por Ricardo Castillejo

La “pantera” ha vuelto. Y lo ha hecho con más fuerza que nunca. Con una orquesta sinfónica, una banda de rock, un potente coro, una increíble puesta en escena a nivel luminotécnico y de sonido… y vídeos para reflejar su lado más humano. Lo que se dice una auténtica diva -siempre vestida con lentejuelas-, a la que el público espera y aclama con la desaforada pasión que se ha vivido este fin de semana en el Auditorio Rocío Jurado. Allí, Mónica Naranjo ofreció uno de los conciertos de su gira “Renassaince”, con la que celebra su 25 aniversario en la música repasando algunos de los éxitos más importantes de una carrera en la que, una vez más, da la espalda a su disco, “Chicas malas”, pues, parece ser, es un trabajo del que no guarda demasiados buenos recuerdos.

Y por eso, como hablamos de una celebración, la cantante optó por revisar clásicos que sí alegran su corazón y que fueron desde el mítico “Desátame” al gótico “Europa” pasando por ese auténtico himno que es “Sobreviviré”. Ella misma lo advirtió: Pasado, presente y futuro, terminando con el fantástico “Doble corazón” y con la recién estrenada “Libre amar”, más heavy metal que otra cosa. Pero es que Mónica puede. Eso y más. Heredera de la actitud de grandes como la mencionada Rocío Jurado o Camilo Sesto -para los que tuvo palabas muy cariñosas-, la de Figueras bromea y derrocha continuamente sonrisas y se muestra feliz con este arranque de una nueva etapa a medio camino entre los escenarios y la televisión.

Nada podemos añadir sobre la calidad vocal de esta garganta, casi con toda probabilidad la más privilegiada de nuestro país, capaz de seguir manteniendo, a sus 45 años, sus agudos más agudos sin que se le mueva un pelo y sin apenas hacer esfuerzo. Bloques de temas aglutinados por álbumes y separados por proyecciones que nos permiten descubrir a esta intérprete en diferentes momentos de su vida articulan las casi dos horas y media de actuación que concluyeron con un pequeño homenaje a su comadre, “la” Jurado, rememorando, a capela, el “Punto de partida” que ambas compartieron en el último programa que grabó la chipionera antes de morir.

“¡Os amo sin control!” es el grito de guerra con el que este animal escénico ha regresado. Que sea para quedarse…