Última entrevista del editorial de “Sevilla Magazine” del mes pasado, “La era de la segunda piel”, donde hemos conocido a cuatro profesionales que han convertido su cuerpo en un tapiz lleno de tatuajes
Este empresario ha conseguido no solo el reconocimiento por su trabajo como director de una agencia de representación sino, más allá, convertirse en, posiblemente, el sevillano más tatuado de la actualidad, usando en un 90 por ciento (o más) de su cuerpo como un lienzo sobre el que aparecen todo tipo de motivos y figuras. Unas circunstancias que le han llevado a ser reclamado por diferentes firmas como modelo de sus prendas, encontrando en el físico de Juanjo Torres una carta de presentación, como poco, impactante.
-En tu caso, ¿cuándo nació esta pasión por los tatuajes?
-Al principio fue por curiosidad, por la rebeldía de los 16 años. Todos los amigos esperábamos a que alguno diera el paso, pero en mi caso no tuvo más trascendencia que aquello (un tribal por la zona alta de la espalda). Ya luego, con 18 ó 19, hice un curso de piercings y me acerqué a este mundo durante cuatro o cinco años. Iba tatuándome periódicamente, pero como algo muy esporádico porque además también trabajaba como técnico de Telefónica y, por ese puesto, no me planteaba nada que resultara muy evidente. Fue más tarde, con la representación -sin tener ningún jefe al que rendirle cuentas-, cuando entré más de lleno en la historia.
-¿En tu casa pareció bien?
-Es que como yo siempre he sido muy aplicado en los estudios -y nunca he dado problemas-, no se metían en estas cosas. Lo que les importaba a mis padres es que fuera buena persona y que tuviera valores positivos.
-¿Tienen tus dibujos algún significado?
-¡Qué va! Al contrario… Ninguno de mis tatuajes tienen un por qué ni me resultan especiales por nada concreto. Me los he hecho porque he querido y los he colocado con una base estética. Tengo chicanos, maoríes, realistas… En la mayoría de los casos cojo la cita antes de saber lo que me voy a tatuar.
-¿Qué te queda por cubrir?
-Los empeines de los pies -que los terminaré-, y las manos y, las partes íntimas, el culo y la cara, que tengo claro que no me tatuaré.
-¿Sientes dolor cuando te tatúas?
-Hombre, ten en cuenta que te están pinchando con unas agujas en la piel y claro, es doloroso.
-¿Alguna experiencia negativa por tu aspecto?
-Pues no. Incluso llevo seis años yendo a Centroamérica (Honduras, Nicaragua, México…) -donde lo de los tatuajes está regular visto-, y nunca me ha pasado nada raro. Ni a nivel personal ni profesional, jamás he tenido ningún conflicto por esto.
-¿No te sientes un “malote”?
-Ni mucho menos. Sí que, por desgracia, en la sociedad (especialmente aquí en el Sur) tu imagen puede parecer más agresiva pero, con cruzar dos palabras -en este caso, conmigo-, sabes que eso no lleva a más.
-Si vas a la piscina o la playa, ¿qué reacciones hay?
-Es una locura. Eres el centro de atención y la gente se queda mirando “sí” o “sí”. En cualquier sitio donde voy mi presencia llama la atención y eso se nota. Se giran, comentan… Y no hace falta que sea en la playa, ¿eh? (risas).
-Bueno, los tatuajes, en tu caso, también han sido una oportunidad laboral…
-Así es. Stephen James es uno de los modelos más remunerados y mediáticos y está casi al cien por cien tatuado y, en mi caso, me llaman empresas casi semanalmente para que les preste mi imagen.
-Tienes un hijo de cuatro años… ¿Le animarás a tatuarse?
-Es una decisión suya y no depende de mí. Si le gusta, mientras sea trabajador y no se meta en líos, seré el primero que lo apoyaré. Los tatuajes no hacen a las personas.
-¿Y de mayor? ¿Te gustará tanto estar tatuado como ahora?
-Es la típica pregunta, pero la encuentro absurda. ¿Qué más me da si tengo 60 años y la piel pintada? Lo estoy disfrutando ahora y no pienso más allá.
Dirección: Ricardo Castillejo
Reportaje gráfico: Nacho Álvarez
Maquillaje y peluquería: Constantino Sánchez
Producción: Iván Alcázar
Agradecimientos especiales:
Tolentino Hats
Estudio Juanjo Moreno
