La artista se aventura de nuevo en la música con “El beso”, disco donde incluyen voces como la de su madre, la mítica Lole, y temas como uno compuesto para Alba por Alejandro Sanz, junto a quien compartió una bonita historia de amor.
Por Ricardo Castillejo
Con mucha sabiduría en su garganta, Alba Molina vuelve a la música con “El beso”, un álbum íntimo y lleno de hermosos regalos. Como el que comparte con su madre, Lole, o su hija Lucía o como el tema compuesto para ella por un antiguo amor de juventud como fue Alejandro Sanz. Afectada, como todos, por la pandemia que nos asola, la artista puede presumir de haber abierto en su trayectoria caminos sonoros como el que compartió con “Las niñas”, un antecedente que, cara a figuras posteriores con el calado mundial como el de Rosalía, marcó un estilo que aún sigue vigente.
-“El beso” llega cuando nos podemos besar menos que nunca…
-Creo que inconscientemente lo he hecho así… Es todo tan extraño y tan extremo que, un beso y un abrazo, es lo que más necesitamos. Esa sensación de incertidumbre y de mal cuerpo siempre está y es difícil. Hay días en los que de veras me levanto muy desanimada, pero tengo ganas de mostrar lo que tengo dentro y cómo vuelvo más dulcificada que en etapas anteriores.
-¿Qué ha provocado esa dulcificación?
-Supongo que la vida. Me siento más niña que hace un tiempecito…
-Dicen que los 40 marcan bastante…
-Puede ser… Se va notando. En todo. Echas un poco el freno de mano y se te quita la sensación de prisa. Estoy cómoda con lo que tengo, que es mucho, a pesar de que, a nivel económico, estoy sin un duro. Me he dado cuenta de que no necesito tanto.
-En tu carrera ha habido de todo, siempre con el flamenco de fondo…
-Hombre, nunca lo toqué de lleno hasta los tres trabajos que he dedicado a Lole y Manuel, que han sido un antes y un después para mí y que me han ayudado a convivir con la ausencia de mi padre. No todo el mundo puede cantar temas de su padre cuando éste se muere. Es algo que duele y, a la vez, te alivia. ¿Que soy gitana y se me nota? Claro, y está bien tener tu sello, pero nunca antes me sentí cantaora. Ahora me enfrento a letras que no son de Lorca y que cualquiera puede entender, dentro de una sencillez y delicadez perfectas para esta época que nos está tocando pasar. Demasiados complicados estamos…
“No me gusta la fama. El éxito, como reconocimiento a tu trabajo, es diferente. Es como decir: “Si no tienes dinero, puedes prostituirte”… No creo que a nadie le interese mi vida”
-En mayo se cumplirán cinco años de la pérdida de tu padre… ¿Qué ha quedado en ti de él?
-Todo. De mi padre lo tengo todo. Hasta su olor. Lo huelo de continuo, me reconozco en él interpretando… Estoy más cerca de mi padre que nunca.
-¿Y con tu madre? Has establecido también un vínculo artístico fuerte, hasta compartiendo escenario…
-Es lo máximo. Es uno de los mayores espíritus que nos ha dado la música y me da vergüenza unirme a ella porque le tengo mucho respeto. Estoy llena de agradecimiento, que es más bonito y más sano que sentir orgullo, y tengo la suerte de compartir con ella mucho.
-Para los hijos artistas de artistas famosos, esto puede ser algo que les marca demasiado…
-A mí nunca me ha pesado, aunque al ser “hija de” lo mismo te exigen demasiado pero, por mi parte, no me siento presionada por ser la hija de Lole y Manuel. No tengo la voz de Lole y no tiene sentido que busque parecido. Por eso he hecho el sonido que he ido queriendo: O´Funkillo, Las Niñas, jazz, “Tucara” -con Andreas Lutz-… Me doy el permiso para hacer lo que vaya surgiendo.
“Si cantas “Malamente” encima del “Ojú” -de Las Niñas”, la base es prácticamente la misma. No pasa nada. Forma parte de la evolución natural de todo”
-Hablando de Las Niñas, Rosalía ha planteado una “revolución flamenca” que, para mí, lo hicisteis vosotras primero, ¿no?
-Bueno, no tengo inconveniente en comentar esto. De hecho, si cantas “Malamente” encima del “Ojú” -de Las Niñas-, la base es prácticamente la misma. No pasa nada. Forma parte de la evolución natural de todo. “Las Niñas” tuvieron un reconocimiento increíble, nos dieron muchos premios y trabajamos mucho y ahora ha salido Rosalía, que me parece una niña encantadora y con un carácter precioso y a la que, con toda la sinceridad, prefiero escuchar hacer sus cosas que flamenco.
-En “El beso” incluyes un tema de Alejandro Sanz…
-Te explico esto que sé es goloso para la prensa (risas). Conozco a Alejandro desde los quince años, cuando hizo esta canción que no llegó a terminar, ni a grabar, ni nada. Así, hace poco se la recordé y él se sorprendió de que me acordase y me dijo que la terminara y que la grabara, que era mía. Nos pusimos con la segunda estrofa y ahí está. Le encantó porque decía que parecía que él mismo la había terminado.
-¿Por qué no has aprovechado nunca el tirón mediático de tu lado personal?
-Yo no me vendo, vendo música. Me gano la vida haciendo lo que me apasiona y, si no me apasiona, no lo hago. No me gusta la fama. El éxito, como reconocimiento a tu trabajo, es diferente. Es como decir: “Si no tienes dinero, puedes prostituirte”… No creo que a nadie le interese mi vida. Lo de Alejandro, por ejemplo, es algo blanco, hermoso, una historia de amor, más allá de un amor de juventud, entre personas.
