El Festival de las Naciones culmina su exitosa XXI edición con un fin de semana repleto de actividades y conciertos, entre los que destaca, esta noche, la actuación del grupo onubense “Los Marismeños”, pioneros junto a otros pocos artistas de la etapa de mayor esplendor de las sevillanas.
Fue Manuel Pareja-Obregón, al que consideran su mentor, quien tuvo que pedir en 1967 permiso a sus padres para que los jóvenes integrantes de “Los Marismeños” pudieran marchar a Madrid y comenzar en el mundo del espectáculo. Casi medio siglo después, Emilio Losada, que ha estado presente en los numerosos cambios que ha sufrido la formación a lo largo de su historia, se encarga de mantener el espíritu y la esencia del grupo.
-¿Cómo fueron los comienzos de “Marismeños”?
-Fueron unos años muy duros. Éramos muy jóvenes e íbamos por Madrid de tablao en tablao cantando para los “señoritos”. Al final el trabajo dio sus frutos y nos vino el éxito cuando grabamos la rumba “Maruja Limón” con Hispavox. A partir de ese momento, dimos el salto y la cosa fue mejor. Hemos actuado en las mejores salas de flamenco de España, y viajado por media Europa y América, donde llegamos a representar al país en el Festival de Viña del Mar en Chile.
-Y de esos buenos momentos, ¿cuál destacaría?
-Uno de los más especiales para nosotros fue cuando desde el Palacio de la Zarzuela nos llamaron para cantar en el cumpleaños de la Reina Sofía. Fue una jornada inolvidable para el grupo.
-A pesar de su larga trayectoria, “Marismeños” ha tenido muchos componentes de “ida y vuelta”, ¿eso ha influido en el grupo?
-La esencia siempre la hemos mantenido, con nuestra idiosincrasia, nuestra música, nuestro estilo… La vida y las circunstancias son las que han moldeado a nuestro grupo, que lleva más 47 años cantando. Algunos miembros de “Marismeños” ya no están, por desgracia, y otros optaron por caminos diversos, aunque aún nos seguimos viendo.
-Los han descrito como pioneros de la música…
-Siempre hemos estado innovando en nuestro repertorio. Fuimos los primeros en incluir una batería en 1969 e introducimos el piano con artistas como Felipe Campuzano, Jesús Glück o Manolo Gas.
-Son un referente en el mundo de las sevillanas, ¿es un género en decadencia?
-Para nada, las sevillanas son patrimonio del pueblo, guardan nuestra esencia y tradiciones y nunca se podrán perder. Lo que pasó es que experimentaron un “boom” desmesurado y todo el mundo se puso a cantarlas. Hubo mucho intrusismo y acabaron por agotar el género. El público se empachó de sevillanas.
-¿Las bailan la gente joven?
-Cada vez más, en cada pueblo o ciudad donde vamos porque es un palo que aún está muy vivo. Nosotros cantamos nuestras vivencias y el público de se identifica con ellas.
-¿Se nota la crisis en la música?
-Si no se gasta dinero en ropa, ¿se va a gastar en cante? … (risas). Esta profesión está muy complicada. Cuesta mucho dinero preparar un disco para que luego te lo saquen al mismo tiempo en el “top manta”.
-Decir “Marismeños” es hablar de El Rocío, ¿qué significa para ustedes?
-Es lo máximo. La marisma nos “bautizó” estamos hermanados con el pueblo de Almonte, al que en casi todos nuestros discos hemos dedicado un tema. Cada año nos paran a la Virgen del Rocío para cantarle y vivimos unos momentos de gran emoción y sentimiento.
-¿Han sido profetas en su tierra?
-La verdad es que en Huelva lo hemos sido. Hace poco que el ayuntamiento nos puso una calle y donde quiera que vamos hemos sido muy bien atendidos y queridos.
-¿Qué le parece las nuevas generaciones de grupos como el suyo?
-Pues vienen pisando fuerte, están más preparados musicalmente y eso se nota en la calidad de su interpretación. A nosotros nos piden consejo y siempre apoyamos a los jóvenes artistas.
-¿Cómo será el concierto de esta noche?
-Va a ser un reencuentro con Sevilla, donde repasaremos más de tres décadas en la música no sólo con nuestras sevillanas más conocidas, sino también con géneros tan propios de “Marismeños” como la rumba o el fandango.