La cantante cumplirá mañana 57 años en un momento personal complicado tras, sobre todo, publicarse las declaraciones de su ex chófer, Fosky, advirtiendo de que está pasando por una depresión
Ricardo Castillejo
“Está muy mal. Tiene una depresión”, declaraba estos días Fosky, ex chófer de la cantante, al ser preguntado por la salud de quien, mañana viernes, cumplirá 57 años. Es evidente que, si analizamos el entorno de Isabel Pantoja, todo parece negativo pues, hace pocas semanas, la fiscalía recurrió la sentencia que condenaba a la tonadillera por el delito de blanqueo de capitales solicitando el aumento de pena de dos a tres años de cárcel y el doble de la multa impuesta inicialmente. Una noticia desde la que no se ha vuelto a ver a quien, según dicen, se encuentra en una situación económica tan precaria que ella misma estaría implicada en las obras de reforma de la finca “Cantora”, en Sevilla, donde lleva viviendo desde hace un tiempo.
“Está muy preocupada y no sabe si vender Madrid”, continuaba el mencionado Fosky sin tener en cuenta que necesidad no va a pasar quien, entre otros bienes, es propietaria de un chalé en la capital, un piso en su ciudad natal (y la finca del campo, a medias con Kiko Rivera), la casa de Marbella, un apartamento en Estepona… Un importante conjunto de inversiones que, no obstante, no impiden el que, en efectivo, Isabel no disponga, tal vez, de todo lo que el mantenimiento de estos domicilios (y su propio día a día) supone.
No olvidemos que su concierto más reciente fue en el auditorio del Palacio de Congresos de Sevilla el pasado 21 de junio y que, desde entonces, su actividad laboral ha sido prácticamente nula. Si a eso le añadimos la publicación de las memorias de Julián Muñoz –que han traído cola-, o el haber sido incluida, según una encuesta para el periódico El Mundo, en una lista donde estaban los quince personajes más antipáticos de España, la verdad es que el panorama no es nada halagüeño aunque, contra viento y marea, sí que cuenta con un grupo de incondicionales que no la abandonan jamás. Entre ellos, Raquel Bollo declaraba para nuestra revista: “Es cariñosa y “familiera” y escucha tus problemas intentando buscarles solución. Dista mucho de la persona fría, interesada y distante de la que hablan”. Y más allá. “Ha sido buena madre pero los hijos salen como salen y uno no siempre tiene la culpa”.
Y es que, a todo lo anterior, se ha unido la separación de Kiko y Jessica Bueno y la “lucha” que, en la actualidad, ambos mantienen por el pequeño Francisco sobre el que el acuerdo inicial de manutención podría derivar en polémica si el DJ pide, como se rumorea, la custodia compartida (con la que dejaría de pasar pensión alguna a su antigua novia). “La” Pantoja, por evitar sufrimientos al pequeño, estaría dispuesta a pagar la mitad de la cantidad inicial fijada (mil de los dos mil euros establecidos) pero, hasta el momento, son demasiadas las conjeturas y pocas las certezas.
En lo que no hay ninguna duda es que, un dos de agosto de 1956, nació María Isabel Pantoja Martín, hija de Juan Pantoja, letrista de fandangos del trío “Los gaditanos”, y la ex bailaora Ana Martín. Ése fue el seno del barrio del Tardón de la que, con solo seis años, ya se incorporó al cuadro flamenco de su primo “Chiquetete” y, con siete, participó en un homenaje a Juanito Valderrama en el Teatro San Fernando. A partir de ahí una carrera imparable en la que, profesionalmente, fueron determinantes los maestros León y Solano, y, personalmente, su boda con “Paquirri”, que la alzó a lo más alto y que la hizo convertirse en leyenda, en especial, al fallecer el torero.
Lo demás bien es conocido. Desde sus amistades con Encarna Sánchez o María del Monte a su adopción de “Chabelita”. Desde la agitada juventud de su primogénito a sus enfrentamientos con la prensa. Desde su romance con Julián Muñoz hasta su periplo judicial. Una biografía melodramática cuya banda sonora tiene ahora la dulce melodía de las nanas. Ésas que, seguro, tararea a su nieto mientras intenta olvidarse de todo…
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