Después de 25 años bajo la dirección de Paco Cerrato, SIMOF ha cambiado esta edición de responsable de peluquería, asumiendo Ana Camero un cargo que ha desempeñado con unos fantásticos resultados
Por Ricardo Castillejo
Muy ilusionada y sorprendida con esta oportunidad, Ana Camero ha sido parte del equipo de peluquería de Paco Cerrato desde 2005. Así, cuando Cerrato decidió que no continuaba
participando en SIMOF, esta profesional de 36 años, nacida en Brenes y con dos décadas de experiencia, ofreció a Raquel Revuelta hacerse cargo de los peinados del Salón… y Raquel aceptó. Desde ese instante creó su propio grupo de trabajo y se puso manos a la obra para superar este reto que le ha puesto el destino por delante y que ha superado… con creces.
-¿Qué tal la experiencia de hacerte cargo de la peluquería de SIMOF por primera vez?
-Ha sido algo que me ha gratificado bastante. Me siento tan feliz de que me hayan dado esta oportunidad que no sabría ni expresarlo. Ha sido otra prueba superada más de las muchas que me ha puesto por delante la vida.
-¿Cómo conseguiste ser la estilista oficial del certamen?
-Era un proyecto que tenía en mente. Solicité hacerme cargo del Salón sin esperar un “sí” en ningún momento y resultó toda una sorpresa que aceptaran. Evidentemente, era algo que no iba a dejar escapar.
“Paco Cerrato siempre me ha ayudado a moverme en este sector, me ha presentado a mucha gente, me ha dado muchos valores personales y me ha dejado ser yo. Me ha enseñado el respeto, la responsabilidad y, por último, la calma”
-Es, además, un reto doble, porque asumes la peluquería de SIMOF después de estar 25 años a cargo de un referente como Paco Cerrato… ¿Eso te ha condicionado?
-Él ha sido mi maestro y le estaré eternamente agradecida por lo mucho que me ha enseñado. Paco siempre me ha ayudado a moverme en este sector, me ha presentado a mucha gente, me ha dado muchos valores personales y me ha dejado ser yo. No puedo decir que me haya condicionado en nada porque no sería cierto. Le pedía consejo y él me permitía hacer lo que yo consideraba.
-Como maestro, ¿qué has aprendido de él?
-Lo primero, el respeto. Lo segundo, la responsabilidad y, por último, la calma. El pensar lo que vas a hacer y, tras tenerlo claro, ejecutarlo sin prisas. Yo lo observaba mucho, a él y a su equipo, y desde el primer día fui una esponja que absorbía todo, intentando aprender todo. Es una persona muy importante en mi vida.
“Como estilista destaco esa parte mía aventurera, moderna, fresca y llena de ganas lleva a un ciclo diferente, adaptado a la realidad que tenemos. Las modelos son jóvenes, los diseñadores, muy emprendedores… Es una etapa distinta”
-Sea como sea, uno siempre quiere poner su sello… ¿Cuál sería esa seña de identidad que te diferencia de Paco?
-Hay una formación que he realizado, fuera de los eventos y mi salón, a lo largo de quince años. Empecé con una marca que me ha ayudado a crecer, tanto profesional como personalmente, y a creer en mí y a querer aspirar a más. Esa parte mía aventurera, moderna, fresca y llena de ganas lleva a un ciclo diferente, adaptado a la realidad que tenemos. Las modelos son jóvenes, los diseñadores, muy emprendedores… Es una etapa distinta.
-¿Por qué looks apuestas para la Feria?
-A mí me gusta mucho que la flamenca lleve su pelo tirante, sus peinas, su mantón… Dentro de las tendencias, la flamenca clásica es para mí un modelo a seguir.
-¿Se puede arriesgar más allá de lo tradicional?
-Sí, muchísimo. Los diseñadores quieren arriesgar mucho y, a la vez, las modelos le ayudan a mostrar lo que quieren transmitir. Desde esta edición SIMOF se está empezando a revolucionar. Hay cambios, ganas de hacer otras cosas, de dar un concepto muy de moda saliendo de lo de siempre.
–¿Cómo es el ambiente del día a día?
-Muy bueno, dentro del estrés y los nervios. Pedro (González), director artístico, es un “número 1” y es muy difícil que lo suyo pudiera hacer otro porque necesita mucha estructuración. Vengo sin miedos porque, con esta organización, si tienes ganas de trabajar, todo va a salir bien seguro.
-SIMOF es como una maquinaria cuyas piezas tienen que encajar a la perfección para que funcione perfecta, ¿verdad?
-Por supuesto. Esto es un todo que funciona desde que se abren las puertas por la mañana. Cada uno, por minutos, sabe lo que tiene que hacer y eso se ha visto en la puntualidad. Con casi cuarenta desfiles, e invitados concretos en la mayoría -más allá de las modelos-, con tantos cambios… es brutal cómo se funciona para que nada falle y se cumplan todos los tiempos.
-Sois diez en el equipo… ¿Qué indicaciones les diste al empezar este proyecto?
-Que somos un equipo, que no hay competición en nada, que la imagen son nuestras modelos, que tenemos que aprender a respetarnos y a ayudarnos y que, una vez entramos aquí, SIMOF es nuestra prioridad y hay que ser muy formales, serios (y para lo demás, ya habrá momentos para solucionarlo). Que hay que dar su sitio a cada uno y respetarse y así llegaremos lejos.
-Cada diseñador tiene su imagen para sus colecciones pero, ¿hasta qué punto vosotros intervenís, asesoráis e incorporáis?
-Ellos tienen su imagen y, respetando siempre, valoramos teniendo en cuenta que ninguno entorpezca el cambio de uno a otro y que todo salga lo mejor posible dentro de la rapidez que se precisa. Si nos piden asesoramiento enviamos nuestras ideas, enmarcadas en la tendencia de cada temporada, y la verdad es que confían en nosotros.
