Muchas son las veces que he escrito sobre Charo Reina y, la verdad, nunca me canso de hacerlo ya que, cada vez que tengo la oportunidad de compartir un rato con ella (y el miércoles por la mañana fue una de esas ocasiones), vuelvo a llevarme a casa la misma impresión: “Esta “tía” vale mucho y hay que apoyarla”.
Porque si hay algo que a Charo no le pueden discutir es que es una trabajadora nata, una luchadora incansable la cual, a lo largo de cuatro décadas de carrera, lo mismo ha cantado, que ha recitado, que ha actuado, que ha hecho lo que haya tenido que hacer para sacar adelante a sus hijos, lo primero, y para seguir dedicándose a una profesión, el espectáculo, a la que decidió en su momento se consagró por completo.
Así, tras una temporada de éxito con el musical “Menopause” en Madrid, “la” Reina acaba de lanzar un precioso disco de boleros titulado “Amanecí otra vez” con el que ha vuelto a meterse en un estudio de grabación después de, nada más y nada menos, que de 16 años. Y ahí está batallando por esta aventura musical, que presentará a mediados de septiembre también en tierras madrileñas, en la que considera su etapa más plena. Alejada de las tertulias y corrillos del corazón, la sevillana ha aprendido por fin a quererse y, desde esa serenidad, ha descubierto lo apasionante que es renacer de tus cenizas con la invencible fuerza de los que han tocado fondo. Bienvenida pues a una nueva vida…