Aún en tiempos de crisis en la industria musical, la sevillana apuesta por la diferencia como secreto del éxito lanzando un álbum, “The sounds of Earth”, donde incorpora sonidos étnicos, clásicos y electrónicos en los que ha intervenido parte del equipo de “estrellas” de la talla de Adele o Beyoncé
Irene Lavado creció entre estudios de guitarra y canto mientras recorría nuestra geografía acompañada de diferentes grupos hasta que, en 2011, junto al compositor Juan Manuel Mantecón, creó el proyecto “Los sonidos de la Tierra”, dando como resultado un álbum escrito entero en inglés que podremos escuchar en directo el próximo 16 de agosto en las “Noches de la Buhaira”. Un disco innovador en el que, la dulce y evanescente voz de Airyn -con registro de mezzosoprano-, nos lleva a sonidos de distintas culturas de nuestro planeta como una especie de “virus” que contagia con su belleza a todo aquel que se acerca, impregnando al oyente de esa paz necesaria en estos tiempos de incesante lucha diaria.
-¿Cree que en presentar algo tan diferente está el truco para triunfar?
-Tiene sus pros y sus contras. La gente agradece que no sea igual al resto del mercado pero también cuesta más que suene que si fuera un disco comercial. No hay que pensar si venderás o no, porque el público recoge si algo se ha hecho con cariño, y no por sacarle dinero (aunque eso lo tendrá que decir Pablo Alborán, que es el único que hoy día vende millones de discos).
-¿No le dicen sus amigos que si está loca?
-Todo el mundo. Hemos invertido muchísimo en el disco porque lo hemos acabado en Estados Unidos, con profesionales de primera línea, percusiones africanas… Ha costado trabajo, tiempo, dinero y esfuerzo. La gente opina que si esos recursos los hubiéramos invertido en otro trabajo más comercial, habríamos triunfado seguro.
-Lleva luchando desde muy niña…
-En mi casa no hay músicos pero siempre nos hemos levantado con la radio puesta y eso es algo que fue calando en mí. Con once años comencé a estudiar guitarra española, solfeo y luego canto, llegando a ser profesora actualmente.
-¿Cómo definiría su estilo?
-Atemporal, una mezcla entre sonidos étnicos del mundo con un poco de electrónica y clásico. Es arriesgado, pero todo es más bonito cuando haces algo que te llena el alma.
-¿Cuál ha sido la acogida en una ciudad tradicional como Sevilla?
-Cuando me hacen entrevistas desde fuera me dicen “eres de Sevilla y olé”, pero yo de “olé” tengo poco. Los andaluces somos relacionados siempre con el flamenco y tenemos fama de ser muy conservadores pero, a pesar de eso, hemos tenido aquí muy buena acogida y hemos llenado todos los conciertos, incluso quedándose muchas personas fuera.
-Algunas músicas incitan a bailar… ¿Qué consigue la suya?
-Calma, sosiego, tranquilidad, olvidar los problemas y desconectar. Ahora todo el mundo está estresado, con tristeza por la crisis y el que trabaja va siempre con prisas. No ha sido aposta pero al final ha salido un trabajo muy acorde al momento.
-¿Y siempre está relajada o hay cosas que le cabreen?
-Me crispan los malos sentimientos, la hipocresía y la mentira, que están a la orden del día. Cuando estoy relajada me gusta poner música agresiva y también hago lo contrario, para equilibrar. Escucho desde Sarah Brightman a Metallica pasando por Norah Jones. Lo que menos escucho es flamenco, no es lo mío.
-¿A qué le canta?
-A la tierra, a las razas, a combatir la guerra… Son temas con letras muy étnicas y sociales. Pensamos que somos los únicos en el mundo porque cuando tienes un problema nunca piensas en el mal ajeno, aunque pueda ser mucho peor. Solo vemos lo que nos ocurre a nosotros. Hay vida más allá de la que vive cada uno. El ser humano puede llegar a ser muy egoísta.
-¿Por fin alguien que no le canta al amor?
-Si, también le dedico algún tema. Es lo más importante, el alimento del alma y lo único que hace que te sientas vivo. Una persona sin amor es una persona muy desdichada. No hablo solo de pareja, tengo amor por todos lados.
-¿Para cuando una letra en español?
-Nos las piden a gritos en los conciertos. Hay emisoras de radio muy importantes que nos comentan que si hiciéramos algo en castellano le darían difusión pero cada estilo tiene un idioma con el que encaja y, si nos metiéramos en eso, sería como si cantaran flamenco en chino.
