No me canso de repetir, cada vez que surge la oportunidad, cuánto me gustó conocer a Terelu Campos hace dos años durante la entrega de los premios “Favoritos” de “Sevilla Magazine”, la revista que dirijo. Me encantó su sentido del humor, su manera de ser y de hablar y cómo colaboró con todos nosotros en todo lo que se le pidió, tanto en las sesiones de fotos que tuvimos, como, aparte, en el tú a tú personal. Supongo que, el haber sido víctima de bastantes prejuicios en mi vida, ha provocado que sea mucho más empático con los demás y, en especial, con esos de quien todos hablan sin conocer de veras. Y claro que habrá quien piense distinto o quien tenga otra experiencia a la mía, pero yo cuento lo que a mí me pasó y cómo lo viví durante los dos días que estuve con ella en Sevilla.
Por eso, cuando el viernes me enteré de que será intervenida de nuevo por otro tumor en un pecho -algo que me contó mi querida Rocío Martín, al coincidir con ella en el banco-, me dio bastante pena puesto que, habiendo sido testigo -como hemos sido todos-, de lo que supuso el primer contacto con esa enfermedad -y lo que le afectó-, entiendo que esta nueva recaída no será nada fácil de superar para quien, paradojas del destino, parece estar de negociaciones para regresar, con programa propio, a TeleMadrid.
Solo puedo, desde aquí, enviarle todo mi cariño y toda mi energía esperando, fuera de aquí, poder abrazar a Terelu muy pronto mientras me cuenta que todo ha quedado en un susto y que vuelve a estar sana y con ganas de darlo todo.