La diseñadora se convirtió ayer en Madrid en madrina de la presentación de Restalo.es -portal dedicado a reservas de los mejores restaurantes de cada ciudad- que nos permitió desvelar un poco mejor la personalidad de una mujer de carácter que a nadie deja indiferente
Todos somos únicos pero, en el caso de Vicky Martín Berrocal es diferente puesto que se trata de una persona, además, irrepetible, inconfundible, imparable, imposible de olvidar. La diseñadora, capaz de alcanzar todas las metas que se plantee en su camino, hizo las veces de madrina ayer en Madrid, ciudad donde reside y donde tuvo lugar la multitudinaria presentación de Restalo.es, portal en el cual sus usuarios pueden encontrar todas las claves para elegir el mejor restaurante de la zona en la que se encuentre comparando gracias a él características de cada uno como precios, ubicación u opiniones de otros comensales que hayan usado sus servicios. Un evento que sirvió para poder acercarnos al inteligente discurso de una mujer nacida para el éxito.
-¿Por qué se ha decidido a presentar esta dirección de internet?
-Para que la gente la conozca más. Me encanta comer y los sitios buenos y, como tengo esta vida caótica, siempre termino yendo a los mismos puntos. Restalo es muy fácil, aporta infinidad de alternativas que, sobre la marcha, puedes reservar. Cuando quedas con amigos muchas veces no sabes dónde ir y esta página te muestra mil opciones distintas.
-¿A cocinar se atreve?
-Sí, claro, pero no puedo meterme demasiado a guisar porque suelo estar de arriba para abajo. Sobre todo los fines de semana, cuando estoy con Alba. Lo que ella me pide, se lo preparo. Se me dan muy bien las lentejas, que aprendí con mi madre, o la pasta, el salmorejo… Uno hace bien lo que le gusta.
-Y sigue como diseñadora… ¿Ha llegado al lugar en el que quería estar? ¿Tiene alguna “espinita” pendiente?
-No soy la mejor y aún me queda mucho por aprender. Deseo seguir sacando cosas nuevas y la ilusión me permite eso. Ahora mismo sigo como imagen de “Violeta” de Mango, defendiendo como soy yo, rotunda, sin miedos, alguien a quien no le importan los kilos de más. Con mi firma, en 2015 celebro el décimo aniversario de mis inicios y algo tendré que organizar para dar las gracias a todos los que han creído en mí.
-Este fin de semana leía en un suplemento una entrevista suya donde aparecían titulares muy contundentes… ¿Ser así tiene un precio?
-Todo lo tiene. Tengo personalidad y carácter. No le tengo miedo a nada.
-¿Eso no perjudica en el amor?
-Claro. Un peso pesado molesta. El hombre quiere una mujer fácil de manejar, sumisa, pero no voy a renunciar a ser lo que soy. Me ha costado demasiado y no estoy dispuesta.
-¿Qué le pide a un posible compañero?
-No me gusta pedir. Tienes que encontrarte con la persona. Tal vez un HOMBRE, con mayúsculas. Un “tío” que sepa lo que quiere, que sea fiel, con sentido del humor, al que admire… Restalo es como cuando un hombre te hace la vida fácil. ¡Te lo quedas! Eso se reconoce enseguida…
-¿Los 40 no le han cambiado?
-Cada década marca. Se ve todo desde otro lugar. Hay una evolución y te renuevas. Si no fuera así, sería un gran problema. Te reciclas y eso es lo que me ha pasado a mí. Seguro que con los cincuenta me sucede igual… ¡y espero que con los ochenta!
-¿Y su niña? Tiene 15 años y ya es una mujercita, ¿no? ¿Es rebelde?
-Desde luego que no es ningún bebé y todos, en mayor o menor grado, en la adolescencia hemos pecado de rebeldía. Ella tiene un alma grande.
-¿Está preparada para cuando le diga que tiene novio? Por su edad en breve le podría tocar…
-Estoy preparada para todo. El padre no lo sé pero yo, sí.
-Ya que se acerca… ¿cuáles son sus planes para Navidad?
-Pasarlas con mi hija y disfrutar de mi madre y de mi hermana. Desde hace mucho –la muerte de mi padre en concreto-, no es una época que me agrade demasiado. Me chocan las luces, los adornos… Nunca fui en exceso de Navidad pero, en la actualidad, menos. A él lo echo de menos cada día de mi vida. Sea como sea, el invierno –frente al verano, que saca lo peor de nosotros- sí que me atrae. Es mucho más elegante.
