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La cordobesa presenta mañana en SIMOF “Mis claveles”, donde da forma a una colección en la que encontraremos novedades dentro de una línea, juvenil y divertida, que la señala como un referente del sector

Por Valme González

Una de las diseñadoras más prestigiosas de la moda flamenca, ella es Sara de Benítez. Nacida en Palma del Río, se licenció en Marketing e Investigación de Mercados, pero con el tiempo descubrió que su verdadera pasión era el arte de la costura. Así, tras estudiar estilismo decidió apostar por una profesión donde debutó por primera vez en el Certamen de Diseñadores Noveles de SIMOF 2007, cautivando a los presentes por su creatividad. Desde entonces, la palmeña ha demostrado a lo largo de sus más de diez años de experiencia en el sector, su originalidad, su valentía a la hora de arriesgar, su cuidado al elegir apliques y su elegancia en cada uno de sus modelos, logrando que sus trajes sean reconocidos a ojos de todos. Mañana jueves Sara volverá a tener la oportunidad de demostrar al mundo de lo que es capaz, presentando en el Salón Internacional de la Moda Flamenca su colección Mis claveles, nacida después de seis meses de esfuerzo y cuyo nombre se debe al característico corte de sus volantes con tanto vuelo y rizo que de la misma flor pareciera tratarse.

-¿Cómo son los momentos previos al desfile?

-Muy duros y un poco estresantes, pero a la vez es apasionante ver el resultado de tanta dedicación. Ten en cuenta que en el taller somos tres personas y conmigo, cuatro, pero el mérito no es solo de los que confeccionamos, también lo es de los colaboradores. Hay muchas empresas que nos suministran materiales, mantones, complementos, etc. Sin ellos nada sería posible, intentando todos poner nuestro granito de arena para que el fruto sea impecable y satisfactorio.

– Presentas 36 vestidos de señora y ocho de niña, que es algo que sé te hace especial ilusión…

-Así es. Si algo que caracterizo de mí es que intento dar lo que me gusta personalmente y, como disfruto tanto al ir a la Feria a juego con mis niñas, le ofrezco a cada persona lo mejor para ella y para su hija. Una vez me pongo en el lugar de la clienta y empatizamos, hacemos realidad ese sueño de vestido.

-¿Cuáles piensas que son las características de tu estilo?

-Busco siempre arriesgar porque hay que renovarse en este campo que está constantemente evolucionando, pero sin olvidarme de que la mujer tiene que ir elegante y sentirse muy femenina, resaltando sus mejores atributos. Suelo innovar mucho y cambiar el tipo de escote y de las mangas, pero, por lo general, soy muy clásica. Intento que la caída sea de neja, que es el patrón que más me gusta seguir y el que, para mi gusto, más favorecido queda y más movimiento permite. Ante todo, la comodidad es fundamental, que se agradece muchísimo a la hora de andar. De esta manera obtenemos volumen y no queda tan entubado.

-¿Tienes mucho mercado fuera de nuestras fronteras?

-Sí. El hecho de haber sido la diseñadora oficial de Miss España supuso para mí dar un salto internacional. Desde entonces tengo quienes me llaman de diferentes lugares como, por ejemplo, Suiza o México. Este hecho es también gracias a SIMOF, porque debido a la difusión de mis piezas a través de los medios y de las redes sociales, se me conoce más.

-Por cierto, ¿qué tiene SIMOF de especial en comparación con otras pasarelas como We Love?

-SIMOF es internacional y tiene una repercusión mediática mayor que las demás, sin desprestigiar a las otras, por supuesto, ya que cada una tiene su encanto.

-¿Cómo tiene que ser el traje que cierre tu desfile?

-Tiene que ser el que yo vea y diga: “¡Guau! Este va a ser el broche de oro. ¡Qué bonito me ha quedado!”. Siempre hay para mí un favorito porque veo que ha sabido recoger toda la esencia en la que he estado implicada tanto tiempo. Suele ser apropiado para la noche, llamativo y muy especial.

“Lo que determina si un traje es nocturno o diurno es la técnica con la que se confecciona, si lleva apliques o no… Puedes ir con un traje de día pero, si sabes combinarlo con los complementos correctos puede ser válido para la noche, y viceversa”

-¿Cuál es tu apuesta en cuanto a tendencias?

-Pues voy a ser arriesgada, la verdad. Voy a exponer colores fuertes como toda la gama de los rosas, degradados en morados, corales, etc. Por supuesto, no podemos olvidarnos de los lilas. Los tonos lavandas se van a llevar muchísimo.

-¿Existe algún color que nunca pase de moda en la flamenca?

-Sin dudarlo, el rojo, el negro y el blanco son los básicos que siempre hay que tener en el armario, pero sí que es cierto que la tendencia variará cada temporada. 

-Cada vez vemos más vestidos oscuros de día… ¿Se ha terminado el tópico de negro para la noche y claros para la mañana?

-En realidad, el color tiene poco que ver. lo que determina si un traje es nocturno o diurno es la técnica con la que se confecciona, si lleva apliques o no… Puedes ir con un traje de día pero, si sabes combinarlo con los complementos correctos puede ser válido para la noche, y viceversa.

-¿Por qué tejidos has apostado en esta ocasión?

-Para mí es imprescindible el organdí, ya que el vuelo no puede faltar en mis colecciones, pero a la vez busco la comodidad. Por ello necesito telas que pesen poco y que aporten mucho volumen para poder hacer ese efecto clavel que tanto me define.

-Tus desfiles son característicos, aparte de tus famosos volantes, por la gran variedad de complementos que utilizas…

-Es que no pueden faltar unos buenos pendientes, unos zapatos elegantes y un bolso a juego. Además, llevamos como novedad flores naturales preservadas de una empresa que se llama Con Cariño. Aparte, vamos a apostar por aros dorados. En cuanto a look, hemos elegido moños recogidos pero muy sueltos, que no den el efecto de excesiva perfección ni tirantez, junto a la flor, que va arriba.

-¿Veremos a una Sara diferente a la que ya hemos visto anteriormente?

-Yo tengo mi sello de identidad y mi patrón, que, como he comentado antes, es el corte de neja y mis volantes, y eso no lo puedo perder porque es lo que me describe y la razón por la que muchas me eligen. A partir de ahí, sí hemos renovado aunque, por más que innove, mis volantes siempre tienen que parecer claveles. Si no, no sería yo.