Todavía me estoy recuperando de la impresión que me causó la entrevista que concedió el sábado pasado María José Cantudo a “Sábado Deluxe” y en la que la de Jaén sacó las uñas como pocas veces he visto en televisión. Y con toda la razón del mundo, además.
Porque creo que ha llegado el momento de plantarnos en jarra e impedir que en los medios –y soy parte de ellos- se hagan cosas como las que, descarnadamente, se han estado haciendo de un tiempo a esta parte. Como ampararse en que bajo una “opinión” puede decirse lo que a uno le dé la gana, sea cierto o no y, sobre todo, sin pasar unos filtros mínimos de contrastación que intenten evitar el que se extiendan rumores inciertos destinados a recoger quién sabe qué respuestas o reacciones.
Así, a “la” Cantudo le sacaron un vídeo de unos supuestos periodistas mexicanos que hablaban de un pasado con “relaciones turbulentas”, sembrando con esas palabras la duda acerca del currículum sentimental de alguien que siempre ha presumido, por encima de todo, de honestidad. Eso es lo que hacen en algunos de estos programas. Tirar mierda a la cara de invitados que encima –como pasó con María José-, acuden a sus platós sin cobrar un euro.
El periodismo es una profesión muy seria. Y muy digna. Si se ejerce como corresponde. Diferente es un circo romano donde lo que importa es sobrevivir. A cualquier precio y caiga quien caiga.