El Monasterio de San Jerónimo ha acogido esta semana el certamen “SIQ: Sevilla Handcraft&Fashion” con presencias tan destacadas como las de Vicky Martín Berrocal o Analinen, la empresa de Lourdes y Sibi Montes
Que Sevilla es una tierra rica en arte nadie lo puede negar. Desde la música a la interpretación, desde la pintura a la escultura, no pocos son los nombres destacados nacidos en nuestra ciudad. La moda no podía ser una excepción, tal y como ha quedado demostrado esta semana en el Monasterio de San Jerónimo donde, a pesar de las altísimas temperaturas, los diseñadores del sector de la costura han salido reforzados gracias a su alto nivel y calidad.
Así, el lunes fue Vicky Martín Berrocal la responsable de abrir estas cuatro jornadas de desfiles que, además, han contado con el excelente sonido de TCM Audiovisión y la batuta “mágica” de Doble Erre. Dos empresas destacadas, cada una en su ámbito, que supieron arropar con cariño a “Sur”, colección en la que destacaron las siluetas marcadas –una de sus señas de identidad-, la superposición de tejidos, las flores bordadas… Todo confeccionado en blancos y beige para sedas, rasos, encajes y tul.
Un día después tocó el turno de Pilar Vera, Javier García, Carmen Prieto y Analinen. En cuanto a la primera, su inspiración flamenca hace que sus piezas sean inconfundibles, utilizando el volante como uno de sus elementos “estrella”. Nacido en Estepa, Javier García apostó por la fiesta como hilo conductor principal de una línea en colores contundentes (verde oliva, buganvillas, oros, platas) en la que, tanto el largo total como el corto mini tuvieron protagonismo por igual. Al final, novias elegantes remataron una presentación muy aplaudida. Igual que la de Carmen Prieto, fiel a un estilo barroco en el que el volumen adquiere delicadas dimensiones y donde destacaron los tocados de flores y los sofisticados velos. En cuanto a Analinen, empresa de Lourdes y Sibi Montes, su homenaje al universo árabe demostró que las dos hermanas han avanzado muchísimo en este mundo y que, aunque la presencia de Fran Rivera –esposo de Lourdes- fuera un atractivo mediático, su trabajo merecía la pena. Formas clásicas con telas ligeras y sinuosas hicieron el resto para enamorar a los emocionados espectadores.
El miércoles era muy esperado Luis Benítez quien contó entre el público con la bella Soraya Arnelas y su novio, Miguel Ángel. Un joven con experiencia en tiendas de Gianfranco Ferré o Victorio y Lucchino que emprende el vuelo propio con tocados que obtuvieron excelentes críticas. Por su parte, Cristina García pronunció los escotes y fomentó las transparencias en “Entre mis recuerdos”, recopilación de instantes vividos para la que confió en el negro, el verde lima y el rosa pálido. Un pase compartido con Patricia Bazarot, motivada por la figura de Edith Piaf en “total looks” años cincuenta ideados por ella misma. A continuación, José Luis Zambonino se acercó a las décadas de los setenta y los ochenta en Milán e impulsó unos conjuntos sencillos pero efectivos. Más racial, Sofía Rivera afinó las cinturas recurriendo al crépe de punto, al tafetán y a los encajes sin olvidar las perlas y los cristales en una paleta de azules y negros y pasteles y empolvados. Y en cuanto a Daniel Carrasco mencionar sus vestidos “transformables” que permiten cambiar radicalmente según el momento del día.
Para terminar, el jueves Alicia Cáceres presentó una variada paleta en la que predominaron la sencillez y la depuración mientras que Aurora Gaviño defendió una mujer del Sur con carácter en la que no faltaron los chantillys y las sedas naturales. Alejandro Postigo desarrolló un magnífico trabajo que puso de manifiesto su dominio de la transparencia y entre el que brilló con luz propia Jessica Bueno y, cerrando esta pasarela, Fernando Claro convenció con sus capas, mangas largas y escotes a la caja para siluetas “fit” muy vaporosas.