Desde que cambió el formato de “Cámbiame” al directo actual, ha terminado para mí el ya de por sí poco interés que antes me despertaba el programa. Y eso que había cosas, como el hecho de que se pudiera ayudar a gente con ciertos problemas o complejos, que me parecían positivas. Sin embargo, en esta nueva etapa creo que esa esencia se ha perdido y que, lo que ofrecen en la actualidad, ha acercado el producto a esa línea “bélica” de la cadena que lo acoge, Telecinco, donde hay muchos formatos, como “Sálvame” o “Sábado Deluxe”, que también la siguen. Yo, como Bambino, “dejadme en paz, en paz, en paz… no quiero guerra, guerra, guerra…”, huyo del conflicto porque, hagas lo que hagas, él mismo viene a buscarte cuando considera conveniente. Así que, ¿para qué enfangarse antes de tiempo?
Está claro que no todo el mundo piensa igual. Hay gente como Paloma González, la estilista que han fichado esta temporada, que no tienen inconveniente en entrar en los sitios “como un elefante en una cacharrería”, llevándose por delante lo que sea necesario. Empezó con Natalia Ferviú, a la que, por su actitud, llevó al abandono del plató, y, ¿quién sabe dónde llegará? Porque ella quiere más cámara, más presencia, más protagonismo. Ésas son sus palabras. Sus hechos, hablarán más si cabe aunque, visto lo visto, lo mismo estamos ante el relevo generacional de Aida Nízar. Por decir algo…