Será durante la semana de los Grammy en Sevilla, el 12 de noviembre, cuando la Academia Latina de la Grabación otorgará el premio Excelencia Musical a Ana Torroja, en un evento privado en el teatro Lope de Vega donde la artista recibirá este honor junto a compañeras como la cantaora Carmen Linares. A sus 63 años, la que fuera integrante del grupo pop Mecano -el más importante de nuestra historia, con más de 25 millones de discos vendidos-, continúa en activo en solitario ilusionada por contar con una legión de seguidores que la admiran y la respetan y para los que también este reconocimiento ha supuesto una alegría. Al fin y al cabo, ¿a quién no le despierta un sentimiento entrañable la figura de esta mujer menuda de tamaño pero con un legado musical tan increíble?

-¿Cómo has recibido esta noticia de ser señalada con la Excelencia Musical en los próximos Grammy Latinos?

-Pues como lo que es, un gran premio que llega en un momento importante en mi carrera y que me ha emocionado muchísimo. Cuando me enteré eché mis lagrimitas porque soy muy peleona y mi carrera musical más que una autopista ha sido una carrera de obstáculos. Viniendo de donde venía, de Mecano, he tenido que buscar mi sitio como solista y no ha sido fácil y este galardón -y perdón por la vanidad-, es una reafirmación de que el camino que he seguido era el que tenía que seguir (y el que debo seguir a partir de hoy).

-Además dentro de una profesión que cambia continuamente y que no tiene nada que ver ahora a como era cuando empezaste en ella… Perteneces a una etapa en la que se disfrutaban los discos al completo, con promociones que podían durar años… y ya eso no pasa… ¿Cómo te bandeas en el momento actual?

-Me voy adaptando sin pretender que sea como fue. La situación es la que es y tienes que asumirlo y la música se consume como una bolsa de pipas, sin tiempo para saborearla y teniendo lidiar con muchos artistas entre los que buscar tu huequito. Solo puedes amoldarte y a mí me da mucha felicidad poderme mantener, seguir llenando conciertos y manteniendo a un público y apostando por la calidad incluso en ocasiones a pesar de mi detrimento económico, pero no sé de otra manera. Me gusta hacer las cosas bien. Soy muy exigente conmigo misma y eso es independiente del mayor o menor éxito que pueda tener mi música en cada instante.

-¿Se sale al escenario cuando se han pasado los sesenta de forma diferente a con veinte o treinta?

-¡Qué va! Yo cada vez estoy más nerviosa… De hecho cada vez que escucho a Leiva, Sabina, Pablo Alborán… a gente que me gusta parece que cuando cumples años sientes más inseguridad o al menos más nervios. Luego, cuando pisas el escenario y sientes la energía de la gente ya sabes si te va a costar más o menos que enganche pero te lo comes, lo tienes más dominado…

-Nervios sí pero miedos no porque he leído que Miguel Bosé te los quitó…

-Es que la gira con él, “Girados”, fue la primera en mi vida en la que salí sola al escenario y claro que tenía todos los temores del mundo porque no sabía cómo me iban a recibir puesto que la última vez que me habían visto fue con el grupo. Miguel me dijo que no tuviera miedo a equivocarme porque yo dudaba mucho, algo que ahora no me pasa porque sé bastante bien lo que quiero… Entonces, aunque suene raro, todo era bastante nuevo para mí…

“Cuando empecé mi carrera en solitario ni yo misma daba un euro por mí”

-Acabamos de pasar unas elecciones y ha habido bastante recelos por parte del mundo de la cultura al tema de las censuras… Incluso alguna canción de Mecano, en alguna edición de “OT”, fue polémica por cambiar la letra porque sonaba demasiado “fuerte”… ¿Hemos sufrido un retroceso en este sentido?

-Es raro… Es una situación extraña. Yo creo que había más libertad y menos límites antes, pero esos límites se los pone la gente a ella misma. Las generaciones varían y cosas que antes eran normales y livianas hoy día pueden chirriar. Son otros contextos y sí hay apertura en algunos temas y cierta falta de libertad en otros.

-El premio te habrá llevado a hacer balance de tu trayectoria… ¿Cómo ha resultado?

-Muy positivo. Cuando empecé mi carrera en solitario ni yo misma daba un euro por mí y sí que me he afianzado en que hay que ser consecuente y honesto contigo mismo y ofrecer lo mejor que tienes y sorprender… Eso conlleva riesgos y aventuras, pero la vida está llena de ellas. No cambiaría ni una coma de lo que he hecho hasta hoy.

-Tienes fama de ser bastante humilde pero, ¿nunca despegaste los pies del suelo?

-Yo no entendía cómo alguien podía creerse superior por tener éxito. Es algo que me viene de fábrica. Siempre he tenido los pies en la tierra y no me gusta sentirme más que nadie. Mi trabajo es cara al público y yo recuerdo los últimos años de Mecano, con esos conciertos tan multitudinarios, y pensaba en el poder de los líderes políticos -o de alguien a quien se admira ante las masas- y cómo eso hay que utilizarlo bien…

-Vuestras canciones marcaron mucho y a muchos… ¿Cómo se gestiona esa trascendencia?

-Desde el orgullo y el agradecimiento a la vida y a Nacho y a José por escribir canciones tan maravillosas. No siento nostalgia porque no he parado de interpretarlas porque forman parte de mi presente y del de la gente. Si quisiera en mis conciertos diría la primera palabra y el público cantaría el resto (risas).

-¿Hay continuación en tu legado a través de tu hija? Apenas se sabe nada de ella…

-No porque así lo hemos decidido. Aunque le encanta la música no va a seguir mis pasos…

-¿Queda Ana Torroja para rato?

-Mientras la salud me deje y me quieran escuchar… Yo era de las que pensaba que no moriría con las botas puestas y que me retiraría a los cincuenta pero he encontrado el equilibrio entre lo que es hacer mi profesión y tener tiempo para otras cosas con lo que…hasta que me echen… (risas).