Tras catorce años fuera del circuito musical -y entregada a su familia-, la creadora del “tropipop” vuelve con temas como “Un poco más de amor”, mensaje más que necesario en tiempos de pandemia.
Por Ricardo Castillejo
En su trayectoria figuran éxitos como “Mar de amores” o “Gózate la vida” y experiencias como las de ser guitarrista y corista de Carlos Vives, plataforma desde la que construyó un camino en solitario que, hace catorce años, paró. Amparo Sandino, profesora de música además de intérprete, decidió entonces que su vida familiar era más importante y que, al menos por una temporada, iba a dejar de estar en la primera línea de batalla, algo de lo que no solo no se ha arrepentido, sino que, convencida, repetiría. Animada, en parte, por su propia hija, nuestra entrevistada decidió regresar a los escenarios y los estudios de grabación, de los que acaba de salir “Un poco más de amor”, nueva apuesta de esta mujer que, a sus espléndidos 57 años, aún tiene mucho que decir… y que cantar.
-Más que un poco de amor necesitamos bastante, ¿no?
-La verdad que sí, que eso es lo que necesitamos ahora. Llevamos un año muy duro y todos estamos muy tocados con lo que está sucediendo, siendo la única manera de ayudarnos partir de la familia y, el amor que se genera ahí, repartirlo entre la gente. Yo lo he pasado bastante mal, pero siempre hay quien lo tiene más difícil.
-El entorno familiar es tan importante para ti que lo dejaste todo por los tuyos…
-Era la sensación de haber hecho tanto la que me llevó a tomar esa decisión. Quería estar con mi marido, quedarme embarazada… y se me fue la mano (risas). Sea como sea, no me siento frustrada. Fui mamá con 40 y, ahora que mi niña tiene 17 años, ya puede empezar a hacer su vida. Quería inculcarle una serie de valores y estar ahí con ella y, aparte, quería también parar y estar conmigo misma.
-¿Tu hija es fan tuya?
-Super. Tiene muy buen oído y la clava. Confío mucho en su criterio…
-¿Y te compensó aquella decisión de frenar tu trayectoria?
-Sí y no. Dejé demasiado aparcada mi faceta profesional a nivel artístico, aunque seguí dando clases de guitarra y componiendo. Lo difícil ha sido regresar, porque es un mundo que dio un giro inesperado durante el período que he estado fuera. Las discográficas han perdido poder, las redes sociales han ganado protagonismo… Por ese lado fue un poco “shock”, pero me he adaptado bien porque, además, me gustan los retos. Así que me he rodeado de jóvenes que me han ayudado a entender todo esto… Todo pasado no fue mejor. Hay que progresar porque, si no haces ese esfuerzo de avanzar, te vuelves un amargado. Lo que a mí me ha salvado siempre es querer ir más allá…
“Ya viví el momento en el que me decían que era divina y perfecta y me lo creía, pero ahora no me creo nada de eso. Lo que quiero es cantar, ser honesta con el público y dar cosas bien hechas”
-Entiendo que con la cuestión del ego artístico te llevas bien…
-El ego artístico es una tontería como una casa. En el fondo son inseguridades y yo podré tener muchos defectos, pero ése, no lo tengo. Ya viví el momento en el que me decían que era divina y perfecta y me lo creía, pero ahora no me creo nada de eso. Lo que quiero es cantar, ser honesta con el público y dar cosas bien hechas. Lo de volverme famosa… ¡bah!
-Muchos de los que triunfan hoy apenas saben ni cantar ni, por supuesto, de música…
-Cada uno hace lo que quiere y yo respeto todo, pero vivir del cuento es algo totalmente deshonesto. No me meto en eso. Sigo a quien tiene algo que aportar, como Billie Eilish, que acaba de sacar un tema estupendo con Rosalía. El problema es que se copia demasiado y que se lleva demasiado tiempo copiando…
-Las letras de algunos estilos, como el reggaeton, ¿llegan demasiado lejos?
-Se confunde la libertad con libertinaje. No hay que agredir al de al lado y yo no comulgo con esas letras. No son positivas y me desagradan. Hay canciones como “Macarena” que tampoco dicen gran cosa pero al menos son “chévere”… (risas).
-Y en un presente así, ¿cuál es el lugar para Amparo Sandino?
-Mi hijito, me han bautizado como la “reina del tropipop” y realmente que es un género que inicié cuando lancé mi primer disco, “Punto de partida” (1996), donde había un abanico de ritmos caribeños y colombianos. No me quiero atar a ningún sonido concreto…