El sevillano presenta “Nunca sabrás quién fui”, proyecto con el que vuelve a sorprendernos tras “No te supe perder”, texto previo que fue llevado al cine en la película del mismo nombre.
Por Ricardo Castillejo
Ingeniero industrial de Renault, Salvador Navarro es, a sus 53 años, uno de los autores sevillanos actuales más seguidos. Con títulos en su trayectoria como “El hombre que ya no soy” o “No te supe perder” -que desembocó en el rodaje de una película-, nuestro entrevistado presenta ahora “Nunca sabrás quién fui”, título que esconde una trama en la que un periodista es contratado para investigar en Sevilla a un empresario. ¿La única condición? Que no existan preguntas sobre los por qués de esta extraña misión la cual, poco a poco, va inspirando al protagonista a escribir un libro. Literatura dentro de la literatura para una historia que engancha de principio a fin con una trama que funciona a modo de “juego de espejos”.
-¿Dónde se encuentra la motivación para escribir para una sociedad que lee tan poco?
-No creo que se lea tan poco. De hecho, hay gente para todo y, donde vayas, encuentras a personas que van en tu onda. Tenemos muy buena literatura en España y yo, durante el confinamiento, he descubierto unos autores fabulosos. En mi caso tengo más de 40.000 seguidores en Facebook y los cuido y los mimo de continuo. No hay una pregunta o un comentario que deje sin contestar. Además, cada día subo un texto y, sin pretender ser periodista -porque tienen un tinte literario-, eso me hace estar atento a todo y crear embajadores en toda España gracias a los que mis novelas se venden muy bien.
-En “No te supe perder” analizas las relaciones humanas que, en general, suelen esconder mucho… ¿Somos los seres humanos así de siniestros?
-La mía es una historia de amor, aunque no lo descubres hasta la última página, y sí, en el fondo todos tenemos una doble vida y, en nuestros adentros, pensamos barbaridades. Lo que pasa es que no las decimos ni, por supuesto, las llevamos a cabo. Igualmente, también hay partes luminosas…
“Tendremos el umbral más o menos alto, pero llevamos un punto en el que podemos ser corrompidos. Siempre encontraremos la justificación, pero el dinero es maldito”
-¿Con dinero se puede comprar todo?
-Yo creo que sí. Tendremos el umbral más o menos alto, pero llevamos un punto en el que podemos ser corrompidos. Siempre encontraremos la justificación, pero el dinero es maldito.
-¿Piensas en la posible adaptación al cine de tu historia?
-Mis novelas son muy cinematográficas, desde luego. Hay mucho diálogo y muchos personajes, aunque sí te confieso que no me metería otra vez en producción, como en “No te super perder”. Pedí muchos favores, porque no salía, y lo pasé muy mal con ese proyecto… Claro que, si algún especialista se decide, estaría encantado.
-¿Sevilla es buena suegra de sus yernos y mala madre con sus hijos?
-No lo considero así. Es una ciudad tan poco simple, y tan visceral, que no deja indiferente. Soy muy crítico con Sevilla, pero aporto mi pequeño grano de arena para contar otra que también existe. A veces me dicen que en mis descripciones parece Nueva York pero es que es la Sevilla que conozco, de gente culta, de sitios fabulosos para comer y tomarte una copa o ver una exposición…
-¿Es tu objetivo vivir de la literatura?
-No, y no creo que fuera bueno eso. Mi empresa me conecta con la realidad porque, de por sí, soy un poco “autista”. Si me metiera solo en esto perdería mucho de lo anecdótico que me ofrece viajar, tomarme un café con los compañeros… Eso me da vida, argumentos, me pone en el mundo. Aparte, si dependiera de la literatura sería casi prostituirme pues, al hacerlo por subsistir, lo mismo mis listones los bajaría o trataría temáticas más sencillas y, ahora mismo, soy libre.
