Anabella Arregui es cantante y compositora y fue participante de la primera edición de ‘La Voz’. Más allá del concurso, esta sevillana sigue ‘dando guerra’ y acaba de venir de una importante gira en China tras la que publica su nuevo single Unbreakable, que ya está en el top 5 de iTunes.
Recién llegada del continente asiático, la camera no desiste en su lucha por hacerse un lugar en un mundo que le apasiona y sin el cual no sabría vivir. Inmersa en el “dance”, Anabella Arregui apuesta por una impecable imagen y un estilo único con el que visitará escenarios de países como Portugal, Alemania, Suiza y, por supuesto, China y España.
-Acaba de venir de estar seis meses de gira por China… ¿Cómo le ha ido?
-Ha sido una aventura, un reto. Iba un poco nerviosa pero estoy muy contenta porque siento que he triunfado, que han gustado mucho las ideas.
-¿A qué cree que se debe esa acogida? ¿Cree que su imagen ha podido influir?
-El éxito es por la confianza en mí misma. No es por echarme flores pero he tenido propuestas muy atrevidas, difíciles y allí han sorprendido mucho. Yo aposté por un “show” que no tiene nada ni de español, ni de nada. Es algo propio. Los chinos son muy receptivos y, aunque atesoren mucho dinero, más que tener arte, lo compran.
-¿Piensa que en su profesión es necesario llegar a algo fuera para luego ser profeta en la tierra?
-A mí me parece que lo que necesitas es un “chip” activado en la cabeza que no te quite las fuerzas para seguir luchando. Hay que reinventarse diariamente. Aunque no haga música típica de aquí, soy muy de lo mío: me gustan los toros, la Semana Santa, la Feria… Se me caen dos lagrimones cuando me voy pero, si te cierran una puerta en tu entorno, debes apostar por lo que eres y seguir aunque sea fuera. Sevilla es una ciudad difícil para lo que yo hago.
-¿Por qué piensa eso?
-Yo tengo mi público aquí, mi casa y me sigue sorprendiendo que venga tanta gente a verme pero, en general, los españoles pasamos una etapa ahora en la que parece que estemos “durmiendo la siesta”. Nos estamos perdiendo muchas cosas, principalmente, por la economía. Después de seis meses en China, me ha chocado el ánimo que tenemos. El ambiente es muy negativo.
-¿Qué es lo peor de su profesión?
-Un cantante, un actor es algo que sale del alma, algo puro con lo que ya naces. Lo malo aparece cuando personas que no tienen esa vocación, que son “impuras” y nos engañan, juegan con la sensibilidad de los artistas.
-¿Existen muchos de esos “impuros” o son los menos?
-Los artistas no somos de esa forma pero, los que nos mueven, sí. Digamos que hay un cincuenta-cincuenta.
-¿Y lo mejor?
-Quitando eso, lo mejor es todo, la magia, lo espiritual, la respuesta a cuando algo sale bien, la sensación de hacer feliz a los demás…
-¿Los concursos musicales son, en este sentido, realmente útiles?
-Todo lo es. Hasta este mismo segundo que estoy hablando contigo… Todo lo que me haya pasado, malo o bueno, me ha sido útil porque me lleva a aprender algo y me sirve. El programa ha sido un ventanal que me ha ayudado pero, a día de hoy, ya no me aporta nada. Lo que hago es por mí…
-¿Se sienten etiquetados quienes, como usted, han pasado por este tipo de espacios?
-No, no lo creo. Las personas no llevan ninguna etiqueta. En mi caso, yo no soy el programa, sino alguien con mil proyectos que mostrar al mundo y que sólo ha empezado a enseñar la patita… Es más, en “La voz” no mostré ni el veinte por ciento de lo que soy porque era un guión y teníamos que ceñirnos a las pautas y a los temas que nos ponían. Ha sido un billete de viaje al siguiente destino, confirmar que tu sueño sigue aunque debes aprender a distinguir entre lo que es verdad y lo que son castillos en el aire.
-Se dice que los mejores se quedan en el camino…
-Eso es pura verdad. De la primera edición me sorprendió que dejaran atrás gente con mucha magia.
-¿Cómo le fue con los “coach”? ¿Hubo alguno que le impactara?
-Todos pero me quedo con Rosario Flores, con Antonio Carmona, con su mujer, Mariola, con la que estuve muchas horas hablando tras las cámaras. Son espectaculares todos pero, al ser de mi equipo estos, pasé mucho tiempo cerca suya.
-¿Ha pensado, si no se dedicara a esto, por qué se decantaría?
-Es difícil porque yo soy música, aunque también hago interpretación, sé bailar… Desde pequeña tuve claro que quería ser cantante pero, aunque no me imagino, seguramente hubiera apostado por algo relacionado con el deporte.
