierra. Así, lo que está viviendo en este momento lo disfruta con humildad y agradecimiento, algo que habla de su grandeza como una mujer que no tiene inconveniente en reivindicar su condición sexual y de mostrar claramente de la relación que mantiene con Alba Reig, una de las integrantes de “Sweet California”. Ahora, con “La folcrónica”, la que dicen que es la “Lola Flores del siglo XXI”, estrena un interesante abanico de canciones, compuestas por ella y su compañera, entre las que ofrece duetos con grandes como Vanesa Martín, Nia Correia, Las Niñas o Sandra Carrasco. Este viernes podremos disfrutarlas, en directo, en el Cartuja Center…

-¿Valoras más lo que estás consiguiendo viniendo del duro recorrido del que vienes?

-Por supuesto. Estoy muy agradecida y, cada cosita que me pasa, me la tomo como lo más grande del mundo. He estado muchos años sin saber si vendría o no gente a mis conciertos y, ver que el viernes en el Cartuja está todo vendido, da una alegría inmensa. No siempre todo es el trabajo. Influyen más factores…

-¿Has reflexionado sobre dónde está la clave para que pase esto o no?

-Tengo muchas compañeras y muchos compañeros que merecen que los escuchen. Claro que hay una parte de ir “buscando la tecla”, como dicen las antiguas y que, en mi caso, encontramso cuando lanzamos “La niña”. Pero también depende de la suerte, el momento en el que estés… No todo es el talento o el esfuerzo.

-¿“Tu cara me suena” ha influido?

-Ha sido el remate por bulerías (risas). Estaba en un sprint bonito, pero evidentemente ha sido una exposición muy grande, aunque también un viaje de aprendizaje y curro bastante importante.

“Soy una folclórica de bata de cola pero en el siglo actual, que lo mismo limpia con un reguetón de fondo”

-Te hemos visto ahí en muchos roles y hemos descubierto que tienes una gran tesitura…

-Sobre todo lo han descubierto quienes me conocían por temas como “El tío Juan”, quizás porque no me habían visto en concierto, donde a mitad me quedo sola, con una guitarra en un momento acústico donde nos arañamos entre todos un poquito, aunque luego venga de nuevo la alegría.

-Es que en el programa te has atrevido hasta con Pastora Soler, considerada la voz de España…

-Imagínate ese día… Me veía al lado de ella y pensaba: “Atrévete ahora” (risas). Pero es un corazón con patas. Me lo facilitó muchísimo y en el ensayo quería que claváramos ciertas notas…

-Y encima hasta con Lola Flores, tu gran referente…

-Esa noche, mientras me caracterizaba, esperaba no encontrarme con Lolita, pero sí me la encontré por los pasillos a medio hacer. La miré, me santigüé y me dijo: “¡Hola, mamá!” (risas). Se portó muy bien y me dio mucho amor porque sabía que todo lo que he hecho homenajeando a Lola ha sido con el mayor respeto.

-¿Has descubierto algo de ti que desconocieras?

-Registros de mí misma. Verme como Anastacia o Madonna… De repente te toca algo en francés y no sabes cómo enfrentarte a eso… pero lo haces. Cuando subes a ese ascensor te tiembla todo, pero eres consciente de que tienes que dar lo mejor de ti, también por el equipo.

“No soy enfadona, la verdad. Soy “indignadora” y por eso escribo lo que escribo. En todo caso en conversaciones políticas o sociales sí me enervo un poco y ahí me tengo que controlar”

-Las folclóricas se han asociado mucho al régimen franquista y tú apuestas por un disco, “La folcrónica”, en el que sigues su estela…

-Es que depende del libro donde lo leas o la etapa de la historia que sea. También han sido mujeres empoderadas que hacían o decían lo que otras mujeres no podían por desgracia. Estábamos en un régimen dictatorial y seguimos en un sistema patriarcal, herencia de eso. Cuando se habla de la copla se habla de algo antiguo, con cierta caspa, pero muchas han sido escritas por mujeres y han contado cosas que no se podían contar. Soy una folclórica de bata de cola pero en el siglo actual, que lo mismo limpia con un reguetón de fondo…

-Entre tus reivindicaciones está el mensaje de apertura, más allá de los gays, a las lesbianas…

-Es otro paso que dar. Cuando pequeña no tenía ningún referente de mujer lesbiana. En alguna serie aparecía un gay pero una lesbiana parecía que no existía o tenían que ser todas monjas (o con unas connotaciones en las que no te sientes reflejada). Mi vida es así. Tengo una pareja y es una mujer… ¿Por qué no lo voy a decir? Si lo ocultara sería partícipe de la maldita historia que nos persigue. Que tengas que ser valiente para decir lo que te gusta o lo que eres es muy heavy… Incluso en televisión lo gay roza lo cool pero, si eres lesbiana, parece que eres menos.

-¿Cómo son tus seguidores?

-Muy variopintos. Y me encanta. Lo mismo tengo señoras de setenta u ochenta años, a las que amo con sus pelos cardados, familias tradicionales y, claro, un porcentaje de público del colectivo.

-En tus redes, y en general, transmites muy buen rollo pero, ¿cuándo te enfadas?

-Cuando me sale mala la comida… (risas). No soy enfadona, la verdad. Soy “indignadora” y por eso compongo lo que compongo. En todo caso en conversaciones políticas o sociales sí me enervo un poco y ahí me tengo que controlar…