La que fuera novia del príncipe Felipe durante cuatro años entregó ayer en Sotogrande el premio principal de la final de la Copa de Plata de polo patrocinada por El Corte Inglés
Ricardo Castillejo
Muy guapa, muy simpática, muy sincera en su discurso y muy alta. Isabel Sartorius es una mujer que no pasa desapercibida pero que, al mismo tiempo, sabe mantener su privacidad tal y como lleva haciendo más de un cuarto de siglo. Fue entonces cuando su popularidad se disparó al empezar una relación sentimental con el príncipe Felipe que, por circunstancias, solo duró cuatro años. Sin embargo, esta madre de una hija adolescente de nombre Mencía, superó aquel bache y, paradojas de la vida, terminó haciéndose amiga de la actual mujer del heredero de la corona española, Letizia Ortiz. Un tema, el de su relación con la princesa de Asturias, del que nuestra entrevistada evita hablar pero que, ahora más que nunca, está de actualidad. Al fin y al cabo, si hay alguien que sepa si los rumores de crisis entre la periodista y el Borbón son ciertos, ésa es la que, por otro lado, pronto sorprenderá con nuevos proyectos que la vinculan a la “pequeña pantalla”, donde colabora habitualmente en el programa, “Espejo público” tal y como nos contó ayer en Sotogrande, coindiendo con la entrega de la Copa de Plata de polo patrocinada por El Corte Inglés.
-Isabel, ¿qué tal le va? ¿Muchos proyectos?
-Pues el verano muy tranquilo. Con playa, Galicia y poco más. En cuanto a la tele, sigo con ella. Me he sacado la titulación de “coach” y hay un programa, en este sentido, que quieren traer de Estados Unidos para hacerlo aquí y donde yo podría encajar. Me gusta mucho ese medio. Es rápido.
-Lo que pasa es que aumenta su popularidad más aún, ¿no?
-No pasa nada. A mí me conocen desde hace mucho. Llevo 26 años saliendo en las revistas con lo que, imagínate… Si haces cosas serias, no pasa nada.
-¿Es fácil mantener la privacidad con unas circunstancias así?
-A mí si me lo ha resultado porque he actuado y vivo con discreción.
-¿Piensa que ha cambiado su imagen ante la gente desde que saltó a la “arena pública”?
-Sí. Me parece que ahora se percibe más mi naturalidad, que soy de verdad.
-Dígame, como “coach”, alguna recomendación vital a seguir…
-Bueno, te recomiendo que leas “Reinventarse”, de Mario Alonso Puig. Yo me reinvento cada día a pesar de que esto es una formación que nunca se acaba. De todo se aprende porque la vida es un crecimiento continuo.
-¿Se plantearía trasladarse fuera si, laboralmente, ese camino no le diera resultado en España?
-No. He vivido demasiado desarraigada. No tengo intención de marcharme.
-A lo mejor un amor le ayudaría a echar anclas definitivas…
-Sería estupendo. Mi corazón está sereno pero no cierro las puertas en absoluto a una relación. Es más, mi hija está deseando de que me eche novio. Dice que soy una pesada (risas).
-¿Qué tipo de madre es Isabel Sartorius?
-Controladora desde luego que no. Ella se está haciendo mayor y he intentado protegerla, en cuanto a su intimidad, lo más posible.
-¿Sabe de su pasado? ¿Que su madre fue novia de un príncipe?
-Algunas cosas. Más adelante le contaré el resto. Claro que le he contado eso pero ella le da importancia cero. Por suerte no ve mucho la televisión. No le interesa.
-¿Y si ella se enamorara de otro príncipe?
-Le diría que “p´adelante”. Nunca se sabe…
-¿Cómo es posible que mantenga tan buena relación con el padre de Mencía?
-Porque me sale así. La cercanía con los seres humanos es algo natural en mí.
-Por cierto, una hija adolescente cambiará su percepción de la moda, ¿verdad?
-Pues mira, sí. Voy a Bershka a comprarme camisetas (risas). Te hace rejuvenecer y creer que tienes menos años de los que tienes. Voy a por algo para ella y termino con algo para mí. Cambias el estilo.
-Y eso que usted es referente en este sentido…
-¿Yo? (risas) ¡Pero si mis amigas dicen que visto como Rigoberta Menchú! (risas).