El artista presenta “El fandanguillo de La Chary”, grabado a raíz de la publicación de “La vida entera”, novela de Julián Quintanilla con el que también conversamos tras el corto, basado en su texto y protagonizado por Loles León, que se ha convertido en todo un fenómeno de masas reivindicador de la libertad sexual.
Por Ricardo Castillejo
Su madre le inspiró la historia de “La vida entera”, cuya protagonista, “La” Chary, es una “todoterreno” en una época de la historia de España -la década de los setenta y ochenta-, en la que, por parte de la mujer -y de determinadas cuestiones como la homosexualidad-, aún quedaba bastante camino por recorrer. Escritor de teatro y cine, Julián Quintanilla se ha aventurado en la literatura con esta novela que inspiró primero el corto, “El mundo entero”, protagonizado por Loles León y que ha sido premiado y aclamado en redes sociales. Más allá, el pacense se fijó en Falete como intérprete de un fandanguillo que ahora promociona y que es el avance de una película para la que, de momento, se desconoce su protagonista. Lo único que Quintanilla tiene claro es que no repetiría con la mencionada, Loles León.
-Julián, con un corto con tanta popularidad como “El mundo entero”, ¿no te da respeto que éste pueda comerse el recorrido de tu novela y de la película que te gustaría rodar con “La vida entera”?
-Al contrario, cuando leas el libro y veas la película, el corto se te va a quedar corto (risas). Es tan potente que solo habéis conocido una mínima parte y, por ejemplo, la escena de cuando “La Chary” se enfrenta a los poderes religiosos, deja al cortometraje muy pequeño. Hay tantos momentos poderosos en el guion del largo que, si te ha gustado “El mundo entero”, lo vas a flipar con él. Por no hablarte del fandanguito que ha grabado Falete y donde viene a decir que te vistas como quieras, por dentro y por fuera, y que debes ponerte el mundo por montera porque así, el miedo se irá.
-¿Será Loles León la protagonista de tu proyecto cinematográfico?
-No, no. Tengo claro que no volvería a trabajar con ella. Me gustaría que “La” Chary la hicieran muchas artistas porque, de hecho, ella podría ser cualquiera de nosotros.
-¿Piensas que, las reivindicaciones de La Chary, siguen siendo necesarias hoy día?
-Más que nunca. Cuando rodé el mediometraje en 2014 parecía que no tenía mucho sentido, pero, con el auge de la ultraderecha en todo el mundo, hay que tenerlas muy en cuenta. Ha habido mucha gente que ha luchado para que la realidad sea mejor y, al final, lo que pretendo es apoyar a quienes siguen reivindicando cosas recordándoles que ha habido antes referentes como La Chary y otras muchas más. Debemos enfrentarnos a las peores situaciones sin temor al fracaso.
Julián Quintanilla
“Tengo claro que no volvería a trabajar con Loles León. Me gustaría que La Chary la hicieran muchas artistas porque, de hecho, ella podría ser cualquiera de nosotros”
-Falete, vuelves a la música en esta etapa tan difícil para la cultura y confiesas que has recuperado la ilusión con el fandango de esta novela…
-Totalmente. Era un año fabuloso en todos los aspectos y todo se ha truncado. Un aplazamiento es, en cierta forma, una cancelación puesto que, aunque se recupere ese concierto, hay que seguir viviendo y pagando las facturas. En mitad de eso llega Julián con algo tan fresco, y que tiene que ver tanto conmigo en lo que a la libertad se refiere, que me ha rescatado en lo que siempre me he sentido cómodo: el arte.
-¿Te sientes abanderado de alguna causa?
-No. Nunca he querido eso. Para mí, la cuestión sexual ha sido muy natural, algo con lo que he nacido. Se me crio como un niño normal, sin limitaciones, y me considero un afortunado en ese aspecto. Luego, cuando tienes las riendas de tu carrera, no te reconoces como un referente porque tú ya eres así. Me siento bien siendo quién soy y como soy.
-¿Cuál ha sido tu mayor miedo?
-No sé quién es ése. Me lo he querido echar de amante y de novio, pero no lo conozco. Creo que le doy miedo al miedo. Claro que hay situaciones que me dan respeto, como no poder ayudar a los míos, pero miedo, nunca.
“Nunca he sufrido homofobia. Jamás en mi vida. ¿Clave? Ser transparente, para lo bueno y para lo malo, para quien te quiera, y para quien no. No puedo cambiar por ti”
-¿Has sufrido algún caso de homofobia?
-Nunca. Jamás en mi vida. Supongo que, como tengo esta personalidad tan fuerte, he aplacado a quien ha venido con esa intención. ¿Clave? Ser transparente, para lo bueno y para lo malo, para quien te quiera, y para quien no. No puedo cambiar por ti. Que cambien las estaciones, que para eso hay cuatro…
-¿Se paga un precio por esa contundencia?
-Tienes que morderte la lengua en más de una ocasión por no crear más conflicto, algo que termina enseñándote la experiencia. De todos modos, cuando eres tan visceral como yo, no le temes a nada porque te da lo mismo ocho que ochenta.
-¿Tienes alguna espinita artística?
-Ninguna. Todo lo que me propongo lo voy consiguiendo. Cuando el arte forma parte de tu día a día, los logros se van alcanzando poco a poco. Lo que sí tengo son metas, como seguir aprendiendo a cantar. El cine y la interpretación también me fascinarían. Es un terreno con muchas luces y sombras, que me gustaría conocer en profundidad. Eso sí, si no sirvo soy el primero que digo que no a lo que sea.
-¿Existe algo que te podría retirar de los escenarios?
-Claro, si perdiera las facultades vocales. Es lógico que la garganta, que son músculos, se desgaste, pero lo que no haría nunca sería estafar. Si la merma es considerable, y quieres seguir trabajando por divismo, mejor retírate.