A las nueve de la mañana ha llegado a los juzgados Nacho Palau, ex de Miguel Bosé, con intención de pelear la batalla para que, los cuatro hijos que entre los dos tienen, estén juntos como los hermanos que, cuando eran pareja, proyectaron que fueran.

Por Ricardo Castillejo

“Los niños se necesitan, todo es un despropósito”. Son palabras de hace unos días de Nacho Palau quien, esta mañana a las nueve, llegaba puntual al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número cuatro de la localidad madrileña de Pozuelo De Alarcón. Y es que, aunque Miguel Bosé viva en México, y Nacho Palau en su natal Valencia, era en Somosaguas (zona próxima a Pozuelo) donde ambos residían cuando eran pareja y cuando decidieron traer al mundo a los hijos que tienen.

“Fue un proyecto de familia que creamos Miguel y yo. Los he deseado, los he recibido desde que llegaron al mundo, les he dado biberones, les he cuidado. Hemos sido una familia. Nunca jamás pensé que podría pasar esto”, ha comentado Palau al respecto de la situación que tiene entre manos.

Así, el cantante y el escultor se convierten hoy en noticia por la filiación que se están jugando para los dos pares de mellizos que hace dos años salieron a la luz cuando Nacho interpuso una demanda para unir a Ivo y Telmo, sus niños, con Tadeo y Diego, los de Miguel, todos con diez años y fruto de gestaciones subrogadas independientes, tramitadas en 2010.

Juntos crecieron juntos en casa del intérprete y, aunque no comparten ni genes ni apellidos -son descendientes biológicos de sus respectivos progenitores-, sí tienen unos vínculos de familia los cuales, tras la separación de sus “papás”, en 2018, se rompieron. Desde entonces, Palau destapó su unión de 26 años con el intérprete de “Sevilla” al que nunca le vinculó ningún compromiso matrimonial, pero, evidentemente, sí afectivo.

De hecho, con las pruebas de testigos como la hermana del escultor y su madre, Lola -que no ha podido evitar emocionarse esta mañana, es como el artista plástico pretende argumentar una denuncia a la que aún le quedan muchos pasos que dar.

Por su parte, Bosé guarda silencio, tanto a nivel personal como en lo que a sus abogados, del despacho Aranzadi Ríos & Bengochea, se refiere. Un triste desenlace para lo que pudo ser una historia feliz.