Hasta mañana domingo, en el Auditorio FIBES, el actor, muy popular por sus apariciones televisivas, protagoniza la versión musical de la mítica película protagonizada por Kevin Costner y Whitney Houston.

Ricardo Castillejo

A sus 45 años no solo puede presumir de un físico envidiable sino de una trayectoria en la que ha participado en multitud de producciones televisivas (que abarcan, por citar solo dos, desde la recordada “Al salir de clase” a la no menos popular “Amar es para siempre”). Muy activo en redes sociales, el catalán Octavi Pujades recrea ahora a Frank Farmer, el protagonista de “El Guardaespaldas” que, en su versión musical, visita el Auditorio Fibes Sevilla hasta mañana domingo reviviendo una romántica historia que a todos nos conquistó, en la “gran pantalla”, con esa película que uno nunca se cansa de ver. Al final, el amor es un tema recurrente que, con final feliz -o no-, a todos nos engancha. Y si es con música, más aún…

-Para ti como intérprete, asumir este papel -con antecedentes en el cine como el de Kevin Costner-, ¿hace que tenga una carga añadida?

-Realmente no. A ver… Vi la película en su momento y el lenguaje de la obra es completamente distinto. Además, justo el personaje que hago yo, el de Frank Farmer -que es el mismo que hace Costner-, no se puede hacer igual en el cine que en el teatro. Cuando te enfrentas a una obra, partes, tanto del texto que tienes, como de lo que busca el director. A partir de ahí, creas desde cero y, aunque haya referentes, tenemos que intentar obviarlos, porque es la misma historia, pero en un contexto muy distinto. El mío es un papel muy chulo porque va un poquito a la contra. Es alguien que viene a poner orden en un mundo ya de por sí caótico, como es el de ser una “gran estrella” de la música, cuyas circunstancias se complican cada día más, porque tiene un acosador que lo amenaza de muerte y su entorno no es capaz de gestionar eso. Su apariencia de frialdad y de “mantener las distancias” -justo lo que le ha convertido en el mejor-, de repente cambian al enamorarse de Rachel Marron. En ese instante pierde esa objetividad y su confianza en la forma de hacer las cosas y se enriquece mucho.

-Me decía Eva Isanta hace poco que, para ella, el teatro era como volver a casa… ¿Coincides en esta apreciación?

-El teatro es la esencia, algo así como “la realidad de la interpretación”. Lo que dice Eva es cierto. Tienes que estar una hora y media o dos conectando con los espectadores, lidiando con las dificultades o los errores cometidos, improvisando ante cualquier complicación que pueda surgir e interactuando con tus compañeros. Cada función nunca es igual y debes estar completamente atento y permeable a lo que está sucediendo en escena. Es decir, estás viviendo el momento en todos y cada uno de los actos. Desde “Cuerpo de élite” he hecho alguna cosita suelta y he empalmado hasta tres proyectos teatrales seguidos. La verdad es que estoy muy contento y agradecido, porque el teatro es donde un actor vocacional más disfruta. Y más con una gira como la que tenemos con “El guardaespaldas”, que es larga y fecunda, y a la que se está respondiendo muy bien…. Eso es una gozada.

-Tú que también eres médico de profesión… Como actor, ¿qué piensas que curas?

-(Suspira). Buena pregunta… Yo diría que alivias el alma. Todos tenemos la capacidad de fabular, de inventarnos algo que no está ahí. Eso es algo que llevamos impreso a fuego en nuestros genes. Gracias al talento de los que escriben y dirigen, del equipo técnico, y, en última estancia, de nosotros los artistas, formamos esa cadena de imaginar nuevos mundos y realidades para todo el que nos ve.

-Eres muy activo en redes y, además, muy natural, cuentas mucho de ti…

-Porque me gusta hablar de mi día a día. En redes sociales necesitas cierta regularidad. Mi vida es así, no vivo en Hollywood ni tengo una piscina desbordante en mi casa. Mi rutina es como la de cualquier hijo de vecino: mis hijos se van al cole, cuido de mi padre que está mayor… Aunque haya quienes utilicen las redes de otra manera, yo no. Me acabaría cansando de inventarme un entorno fascinante que no es cierto. Además, me lo paso bien escribiendo y compartiendo mis experiencias. En realidad, a muchos les falta confianza y sentido del humor. Esta novedad de inventar movidas, o de mostrar solo lo mejor, viene de inseguridades que, por suerte, yo creo que no tengo…

-Hombre, si sales desnudo, por ejemplo, con el físico tuyo, sí que creas inseguridades (risas)…

-Muchas gracias. Está claro que no todo lo hago bien… (risas).

-¿Tienes tu punto exhibicionista?

-Yo creo que no, pero es que eso es algo natural (risas). En verano, por ejemplo, paso prácticamente todo el rato en pelotas y no lo subo, pero no por pudores inmotivados ni porque tenga por qué esconder lo que soy o lo que tengo sino por no ser pesado. Por la misma regla de tres, igual alguien que se ha querido dedicar a esto y no ha tenido la oportunidad, podría sentirse mal al verme disfrutar de mi profesión. Al final, a quien no le guste, que no me siga, y ya está…

-Las actrices se quejan mucho de que, a partir de los cuarenta, desaparecen. En tu caso, como hombre, ¿pasa lo mismo?

-Es algo normal del medio en el que estamos. Es lo que te dije antes, nosotros contamos fantasías y éstas, muchas veces, van unidas con la novedad. Los actores, con los años, van ganando en pozo, pero hay momentos en los que se necesita sangre nueva, y eso es algo lógico porque hay que ir renovando. Sí que el tema de la edad es un poco injusto, aunque tengo un amigo guionista y me dice que esto está, sobre todo, muy enfocado a Estados Unidos y que, en España, no es igual. De hecho, si te fijas en las nominaciones a los Goyas, hay jóvenes, pero también otras que, sin ser muy mayores, sí que están en esta franja de edad. En verdad, si existe talento y ganas, sigue habiendo sitio para estar en activo en esto.