Un juez de Los Angeles ha ratificado el acuerdo de divorcio de la pareja de actores, que se separó tras dieciocho años de matrimonio el pasado mes de junio
Casi un año después de que la abogada Laura Wasser, que también representa a otras estrellas como Ashton Kutcher o Heidi Klum, presentara en nombre de Melanie Griffith una petición de divorcio en la Corte Superior de Los Ángeles, la pareja ha llegado por fin al acuerdo que pone punto y final a la relación iniciada en 1996. Así, según medios estadounidenses -que citan documentos del juzgado-, el matrimonio quedó oficialmente disuelto el pasado viernes, si bien tanto Antonio como Melanie han decidido compartir todos los ingresos provenientes de las películas en las que trabajaron entre 2004 y 2014. Por su parte, la actriz va a recibir una manutención de 65.000 dólares (unos 60.000 euros) al mes, la casa común en la ciudad americana de Aspen -valorada en nada menos que ocho millones de euros- y un cuadro de Picasso muy bien tasado. Mientras, el español (para el que es su segundo divorcio tras el de Ana Leza, a quien le correspondieron 570 millones de pesetas en pagos compesatorios y la mitad de los ingresos de su ex por las películas que hizo entre 1987 y 1995) conserva el chalet en Marbella, unos dibujos del citado pintor malagueño y otros de Diego Rivera.
Las dos “estrellas” han subrayado en varias ocasiones -tal y como ha sido- que iban a llevar este proceso hasta el final de forma amistosa por el bien de su hija, Stella del Carmen. Incluso acudieron juntos en junio a la graduación escolar de la joven como pudo verse en el Instagram de la madre. Incluso Antonio se había manifestado con claridad al respecto: “He tratado de mantenerme muy cauto y creo que ella también… Mi intención es que Melanie esté bien. Todo lo que ha pasado no lo voy a meter en un cajón y lo voy a cerrar. No, no, no. Lo que ha pasado ha sido muy bonito… Es un tercio de mi vida y eso no lo voy a tirar por la ventana. Estará siempre ahí y yo la querré hasta el día en que me muera”, confesaba el intérprete. Sea como fuera, Banderas se encuentra ahora felizmente enamorado de nuevo junto a Nicole Kimpel, una agente inmobiliaria que difiere del perfil de sus anteriores esposas y con la que no deja de demostrar su dicha aunque prefiera ir paso a paso y “con cautela”.
Mientras tanto, nuestro paisano ha vuelto estos días a la actualidad por la polémica rehabilitación de un ático en pleno centro de Málaga que compró el año pasado y que está causando gran malestar entre los vecinos de la zona por el tipo de reforma que está realizando. Aunque desde la delegación de Urbanismo del ayuntamiento aseguran que todo está legalmente planteado, existen voces disconformes con el uso que se le ha dado a una zona común que se debía haber renegociado con la comunidad. Pese a todo, el famoso propietario continúa el desarrollo de la reforma a pie de obra y prefiere salir del paso de esta polémica.