La representación en el Teatro de la Maestranza de “Tú no te has ido” ha vuelto a demostrar tanto el interés que despierta la copla como el fuerte arraigo popular de la figura de Marifé de Triana

Ricardo Castillejo

Marifé de Triana, la “vendedora de coplas” más prolífica de la historia del género –más de 500 canciones grabadas-, hubiera estado muy orgullosa de lo que este fin de semana ha sucedido en el Teatro de la Maestranza. Para empezar por haberse tratado de una puesta en escena desarrollada por un trío de buenas personas, calidad humana que, para la fallecida artista, era lo más importante en la vida. Y así Joana Jiménez, Erika Leiva y Antonio Cortés han sido quienes han decidido unirse para representar “Tú no te has ido”, concierto homenaje que, durante más de dos horas y media, ha repasado lo más destacado de la discografía de la sevillana.

Joana Jiménez, Antonio Cortés y EriKa Leiva ovacionados por el público del Maestranza.

Más allá, estamos sin duda no solo ante tres de las mejores voces de la copla actual sino, además, frente a grandes artistas –concepto que supera en atribuciones al de “cantante”- que saben, con solo pisar unas tablas tan destacadas como ésas donde ha transcurrido todo, llenar el espacio gracias a ese carisma que les hace, cada uno con su estilo, únicos. En este sentido, Joana, la más flamenca y racial, eligió títulos como “María de la O” o “Tres puñales”, con los que demostró sus increíbles dones profesionales que la hacen ser un referente; Erika hizo lo propio con hitos como “Ten cuidado” o “Encrucijada”, confirmando a través de ellos una potencia vocal, e interpretación, capaz de llegar a altas cimas del pentagrama sin descuidar graves y medios; Antonio, el puntal masculino del grupo, apostó por “Te he de querer mientras viva” o “13 de mayo” donde desarrolló una tesitura contundente, rica también en “flamencura”, proyectando un sobrecogedor torrente de voz.

Los protagonistas de “Tú no te has ido” en la presentación del concierto.

Sencillo en su planteamiento, “Tú no te has ido” partió de una presentación a capela de cada uno de los integrantes del elenco para pasar, a partir de ahí, a una sucesión de piezas, una tras otra, interpretadas en solitario (a excepción de un trío a mitad del transcurso total y un par de ellos al final) y presentadas, en función del momento, con diferentes estilismos de diseñadores como Lina o Pablo Lanzarote. Dramas, pasiones, sentimientos a flor de piel se sucedieron en una iniciativa que pretende salir de gira incluso al extranjero y que, casi con toda seguridad, marcará un antes y un después en las carreras de las jóvenes figuras que la conforman.

Amigos de la homenajeada, tanto Joana –que, por cierto, ayer celebró su cumpleaños ante el público- como Erika y Antonio se mostraron muy medidos y correctos en la demostración de su admiración a la de Triana a quien, paradójicamente, no quisieron cederle este espacio para celebrar allí su despedida profesional. Sea como sea, al final todo termina poniéndose en su sitio y Marifé, viva por siempre en su obra, ha visto cómo el Maestranza se rendía a sus pies ya que, mientras sus temas continúen encontrando fuertes gargantas de las que salir -y espectadores para aplaudirles-, la de Burguillos no morirá jamás. Un motivo de regocijo para quienes, por un fugaz instante, pensaron que se había ido…