El artista malagueño Rafa Garcel presenta su trabajo, “Parece mentira”, tras recorrer el país con un gran homenaje a Antonio Molina junto a su hijo Miki

Josan Muñoz

A sus 34 años, Rafa Garcel ha decidido dar un giro a su carrera tras pasear por los principales teatros de España un homenaje a Antonio Molina y grabar dos álbumes dedicados a su ídolo mientras trabajaba como carnicero. Ahora, mucho más conocido después de aparecer en diversos programas de televisión con gran éxito, el malagueño presenta “Parece Mentira”, disco con el que pretende dar el salto a América a partir de trece canciones donde canta al amor y al desamor además de versionar, a ritmo de salsa, el popular “Cocinero, cocinero”. Una voz única, llena de melismas y filigranas, acompañada de unos ritmos muy actuales. Una mezcla que no dejara indiferente a nadie.

-¿Qué le ha dado Antonio Molina?

-Me ha abierto muchas puertas. En 2006 hice mi primer disco, a partir de unos ahorros que conseguí trabajando como carnicero, llamado “Con aires de mar” y donde hacia un guiño a mi ídolo, algo que repetí en “Homenaje a Molina”. Además he tenido durante años un espectáculo junto al hijo del genio, Miki Molina, en el que le rendíamos un tributo por los principales teatros de la geografía española.

-¿Cómo surgió esa oportunidad?

-Ya había conocido a Mónica Molina en un concierto en Almería y más tarde, en un homenaje que se hacía a su padre en “Qué tiempo tan feliz”, sorprendí a Miki cantando “Adiós a España”, y de ahí surgieron mis conciertos en homenaje a su padre. La familia me ha dicho que han visto a miles de imitadores, y después de veinte años se fijaron en mí para hacer este reto y recordar a esa gran figura a partir de mi voz. Cuando rindes tributo a un genio te metes en el terreno de la imitación, con sus gestos, sus giros vocales… pero yo siempre he querido evitar eso.

-Sin haberlo conocido, Antonio es como de su familia…

-Hay un vinculo familiar muy fuerte. Me he quedado en las casas de sus hijos, nos llamamos por teléfono… y con Miki imagínate, tanto tiempo compartiendo escenarios nos ha unido mucho. Para mí cantar a Molina es como cantarle a mi abuelo, que se dormía todas las noches escuchándolo y fue quien me transmitió la pasión que siento por él ya que, cuando murió, era yo pequeño.

-¿En que se diferencia de otros cantantes?

-Mi estilo es distinto. Me presenté a “Se llama copla” y no me cogieron, pero se cierra una puerta y se abren cuatro ventanas y me han surgido muchas buenas oportunidades desde entonces. He podido grabar mi nuevo disco con un aire más latino y con una voz más limpia y que, además, se lanzará en América. No quería cantar copla ni tampoco canción comercial. Siempre he sido un romántico y quería hablar de amor.

-¿Es el amor lo más importante?

-He vivido cosas que en su momento me parecieron un mundo y luego descubres que todo depende de cómo lo mires y del bando en que te encuentres en cada momento. Hay situaciones que te parecen horribles si eres la víctima y después puede que caigas tú en esos errores y lo veas como algo sin importancia. El amor es el desencadenante de muchos sentimientos que van detrás.

-¿Qué le “Parece Mentira”cuando mira a su alrededor?

-Que el Gobierno permita que haya familias que se queden sin un techo bajo el que vivir, mientras hay muchas casas que están vacías. Es algo que no me creería si me lo hubieran contado hace algunos años.

-¿Y en la música?

-He vivido malas experiencias con artistas a los que idolatraba y al conocerlos se me ha desmontado por completo la imagen que tenía de ellos. Los hay con un gran ego y se olvidan de que los que están arriba pueden estar abajo en poco tiempo. Valoro la gente que tiene los pies en la tierra y van poco a poco, algo que pasa con los que difícil han tenido conseguir su sueño.