Tom Jones ofreció el domingo por la noche un concierto en el Festival Starlite al que asistieron famosos como Carmen Lomana, Esther Arroyo, Elena Benarroch o Hubertus Von Hohenlohe atraídos por la poderosa voz de un artista que, a sus 74 años, conserva intactas unas cualidades vocales admiradas en todo el mundo
En la vida está lo bueno… y lo demás. Dentro de “lo demás” hay diferentes niveles (en función de la calidad que se tenga) pero, para entrar en la categoría de “bueno”, solo existe una puerta. Es como recorrer el camino hacia el cielo (están los diferentes estratos del infierno, el limbo…) y plantarse delante de San Pedro para que éste, en función de si llevamos el corazón limpio o no, nos deje pasar. O se presenta un interior sin mancha, o tendremos que esperar, esforzarnos y hacer méritos hasta que el alma esté preparada para acceder al Olimpo.
Así, el domingo por la noche, en el “Festival Starlite” de Marbella, el público tuvo la oportunidad de disfrutar de la actuación de alguien que, sin duda, puede considerarse “superior”. Un hombre tocado con la varita mágica del arte que desde siempre ha sido ejemplo de calidad (hasta tal punto que cuentan que Elvis Presley lo tenía como referente y que incluso calentaba la garganta, antes de sus conciertos, entonando los sones de “Delilah”) y el cual, a sus 74 “primaveras”, puede seguir presumiendo de contar con un instrumento vocal impecable. Y es que Tom Jones ha logrado eso tan, tan complicado de envejecer con dignidad y, más complejo aún, seguir siendo artista (y seguir subiéndose a los escenarios) despertando admiración entre los siempre exigentes espectadores.

Ana Nievas, Raquel Revuelta, Pilar Tójar, Gunilla Von Bismarck , Luis Ortiz y Esther Arroyo junto a su marido en los momentos previos al concierto.
Con un pantalón y camisa negra, botas roqueras y una impecable chaqueta azul, el artista compareció en España desplegando lo mejor de su repertorio y en compañía de una fantástica banda que envolvió con su sonido una “cantera de Nagüeles” en la que no faltaron desde Carmen Lomana (quien no dejó de bailar durante todo el tiempo) a Elena Benarroch pasando por Esther Arroyo o Hubertus Von Hohenlohe. Eso por no citar a una audiencia variopinta en la que cupieron varias generaciones y varias culturas (los rostros extranjeros brillaron por su presencia).
Claro que ya desde el exterior se hacía presagiar el éxito del “tigre de Gales” pues los accesos del recinto se llenaron de coches hasta prácticamente el comienzo de su “show”, algo más allá de las diez de la noche. Acostumbrado a llenar grandes espacios de Las Vegas (donde reside parte del año), y de otros puntos del planeta, el intérprete pasó hora y media justa (incluyendo los bises), recreando títulos de su trayectoria como “Is not usual”, “You can leave your hat on” (versión que popularizó Joe Cocker), “Didn´t it rain”, “Kiss” o “Tower of song”. Melodías que adquirieron una nueva dimensión con el nuevo sonido que los arreglos le habían impregnado a partituras como la inolvidable y mencionada “Delilah” y que fueron coreadas por una audiencia, desde el principio, entregada a su ídolo.

Carmen Lomana, Hubertus von Hohenlohe y Simona Gandolfi disfrutando del concierto de Tom Jones en Starlite Foto: Ana Belen Fernandez
Sin lugar para excesos, ni para histrionismos, ni para ninguna de esas ridículas actitudes que suelen estar presentes en algunas figuras cuando se hacen mayores, lo de Tom Jones fue un ejemplo de clase y de atractivo también pues, a pesar de su edad, el intérprete bromeó de continuo y, luciendo una preciosa sonrisa, se mostró tan seductor como antaño (recibiendo, por su parte, varias prendas íntimas que algunas admiradoras quisieron lanzarle a su paso –situación que, claro está, él se la tomó con sentido del humor-).
Hijo de un minero y una ama de casa, Tom Jones descubrió su afición a cantar cuando era un niño, haciéndose conocido en la década de los 60 por su extravagante estilo y por su sensualidad, elementos claves para la carrera de Thomas John Woodward (el nombre artístico lo tomó en honor al personaje literario). Caballero de la corona británica desde el 29 de marzo de 2006, ha llegado a participar, como jurado, en el programa “The voice UK” en 2012, y ha compartido duetos con otros referentes como Raphael o Tina Turner.
Ahora, gozando de una fuerza y de un talento excepcional, esta “estrella” a la que le gusta ir con cada época que le toca vivir, ha viajado a nuestro país para demostrar que, aunque es lo más difícil, evolucionar conservando tu esencia termina dando como fruto la coherencia con uno mismo… y los demás. Un resultado que, al final del camino (que es cuando se ven las cosas) compensa todos los sacrificios.

Foto: Jaime D. Triviño