Por Ricardo Castillejo
La jornada del sábado deja en SIMOF un ramillete de diferentes propuestas que demuestran aquello de que, para cada mujer, existe una flamenca
Parece, al menos es la sensación, que este año la asistencia al Salón Internacional de la Moda Flamenca está siendo más tranquila al igual que está claro que la capacidad creativa de los diseñadores que participan en ella está en continua renovación. La jornada de ayer giró más en torno a un concepto un poco más tradicional de nuestra ropa típica sin que, eso sí, la manera de presentarlo sea mucho más evolucionada, glamourosa y cuidada que la de hace unos años.
Por la mañana, Ángeles Fernández apostó por cortes sirena, talles altos, maxi vuelos en faldas y escotes de barco en diferentes tonalidades que fueron del buganvilla al negro pasando por el lavanda o el azul. Vivos y luminosos, los modelos de Cristina Vázquez dejaron bonitas imágenes como la pieza en la que mezcló salmón y lila y una manga larga con grandes volantes y otra sin manga y con una gran flor como detalle en el hombro.
Muy femenina, Miriam Galvín se alió con grandes volúmenes en los bajos y colores puros como el blanco con trazos como estampados o el amarillo. Cortes sencillos pero perfectos. Leticia Lorenzo realizó una alegoría a la vida con talles bajos y tejidos con estampación floral exclusiva que fusionó con partes lisas y de ahí llegamos al trabajo de Yolanda Rivas y las creadoras de complementos de MM Garrido quienes, con respecto a temporadas anteriores, se superaron a sí mismas en “Lágrimas negras”, alegoría al mal trato femenino que concluyó con un canto a la vida y a la resurrección.
Elegantes, los trajes de Rivas engrandecieron los volantes de los puños y marcaron la silueta yendo desde el negro a los amarillos o rosas y de la Feria al Rocío cuidando cada detalle y dando la opción de faldas canasteras, con dos hileras de volantes, con una abertura frontal… Eso unido a los grandes dobles y triple aros (en vertical), los aros con lágrimas o las maravillosas coronas en diadema de sus compañeras de un pase, las chicas de MM Garrido, tras el que se entregó el Premio Aromas al cordobés Francisco Tamaral.
Ya por la tarde, Teresa Ninú Atelier dio el punto sexy a unas flamencas con lunares transparentes, espaldas con grandes aperturas en forma de rombo o hasta un patrón blanco con encajes transparentes en piernas, caderas y zona del pecho.
¡Un escándalo! Y del colectivo dedicado a Granada le tocó el turno a Carmen Vega, vital con sus tejidos multicolores con muchos dos piezas, lazadas al cuello, magas de flecos y otras ablusonadas y asimetrías.
Loli Vera inundó con la fuerza del color y, en ciertos momentos, con grandes lunares que fueron sucedidos de Atelier Rima, siempre tan especial con su inspiración caucásica que la señalan como una de las más personales del Salón.
Cinturas acentuadas, tops de tul, lazadas al cuello con la espalda al aire… Todo con un aire muy sutil y con cabezas coronadas con multitud de diferentes flores.
Sonibel dio una pureza de líneas en la que no faltaron cinturones o volantes con capa torera y Molina Moda desarrolló una puesta en escena en la que enamoraron sus negros con lunares azules.
Por último, Pilar Rubio puso el broche de oro con flecos en mangas de encaje, escotes barco con mangas afaroladas, estampados de gigantes flores en rojo, elegantes lunares negros en fondos blancos y notas rocieras mimadas con esmero.
Un día extenso, e intenso, que desembocará, hoy domingo, en el final más esperado. ¿Seguirá sorprendiéndonos la pasarela como hasta ahora?