Después de mucho reflexionar sobre cómo conjugar todo lo que del mundo del arte flamenco conocía -el baile, la cultura, el dibujo-, Nuria Moraza mezcló todo lo que le gustaba y de ahí, con la base de corte y confección que tenía de pequeña, nació un negocio tan especial y único como el que dedica a esas chaquetillas de inspiración taurina y andaluza que despiertan pasiones entre todas las amantes de la moda.

Así, desde 2017, esta sevillana de 60 años inició un camino de introspección muy bonito que no ha dejado de crecer. “Cuando averigüé que podía hacer contacto conmigo misma mientras trabajaba apareció esa esencia mía que buscan mis clientas”, explica esta creadora que, con cada una de sus piezas, entrega una pequeña parte de ella misma. “Todo va hecho a mano, minuciosamente planeado igual que si fuera una pequeña pintura”.

Un negocio que aclaman mujeres de sí mismas, capaces de hacer encargos sin haber visto el resultado final pero que confían en Nuria después de un intercambio de impresiones desde el que Moraza empieza a darle forma a lo que su imaginación le inspira hasta llegar al resultado final.

Con tallaje hasta la 48, el establecimiento de Nuria Moraza acaba de abrir sus puertas en el número 44 de la sevillana calle Recaredo, donde hay que pedir cita antes de acudir para encontrar ese trato personalizado que a su propietaria le gusta dar, viniendo ahí chicas y señoras de todo nuestro país y de muchos otros países enamoradas de su talento y su calidad. “Para mí esta tienda supone por fin poderme mostrar yo, mis sentimientos, mi propia alma”, concluye una entrevistada tan unida a sus prendas que hasta siente cierta tristeza cuando llega el momento de entregarlas. Un universo apasionante que siempre querrás volver a visitar.