¡Cómo y cuánto disfruté el miércoles por la noche en Marbella! ¡Qué feliz fui durante unas horas estando al lado de mi querida nueva amiga Juana Borsani, responsable de comunicación de Starlite, pudiendo brindar con ella por su cumpleaños! Un Festival que en su su inauguración contó con la voz privilegiada de Luis Miguel (sobre el que puedo atestiguar, habiéndolo visto a apenas un metro de distancia, el estupendo momento físico y profesional por el que pasa), y con invitadas de excepción como Mariló Montero, Paloma Cuevas -cuyo marido, Enrique Ponce, es amigo íntimo del cantante mexicano-, o, sobre todo, Paula Echevarría quien, junto a su novio, el futbolista Miguel Torres, brilló con luz propia.

No podía estar más guapa la actriz ni desprender más luz ni ser más simpática con todo el mundo que se le acercó -y os aseguro que fue mucha gente-, para saludarla y pedirle que se hiciera los correspondientes “selfies”. Así, con una sonrisa perenne, Paula derrochó clase y un buen estilo del que ya podrían aprender muchas otras “celebrities” que, cuando el público las reclama, parecen sentirse incómodas o hasta tienen desaires hacia sus admiradores. Pero, como advertían en aquella serie, “la fama cuesta” y cuando una se convierte en un ídolo de masas debe saber que, en el invisible contrato que firma, van muchos beneficios, pero también algunos sacrificios.
Sentada junto a la anfitriona del evento, Sandra García-Sanjuán, la ex de David Bustamante fue merecedora de todas las miradas que se cernían sobre ella. Lo que viene siendo una auténtica “star”.

 
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