La cantante convierte una relación pasada en la inspiración de “Quererme solo yo”, un nuevo tema compuesto por Vega que le llega en un momento vital espléndido donde disfruta del amor de pareja y del de su hija, Martina, de nueve años.
Por Ricardo Castillejo
Una experiencia amorosa del pasado ha servido para, cual Ave Fénix, renacer de sus cenizas sentimentales, quererse más que nunca y, a partir de ahí, encontrar un amor auténtico y puro. A punto de cumplir, en este 2021, veinte años de su participación en “Operación Triunfo”, la malagueña es una madre abnegada de Martina, su pequeña junto a la que, de vez en cuando, la vemos disfrutar en los vídeos de Instagram que comparte con sus seguidores. Nuria Fergó presenta “Quererme solo yo”, toda una declaración de intenciones para quienes deciden, lo primero de todo, tomar el camino de respetarse y aceptarse completamente.
-Eres una luchadora nata… ¿No conoces el desánimo?
-Hombre, claro… Soy persona y siento y padezco igual que todos. Lo que pasa es que intento dar la vuelta a lo malo y resurgir. Hay que seguir avanzando y… ¡menos mal que tengo esa capacidad! Me digo: “¡Fergó! ¡Para arriba!” (risas).
-Este nuevo tema surge de un relato que le haces a Vega…
-Estuve dos horas con ella, explicándole eso que me había pasado y que me apetecía compartirlo con los demás para transmitir el mensaje de lo importante que es quererse para que todo fluya. Si no, siempre vas arrastrando cosas y te sientes infeliz. La mía fue una historia muy bonita que no todo el mundo tiene oportunidad de vivir, aunque luego no sea para siempre. ¿Que me ha dolido? ¡Claro! Pero eso luego se olvida…
-¿Has tenido la sensación de dar demasiado a quien no lo merecía?
-No lo veo así. Yo he dado cuando me ha apetecido hacerlo. Tal vez no era el momento del otro, pero no me arrepiento. Lo que sí tengo claro que, el que se lo ha perdido, ha sido él… (risas). Si no ha podido ser es porque no sería para mí. Cuando uno está lleno con uno mismo te tienen que aportar, no llenar tus vacíos. Si estás bien contigo mismo no aguantas relaciones tóxicas.
“He sido un poco cafre porque no pienso lo que digo y lo suelto, en ocasiones ante quien no debía… No puedo ser perfecta, aunque ya he aprendido a base de que me hayan hecho la cruz en algún sitio”
-¿Cómo aprendiste a quererte tú más? ¿Qué herramientas utilizaste?
-Bueno, no lo he contado nunca, pero en una época mía mala necesité ayuda para desahogarme, para charlar… Se puso en mi camino una coach que se llama Mónica y que me dio ánimos y fuerzas. Cuando ahora se encuentra conmigo me dice que está muy orgullosa de lo que he crecido.
-¿Estás enamorada ahora?
-Sí… (risas). Estoy muy contenta… Me llegó cuando tenía súper claro que no me apetecía nada con nadie. Entonces miré arriba y pregunté: “¿Por qué me mandas esto?”. Estaba con mi trabajo, mi hija… A lo tonto, a lo tonto, llevo un tiempo con él y está siendo un compañero de vida que me hace muy feliz.
-¿Tu balance de 2020?
-Un año muy raro, malísimo, para borrar. Si no fuera por el temazo de Vega y por el comienzo de las grabaciones de mi nuevo álbum… Nos han parado en seco y nos han quitado la libertad. Necesito la normalidad de antes, que acabe esta pesadilla, que podamos volver a abrazarnos, a besarnos…
-En 2021 se cumplen dos décadas de la primera promoción de “OT”… ¿Hay algo preparado al respecto?
-Es que estamos tan pendientes de la pandemia… Verás, comentarse se ha comentado, pero sin cerrar nada. Sí que seguro haremos una quedada… Desde luego que, veinte años después, nos seguís preguntando por aquello…
-¿Bajo qué sentimientos vives tus recuerdos de aquel instante?
-Me salió como me salió. Soy una chica muy impulsiva y recuerdo todo con nostalgia, porque soy la persona que soy gracias a “Operación Triunfo”.
“He estado dedicada a mi hija, en vez de a mi carrera, durante ocho años. Lo he elegido así y por eso me quedé en mi pueblo, sin hacer temas ni promociones, pendiente de ella y de su primera infancia”
-¿Quedan secretos por desvelarse?
-Yo creo que ya ha salido todo (risas). En el quince aniversario se destapó todo… Fue como que les dio igual… (risas).
-Siempre hablas con mucha sensatez… ¿Nunca has despegado los pies del suelo?
-Nunca… Nunca… No sé si por mi forma de ser, por mi educación… Mi medio de trabajo es como otro y yo no me veo más que nadie. Me he adaptado a todas las etapas que me ha tocado. No soy caprichosa ni de comprar nada caro. Con un incienso y unas velitas me conformo… No quería que esto fuera un “boom” de “ahora sí” y “mañana no” y he trabajado sobre esa base, para que se me tomase en serio. Supongo que no lo he hecho del todo mal cuando sigo aquí…
-¿Cuál es, mirando atrás, el motivo para ti de mayor orgullo?
-Haber sido fiel a lo que he querido y he sentido. Me he impuesto a gente a la que no debería haberme impuesto, tuvieran el cargo que tuvieran. Al final, la que canto soy yo y tengo que sentirme a gusto, ya sea más flamenquito, más latino o más bailable. Sí que te reconozco que disfruto más a piano y voz que con una banda.
-¿Has cometido grandes errores?
-He sido un poco cafre porque no pienso lo que digo y lo suelto, en ocasiones ante quien no debía… No puedo ser perfecta, aunque ya he aprendido a base de que me hayan hecho la cruz en algún sitio…
-El mayor acierto, tu hija Martina…
-Sin duda. Es mi “mochilita”, una niña muy cariñosa junto a la que formo un “equipazo”. Se apoya mucho en mí y me tiene de referente y eso es esencial. Soy su “mami” y ésa es una responsabilidad para siempre… Ser madre implica olvidarte un poco de ti.
-¿Repetirás maternidad?
-No. Mi profesión me lleva a viajar mucho y eso te quita de los que quieres. He estado dedicada a mi hija, en vez de a mi carrera, durante ocho años. Lo he elegido así y por eso me quedé en mi pueblo, sin hacer temas ni promociones, pendiente de ella y de su primera infancia.
