El entrenador personal acaba de vincularse a Mia Wellness, donde ofrece la posibilidad de disfrutar de los beneficios del deporte, sin riesgos y con la garantía de unos resultados óptimos.
Por Ricardo Castillejo
Tiene 30 años, es colombiano y acaba de comenzar una nueva etapa laboral vinculado al centro de Celia Díaz, Mia Wellness, donde presta sus servicios como entrenador personal en un momento donde, más que nunca, la población ha aprendido a valorar los beneficios del deporte. Con todos los gimnasios cerrados, la suya es una opción segura a través de la que podemos conocer mejor nuestro cuerpo -y alcanzar nuestros objetivos- con un seguimiento personal y directo.
-Después de un largo camino, llegas a Sevilla con muchas ilusiones…
-Sí. Los cambios han sido muchos en los últimos tiempos, pero muy positivos. Es un nuevo proyecto éste y llego dispuesto a dar lo mejor de mi trabajo.
-Es una época complicada pero donde se ha aprendido a valorar la importancia del deporte, ¿verdad?
-Así es. Muchos dicen que he tenido mala suerte por las dificultades. A los diez días de arrancar en Mia Wellness se decretó el Estado de Alarma en España, pero de todo hay que ver la parte positiva. Esto ha generado un cambio en la humanidad, buscando cuidar el cuerpo y, con ello, la salud, que es un tesoro que se ha valorado muchísimo con la cuarentena.
-Acostumbrados a los gimnasios como estábamos, ¿se está buscando ahora algo más personalizado?
-Nosotros no vamos a cambiar la metodología, es decir, un entrenador para un cliente durante una sesión con un acompañamiento continuo. En eso, las cadenas de gimnasios sí que tendrán que realizar modificaciones. Al final, tus objetivos son personalizados y únicos, con lo que es la opción ideal.
-¿Cuáles son las diferencias entre entrenar solo, o en clases colectivas, y hacerlo con un profesional como es tu caso?
-Hombre, las clases colectivas son estupendas, pero, claro, si tienes a 30 o 40 personas no puedes hacer nada específico para ninguno. En una sesión con entrenador personal, desde el primer minuto y hasta el último todo está diseñado para ti, para tu condición física y tus necesidades.
-En vuestro caso está el hándicap del precio… ¿Es un lujo?
-Sí pero que tiende a ser una necesidad. Atendemos a gente con lesiones, que no logran alcanzar lo que desean y están desmotivados… Uno de los secretos más grandes de la continuidad es precisamente tener una ilusión, una meta y, si no existen resultados a largo plazo, te vienes abajo y terminas dejándolo. Por eso, mejor que ir todos los días a un gimnasio sin ganas es hacer dos o tres sesiones a la semana con alguien que saque lo mejor que ti mismo. Un año sin asesoramiento en un gimnasio puede darte los mismos resultados, o menos, que dos meses guiado por un profesional.
-Estos meses, seguramente nos han hecho perder forma física pero, sobre todo, nos han afectado y nos han entristecido… ¿Hasta qué punto el ejercicio puede ayudarnos a pensar de forma más positiva?
-Está comprobado que el deporte tiene miles de beneficios, físicos y emocionales. Uno de los mayores es cómo sube la autoestima, las endorfinas que se generan después de una buena sesión. Hay que manejar el tema con calma y paciencia e ir acondicionándonos paso a paso.